25.10.08

Pan y Circo
Juan Carlos Dominguez

“Marco Antonio Regil es un miserable”, aunque sin asomo de rencor, me dijo alguna vez una ex compañera de trabajo del famoso conductor de televisión. “Es de esos que no le importa pasar por encima de cualquiera y aplastarlo con tal de lograr sus intereses”; expresó pero ya no agregó. Regil hizo sus primeras incursiones en los medios locales como Radio Latina, Uniradio y Televisa Tijuana, esta última, de donde dio el gran salto a la Ciudad de México, gracias a la estrecha amistad que gestó con el entonces director José Luis Guash, y un ejecutivo de primer nivel que vino a foguearse a la televisora local y que era ni más ni menos que Emilio Azcárraga Jr., después Presidente del Televisa.

No me importan los demás, a quien no está conmigo lo elimino… vino a confirmar Marco Antonio Regil muchos años después, ahora que vino a dar una conferencia a una universidad privada. Dijo que toda la vida se ha enfrentado con conocidos o amigos que lo han querido sabotear cuando se decide a dar un paso más en su carrera. Y el hecho es que sí, la prueba está que de tijuanense que pudo haberse conformado con ser “el fregón del rancho”, ascendió a la fama, y ahora puede decirse que es de los pocos conductores destacados en la televisión mexicana (basta ver los programas mañaneros de TV Azteca y Televisa, conducido por actores venidos a menos haciendo y diciendo toda clase de tarugadas).

Del odio al amor pasó el sentimiento de Regil con respecto a Raúl Velasco. Cuando era locutor de radio en los programas juveniles, y arremetía con toda clase de burlas (que por otra parte eran muy justificables) contra el polémico realizador de “Siempre en Domingo”; retrasado mental era lo menos que le gritaba en sus conducciones. Pero, ¡oh! sorpresa, unos años después, el locutor tijuanense ya estaba en primer plano en Televisa cadena nacional y en los programas que producía, precisamente, Raúl Velasco. No sólo eso, sino que pronto se volvió el conductor que suplía a Velasco, además de obtener la titularidad de las emisiones fuertes como el “Señorita México” y todas esos certámenes que antes se inventaban. ¿Cómo fue el acercamiento de Marco Antonio Regil con Raúl Velasco? Pues tal vez la suerte, porque por esos azares de la vida, el tijuanense se hizo novio de Karina Velasco. Y lo siguiente, fue conquistar al suegro.

Como sea, Regil es un triunfador, y el talento está a la vista. Pero lo que me llamó la atención es que durante su visita a Tijuana habló fuerte y directo sobre el crimen organizado en nuestro país; así como de la corrupción y la impunidad. Cierto, no dijo nada que no supiéramos, pero es de resaltarse que lo haga un personaje famoso de televisión, que se desenvuelve en el bluff y la futilidad propios de la industria del entretenimiento. Respecto de la anuencia de nuestros gobernantes con relación a la delincuencia, soltó: “Lo que pasa es que en México nadie ha tenido los pantalones de ser ese tipo de líder porque te van a odiar… si vas aplicar reglas muy fuerte, obviamente algunas personas van a salir perjudicadas”.

El miedo de venir a Tijuana, también lo reconoció. Pero no sólo se refirió a los secuestros, robos y ejecuciones, sino al hecho de ser nuestra frontera, un receptáculo de todo tipo de migrantes que no le retribuyen a la ciudad de lo que logran obtener. Le da tristeza ver a una Tijuana “con sus problemas de toda la vida y que se han hecho más grandes todavía”. Y lo que muchos no quieren decir: “es una ciudad que crece mucho pero crece sin dinero…. Sin presupuesto”. Y tiene toda la razón; nada más hay que ver nuestras calles y colonias y pareciera que ésta es una ciudad muy pobre, donde no hay dinero, ni ingresos, ni capital. Una vergüenza. Más bochornoso aún —y notorio— que nos lo venga a decir una figura del espectáculo y el oropel, que, okey, es tijuanense; pero pues, también tenemos a una Julieta Venegas o Nortec (también circulando por las “ligas mayores”), quienes no se complican y se quedan en la parte “chida” de cantar un cover de Los Tigres del Norte o grabar sonidos de banda y dedicarle melodías a las cantinas tijuaneras de moda.

No hay comentarios.: