EL IFE RUMBO AL 2012:
“LO QUE NOS FALTA ES UNA CLASE POLÍTICA QUE HAGA POLITICA”
Valdés Zurita considera que las últimas elecciones han consolidado la democracia en México.
Con un hablar demasiado quedo, en extremo pragmático, Leonardo Valdés Zurita, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), se limita a defender las atribuciones –una y otra vez– que por Ley le corresponden a ese organismo, evita desviarse por los sesgos políticos y partidistas que, por encima de las leyes en las que tanto se ampara, determinan resultados y consecuencias en las elecciones. Para él el IFE en estos momentos ya no carga con el descrédito que se ganó en la elección del 2006. Se ampara en las votaciones de 2009 y 2010 que no generaron mayores conflictos post electorales; advierte que las elecciones de 2012 serán muy competidas, incluso más que en las que resultó presidente Felipe Calderón, sin embargo considera que la autoridad electoral está totalmente preparada para enfrentarlas.
En este tenor, Valdés Zurita, resume que México pasa por la consolidación de un pluralismo democrático, donde la alternancia ya es una regla, no una excepción; para ello, resalta “tenemos instituciones, tenemos reglas, tenemos ciudadanía… Lo que nos está faltando es una clase política que haga política. En el buen sentido de la palabra”, sentencia.
Durante la elección federal de 2009, y con el peso encima del “voto por voto casilla por casilla” del 2006, hubieron de recontarse 42 mil casillas, para finalmente verificarse que en la mayoría de ellas los resultados coincidieron con los consignados en la actas, y si hubo errores en algunos casos –a decir del presidente del IFE– no fue intencional ni con dolo: “El pluralismo se implantó, y los diversos actores políticos y ciudadanía actuaron en consecuencia. Yo diría que sí hemos remontado”.
Respecto al proceso electoral de 2010, Valdés Zurita se limita a exponer las tareas específicas que hubo de priorizar el IFE: Esforzarse para actualizar el padrón electoral, administrar el tiempo de los partidos políticos y autoridad electoral en radio y televisión, firmar convenios de colaboración con las institutos electorales en cada entidad, y, muy importante, coadyuvar en la fiscalización de gastos de campaña: “La reforma de 2007 estableció que para el IFE ya no hay secretos bancarios, no hay secretos fiscales, no hay secretos fiduciarios. Pero también estableció que las autoridades electorales de los estados de la República pueden superar esos secretos a través del IFE, para que una vez que los partidos entreguen sus informes de gastos, estas autoridades locales puedan tener accesos a cuentas bancarias, fideicomisos, e incluso declaraciones fiscales, para que los ciudadanos tengan la certeza de que los recursos son de procedencia ilícita”.
—Están bien fijadas las funciones, atribuciones y responsabilidades del IFE, pero la “política mexicana” va más allá de esas estructuras formales. De cualquier forma, ¿no estamos siempre ante un panorama de incertidumbre, donde puede pasar cualquier cosa?, le inquiere ZETA.
“No para la autoridad electoral. Porque la autoridad electoral tiene muy claras sus atribuciones, cuáles son sus facultades, y además no tiene temor en aplicarlas; aplicarlas con energía, con responsabilidad. Porque todo este proceso de cambio político, toda esta construcción democrática tiene un objetivo, y la autoridad electoral lo tiene claro. El objetivo es que los ciudadanos puedan participar libremente en la elección de sus gobernantes. Los ciudadanos mexicanos son los principales agentes, sujetos y objetos del sistema democrático”.
— ¿No está constreñido el IFE? ¿Tiene todas las facultades que podría tener?
“Como autoridad que organiza las elecciones, que vela por la equidad de la competencia, y que arbitra el proceso electoral, el IFE tiene suficientes facultades. Lo demostró en 2009. La enseñanza que tuvimos fue que a pesar que tenemos un sistema plural, una sociedad que participa en nuestras elecciones, también contamos con una autoridad que tiene capacidad, que cuenta con los instrumentos plurales y tiene profesionalismo para hacer que se cumpla la ley, incluso frente a poderes tan importantes como los medios de comunicación, como los concesionarios de radio y televisión; esto debe darle tranquilidad a los ciudadanos mexicanos, porque el IFE puede ser un árbitro en la próxima contienda presidencial”.
Leonardo Valdés Zurita reitera la función básica de la autoridad de “organizar la elección” y garantizar la libre votación del ciudadano. Por ello se le insiste si la clase política está a la altura de todos estos procesos: “¡Bueno!, por supuesto que en todos los países –México no es la excepción– aspiramos a que quien gane la elección, quien tiene la alta responsabilidad de ser gobernante o representante, tenga la capacidad, no solamente profesional y conductual, sino también ética, para ser en la política lo que los ciudadanos estamos esperando. Esto es, buscar soluciones a los problemas para construir consensos con sus adversarios, y de esta manera ir resolviendo en el marco de las leyes, en el marco de las políticas públicas, la problemática que vive el pueblo de México”.
El Presidente del IFE –al que por cierto se le ha acusado de frivolidad y gastos excesivos aplicados a ese instituto– acusa que nuestro país tiene como principal problema la miseria, la mala distribución de la riqueza, así como deficiencias en los temas de salud, empleo y vivienda; y atiende: “Y se tienen que resolver justamente así, haciendo política, buscando los acuerdos para encontrar soluciones, no pensando en los intereses individuales del gobernante, no pensando en los intereses del partido que llevó al gobernante a esa posición, sino pensando en los intereses de la nación y los ciudadanos mexicanos, que somos los que le damos sentido y vida a este país”.
Así pues, la reforma electoral en discusión, que plantea puntos como la reelección, la disminución de legisladores o la “segunda vuelta”, para Valdés Zurita –la máxima autoridad del país en materia electoral–, no resuelve el problema de gobernabilidad. Antes que reforma electoral, está resolver el problema político, sentencia: “Para que nuestros políticos resuelvan problemas sociales, económicos… (y la seguridad) que no lo resuelvan las autoridades políticas, sino la PGR, las autoridades judiciales de los estados, Inteligencia. Lo que le toca hacer a otros actores, lo harán otros actores…”.
Por último, niega que para que se crea en la autoridad electoral, y en concreto en el IFE, tenga que ganar la oposición: “En la democracia hay un ingrediente muy importante, es la aceptabilidad de la derrota, necesitamos construir la cultura política en México para que aquel que pierde acepte que perdió la elección”. Promete que el IFE ya está trabajando con todo para que en la elección de 2012 veamos a un organismo que cumplió profesional e imparcialmente: “Para quien gane las elecciones pueda llegar a gobernar nuestro país sin ninguna crisis política. Y además para quien pierda la elección tenga que aceptar en buena lid que perdió”.
(Juan Carlos Domínguez)
“LO QUE NOS FALTA ES UNA CLASE POLÍTICA QUE HAGA POLITICA”
Valdés Zurita considera que las últimas elecciones han consolidado la democracia en México.
Con un hablar demasiado quedo, en extremo pragmático, Leonardo Valdés Zurita, presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), se limita a defender las atribuciones –una y otra vez– que por Ley le corresponden a ese organismo, evita desviarse por los sesgos políticos y partidistas que, por encima de las leyes en las que tanto se ampara, determinan resultados y consecuencias en las elecciones. Para él el IFE en estos momentos ya no carga con el descrédito que se ganó en la elección del 2006. Se ampara en las votaciones de 2009 y 2010 que no generaron mayores conflictos post electorales; advierte que las elecciones de 2012 serán muy competidas, incluso más que en las que resultó presidente Felipe Calderón, sin embargo considera que la autoridad electoral está totalmente preparada para enfrentarlas.
En este tenor, Valdés Zurita, resume que México pasa por la consolidación de un pluralismo democrático, donde la alternancia ya es una regla, no una excepción; para ello, resalta “tenemos instituciones, tenemos reglas, tenemos ciudadanía… Lo que nos está faltando es una clase política que haga política. En el buen sentido de la palabra”, sentencia.
Durante la elección federal de 2009, y con el peso encima del “voto por voto casilla por casilla” del 2006, hubieron de recontarse 42 mil casillas, para finalmente verificarse que en la mayoría de ellas los resultados coincidieron con los consignados en la actas, y si hubo errores en algunos casos –a decir del presidente del IFE– no fue intencional ni con dolo: “El pluralismo se implantó, y los diversos actores políticos y ciudadanía actuaron en consecuencia. Yo diría que sí hemos remontado”.
Respecto al proceso electoral de 2010, Valdés Zurita se limita a exponer las tareas específicas que hubo de priorizar el IFE: Esforzarse para actualizar el padrón electoral, administrar el tiempo de los partidos políticos y autoridad electoral en radio y televisión, firmar convenios de colaboración con las institutos electorales en cada entidad, y, muy importante, coadyuvar en la fiscalización de gastos de campaña: “La reforma de 2007 estableció que para el IFE ya no hay secretos bancarios, no hay secretos fiscales, no hay secretos fiduciarios. Pero también estableció que las autoridades electorales de los estados de la República pueden superar esos secretos a través del IFE, para que una vez que los partidos entreguen sus informes de gastos, estas autoridades locales puedan tener accesos a cuentas bancarias, fideicomisos, e incluso declaraciones fiscales, para que los ciudadanos tengan la certeza de que los recursos son de procedencia ilícita”.
