SOSPECHOSO
TRIUNFO DE COVARRUBIAS
PAN y PRD manipularon la votación; en Comondú absurdamente la diferencia entre Barroso y Covarrubias fue de 13 mil votos; ciudadanos alegan fraude en Los Cabos
La del 6 de febrero para elegir gobernador de Baja California Sur, fue una elección tramposa, amañada, llena de sospechas.
Se manipuló la votación desde el interior de los partidos PAN y PRD, porque había que cumplir un “Plan B”, que consistía en recurrir a Marcos Covarrubias Villaseñor, en caso que no “levantara” Luis Armando Díaz, abanderado perredista. Ello en complicidad panistas y perredistas.
Aun cuando no hacían falta declaraciones oficiales para entender la velada alianza entre PAN y PRD, el senador Santiago Creel Miranda lo confirmó la mañana del 8 de febrero al periodista Carlos Loret de Mola en su programa televisivo: Sin una alianza institucional pero en una coalición de facto, sacrificaron al que desde un principio fue el más bajo en las encuestas, Luis Armando Díaz, como una estrategia para ganarle la gubernatura a quien había repuntado en la intención del voto, el priísta Ricardo Barroso Agramont.
Los líderes nacionales del PAN y del PRD, Gustavo Madero Muñoz y Jesús Ortega Martínez, pactaron y el compromiso fue sellado el 3 de febrero –3 días antes de la elección— entre el secretario de gobernación, Francisco Blake Mora y el gobernador perredista Narciso Agúndez Montaño. Blake llegó a la entidad con el pretexto de acordar medidas de seguridad en la jornada electoral, pero terminó degustando mariscos con Agúndez.
El PRD despejó el camino a Marcos Covarrubias Villaseñor dejando prácticamente solo a Luis Armando Díaz. En esta operación el gobernador Agúndez negoció únicamente la cabeza de su hermano, José Antonio Agúndez Montaño, como candidato a presidente municipal en Los Cabos, y por ello metió las manos en el Instituto Estatal Electoral para que no apareciera el resultado de 32 casillas en el Programa de Resultados Electorales (Prep), por lo que en la noche del 6 de febrero, a su consanguíneo ya lo colocaban como el ganador virtual de la contienda electoral, apenas encima de los candidatos del PAN y del PRI, Arturo de la Rosa y Ángel Salvador Ceseña Burgoin.
El gobernador perredista también tuvo que recurrir a toda su gente de confianza para que salieran a votar a favor del PAN y envió un operativo hasta Comondú, donde empleó funcionarios y recursos públicos de su gobierno, dispuesto a impedir el triunfo de Barroso.
La red de funcionarios que operaron el día de la jornada es muy amplia, pero destacan por su importancia Alfredo Porras Domínguez, José Antonio Ramírez Gómez, José Manuel Santoyo García, Antonio Alcántar López y Jorge Alberto Vale Sánchez. Todo era necesario, ya que el gobernador perredista –al respaldar al candidato del PAN— salvará su pellejo y evitará así ser investigado y castigado por toda la serie de irregularidades en su administración, que van desde el desvío de millonario recursos públicos, hasta graves actos de corrupción en su sexenio.
Datos entregados a ZETA por algunos integrantes del equipo de campaña de Luis Armando Díaz, enumeran una serie de factores a los que tuvieron que recurrir los panistas-perredistas, y claro, los perredistas en el poder, a partir de su gobernador Narciso Agúndez Montaño, como medida para garantizar el triunfo de Covarrubias:
1.- El 5 de febrero desactivaron toda la estructura política de Luis Armando Díaz que movilizaba Francisco Yee Rubio.
2.- Los recursos económicos no bajaron a la campaña del candidato del PRD-PT para la movilización del voto el día de la jornada electoral.
3.- En Comondú los operadores políticos del PRD encabezados por Rodimiro Amaya Téllez movilizaron, compraron e inhibieron votos para favorecer al candidato del PAN-PRS, Marcos Covarrubias Villaseñor.
4.- El PRD sacó a partir de las 2 de la tarde del 6 de febrero a todos los grupos de choque integrados por vándalos para perseguir y golpear tanto a militantes del PRI como del PAN en Los Cabos para favorecer al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño.
5.- El gobierno de Narciso Agúndez terminó por negociar por debajo del agua con la presidenta del Comité Directivo Municipal del PRI en Comondú y su secretario general, Olga Rangel Vázquez y Plácido López, respectivamente, así como con el candidato a segundo regidor de la planilla del PRI, Rodolfo Ramírez, quienes junto con Lucero Galicia y Rogelio Pérez traicionaron al tricolor y a sus candidatos a la presidencia municipal y gobierno del estado.