—Están bien fijadas las funciones, atribuciones y responsabilidades del IFE, pero la “política mexicana” va más allá de esas estructuras formales. De cualquier forma, ¿no estamos siempre ante un panorama de incertidumbre, donde puede pasar cualquier cosa?, le inquiere ZETA.
“No para la autoridad electoral. Porque la autoridad electoral tiene muy claras sus atribuciones, cuáles son sus facultades, y además no tiene temor en aplicarlas; aplicarlas con energía, con responsabilidad. Porque todo este proceso de cambio político, toda esta construcción democrática tiene un objetivo, y la autoridad electoral lo tiene claro. El objetivo es que los ciudadanos puedan participar libremente en la elección de sus gobernantes. Los ciudadanos mexicanos son los principales agentes, sujetos y objetos del sistema democrático”.
— ¿No está constreñido el IFE? ¿Tiene todas las facultades que podría tener?
“Como autoridad que organiza las elecciones, que vela por la equidad de la competencia, y que arbitra el proceso electoral, el IFE tiene suficientes facultades. Lo demostró en 2009. La enseñanza que tuvimos fue que a pesar que tenemos un sistema plural, una sociedad que participa en nuestras elecciones, también contamos con una autoridad que tiene capacidad, que cuenta con los instrumentos plurales y tiene profesionalismo para hacer que se cumpla la ley, incluso frente a poderes tan importantes como los medios de comunicación, como los concesionarios de radio y televisión; esto debe darle tranquilidad a los ciudadanos mexicanos, porque el IFE puede ser un árbitro en la próxima contienda presidencial”.
Leonardo Valdés Zurita reitera la función básica de la autoridad de “organizar la elección” y garantizar la libre votación del ciudadano. Por ello se le insiste si la clase política está a la altura de todos estos procesos: “¡Bueno!, por supuesto que en todos los países –México no es la excepción– aspiramos a que quien gane la elección, quien tiene la alta responsabilidad de ser gobernante o representante, tenga la capacidad, no solamente profesional y conductual, sino también ética, para ser en la política lo que los ciudadanos estamos esperando. Esto es, buscar soluciones a los problemas para construir consensos con sus adversarios, y de esta manera ir resolviendo en el marco de las leyes, en el marco de las políticas públicas, la problemática que vive el pueblo de México”.
El Presidente del IFE –al que por cierto se le ha acusado de frivolidad y gastos excesivos aplicados a ese instituto– acusa que nuestro país tiene como principal problema la miseria, la mala distribución de la riqueza, así como deficiencias en los temas de salud, empleo y vivienda; y atiende: “Y se tienen que resolver justamente así, haciendo política, buscando los acuerdos para encontrar soluciones, no pensando en los intereses individuales del gobernante, no pensando en los intereses del partido que llevó al gobernante a esa posición, sino pensando en los intereses de la nación y los ciudadanos mexicanos, que somos los que le damos sentido y vida a este país”.
Así pues, la reforma electoral en discusión, que plantea puntos como la reelección, la disminución de legisladores o la “segunda vuelta”, para Valdés Zurita –la máxima autoridad del país en materia electoral–, no resuelve el problema de gobernabilidad. Antes que reforma electoral, está resolver el problema político, sentencia: “Para que nuestros políticos resuelvan problemas sociales, económicos… (y la seguridad) que no lo resuelvan las autoridades políticas, sino la PGR, las autoridades judiciales de los estados, Inteligencia. Lo que le toca hacer a otros actores, lo harán otros actores…”.
Por último, niega que para que se crea en la autoridad electoral, y en concreto en el IFE, tenga que ganar la oposición: “En la democracia hay un ingrediente muy importante, es la aceptabilidad de la derrota, necesitamos construir la cultura política en México para que aquel que pierde acepte que perdió la elección”. Promete que el IFE ya está trabajando con todo para que en la elección de 2012 veamos a un organismo que cumplió profesional e imparcialmente: “Para quien gane las elecciones pueda llegar a gobernar nuestro país sin ninguna crisis política. Y además para quien pierda la elección tenga que aceptar en buena lid que perdió”.
(Juan Carlos Domínguez)
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