Contrario a lo que se preveía, y que es lo lógico, que el triunfo de cualquiera de los candidatos habría de definirse en La Paz o en Los Cabos –como ha ocurrido en casi todos los procesos electorales–, toda la fuerza del PAN y del PRD se volcó esta vez en Comondú, y desde ahí sacaron a votar masivamente a los habitantes, lo que dio como resultado una diferencia de casi 13 mil 500 votos de Marcos Covarrubias sobre Ricardo Barroso. Los votos comundeños fueron apabullantes para resolver la contienda, algo que no había ocurrido en elecciones anteriores.
En el recuento de los votos Luis Armando Díaz prácticamente no ganó en ninguno de los cinco municipios, ni siquiera en Los Cabos –donde se suponía tenía su bastión–, contrario al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño, quien muy apenitas alcanzó a superar a sus adversarios del PRI y del PAN.
Desde el 7 de febrero las oficinas del Consejo Distrital Electoral del municipio de Los Cabos amaneció tomado por enardecidos seguidores de los ex candidatos Arturo de la Rosa Escalante, Ángel Salvador Ceseña Burgoin y Leonel Cota Montaño, quienes reclamaron un fraude electoral porque dentro del Programa de Resultados Preliminares (PREP) no se incluyó el resultado de 32 casillas. Las razones que se dieron:
1.- No se entregaron actas de escrutinio y cómputo de casillas que tendría que haber ido dentro del paquete donde venían los votos.
2.- La mayoría de las actas de escrutinio y cómputo de las 32 casillas venían ilegibles y algunas de plano estaban en blanco.
3.- En cuatro casillas aparecieron más boletas de las que el Instituto Estatal Electoral había asignado, lo que se consideró como embarazo de urnas.
Algunos observadores electorales expusieron a ZETA que existe la sospecha de que este fraude de Los Cabos es un ejemplo de lo que pudo haber pasado el día de la jornada en todo el estado, por lo que el ex candidato del PRI, Ricardo Barroso Agramont, de entrada y al cierre de esta edición no había reconocido el resultado electoral, hasta esperar el cómputo final y analizar los números.
Respecto a la postura de la dirigencia nacional, aún encabezada por Beatriz Paredes, al día siguiente de la elección también llamaba la atención sobre el fenómeno de Comondú, que fue prácticamente lo que apabulló al candidato Barroso, con más de 13 mil votos que beneficiaron a Covarrubias: Adelantaba Paredes: “Nosotros vamos a revisar muy puntualmente la elección de Comondú, que es la que le da al candidato de Acción Nacional la diferencia, porque hubo casillas donde hay demasiados votos; estaremos analizando si pedimos apertura de los paquetes en Comondú”. Reiteró: “Sí es una elección que hay que esperar el cómputo definitivo, particularmente porque resultamos victoriosos en los municipios (La Paz y Los Cabos) que tienen el padrón más grande”.
Por todo este embrollo, por ejemplo en la capital del estado, La Paz, el candidato a la alcaldía por el PAN, Héctor Ibarra Espinoza, salió apresurado a reconocer el triunfo de su contrincante priísta, Esthela Ponce Beltrán, como una manera de enviar una señal a Barroso para que hiciera lo mismo con Covarrubias: “No voy a impugnar. Es de personas civilizadas reconocer un triunfo como también una derrota”, dijo en su mensaje.
LA CONFESIÓN
Después de su renuncia al PRD, Marcos Covarrubias Villaseñor negó una y otra vez ser el “Plan B” de Narciso Agúndez Montaño. Durante toda su campaña lo hizo en conferencias de prensa, en entrevistas exclusivas y hasta en debates. Pero no esperaba que el senador Santiago Creel Miranda se encargara de desenmascararlo y exponer públicamente y en cadena nacional que el triunfo de Covarrubias ya estaba pactado en una alianza de facto entre el PRD y el PAN.
Creel admitió que tomaron un acuerdo sobre las elecciones de Baja California Sur, justificó el pacto político argumentando que nadie debía asustarse por eso, ya que a partir del proceso electoral de Baja California Sur empezarían a verse este tipo de pactos o alianzas, como un nuevo sistema de las democracias más avanzadas del mundo, y citó como ejemplo a Gran Bretaña.
La declaración vino a confirmar la versión de la lideresa de Izquierda Democrática Nacional del PRD, Dolores Padierna Luna, quien en una entrevista en la ciudad de México denunció que Jesús Ortega Martínez pactó la entrega de Baja California Sur y operó política y económicamente a favor del PAN. Y fue más allá: reveló que el líder Comité Ejecutivo Nacional del PRD negoció que el candidato del PAN en Guerrero, Marcos Parra Gómez, declinara a favor del aspirante del PRD, Ángel Aguirre Rivero, y a cambio el PRD entregaría a Baja California Sur.
LA CONTRADICCIÓN
Ya gobernador electo, Marcos Covarrubias reculó. Dejó entrever que no habrá una investigación contra los que en su momento llamó “corruptos y saqueadores del erario público”, integrantes todos del gobierno perredista de Narciso Agúndez Montaño. Por lo menos ésa es la primera impresión que dejó al hablar sobre el tema de la rendición de cuentas en una breve conferencia de prensa.
“Creo que en un estado donde somos aproximadamente 550 mil habitantes no da para vivir con rencores y enconos, donde te estás encontrando a los actores políticos continuamente en la calle, en la escuela con tus hijos, en los cafés y en los restaurantes. Yo creo firmemente en que en todos los partidos del estado hay personas con una alta capacidad y creo que lo mejor que podemos hacer en estos momentos tan difíciles que está viviendo nuestro estado a lo que más debemos de abonarle es a tender puentes de comunicación que nos permitan crecer. Lo voy hacer con todos porque creo que debemos todo mundo jalar la carreta en el mismo sentido, es poco el recurso, es poco el tiempo que tendremos en estos 4 años y medio y no podemos desperdiciarlo cada quien haciendo esfuerzos aislados”, manifestó.
El ganador de la contienda convocó “de ya” a todas las fuerzas políticas y a la sociedad a dejar atrás las campañas y sumarse a lo que será su gobierno para que el estado sea cada vez mejor. Ante la insistencia de los reporteros sobre si habrá o no cacería de brujas o aplicará la Ley en contra de quienes desviaron dinero público y se enriquecieron ilícitamente en el sexenio de Narciso Agúndez, Covarrubias, justificó su marcha atrás con un “ya hemos tenido experiencias de lo que fueron esas cacerías de brujas en Baja California Sur, que quedaron en nada, que costaron mucho y que no sirvieron para nada”.
Desde luego se refirió al encarcelamiento del ex gobernador y ex secretario general de gobierno, Guillermo Mercado Romero y Raúl Antonio Ortega Salgado, en el sexenio del entonces perredista Leonel Cota Montaño, cuando deslindó responsabilidades por un desvío de 540 millones de pesos que arrojó el resultado de la auditoría. Hoy los dos personajes priístas están libres porque el gobierno del estado no pudo probar su responsabilidad en esa malversación de dinero público. Por cierto, algunos paceños platican a manera de anécdota cómo se encuentran al ex gobernador Mercado comprando cosas en Waldos o haciendo “su mandadito” en Chedrahui.
En resumen, Marcos Covarrubias Villaseñor ya se prepara para proteger y cubrirle la espalda a Narciso Agúndez y su gavilla de funcionarios, algunos de los cuales, ya hasta se les menciona como posibles funcionarios del próximo gobierno: Alfredo Porras Domínguez, José Antonio Ramírez Gómez, Alberto Ceseña Cosio, Antonio Alcántar López, José Manuel Santoyo García, Pablo Rangel Pinedo, Freddy Erubey Martínez Rivera, Irineo Collins Martínez, Miguel Vega Pérez, Lennin Giovanni Rodríguez Aguilar, Francisco Karim Martínez Lizárraga y César Uzcanga González.
Y mientras al cierre de esta edición los candidatos perdedores, incluyendo al PRI, pelan con uñas y dientes la revisión de votos en Los Cabos, para tumbarle la alcaldía al candidato del PRD y hermano del gobernador Agúndez, dejan de lado lo más importante, el sospechoso resultado de Comondú que a la postre hundió las expectativas del tricolor rumbo a la gubernatura. La misma líder nacional priísta, Beatriz Paredes, que en las primeras horas posteriores a los comicios había declarado que revisarían “muy puntualmente” las actas en Comondú, en los días posteriores de ha desenfadado del problema y se ha ocupado solamente en defenderse de la embestida de los periodistas y columnistas nacionales, a los que les contesta que “no perdimos en BCS, simplemente no ganamos”. A ello se agrega el comentario cada vez más recurrente, de que Paredes quedó tan contenta sobre todo con el triunfo de su amiga Esthela Ponce como virtual alcaldesa electa de La Paz, que ha descuidado la causa del joven Ricardo Barroso, que sería el candidato más agraviado ya concluido este proceso.
A la abulia del comité nacional del PRI habría que agregarle la apatía o el conformismo de los sudcalifornianos, que ante la alegría de haber derrotado al gobierno perredista en la entidad, han caído redonditos en el engaño que tan ha fraguado la misma mafia enquistada en el poder de la entidad, pero camuflados ahora bajo la manta del PAN.
EL FRAUDE EN LOS CABOS
José Antonio Agúndez Montaño, candidato del PRD a presidente municipal de Los Cabos y hermano del aún gobernador del estado, contrario a lo previsto, no pudo recibir su constancia de mayoría el 9 de febrero.
Una multitud de enardecidos seguidores de los ex candidatos del PRI, PAN y PANAL, Ángel Salvador Ceseña Borgoin, Arturo de la Rosa Escalante y Leonel Cota Montaño, impidió que recibiera la constancia que pretendía acreditarlo como el ganador en ese destino turístico. Así, el hermano de Agúndez, pasó de la euforia y el festejo a la total incertidumbre, porque al cierre de esta edición las instalaciones del Consejo Municipal Electoral de Los Cabos permanecían –después de 3 días consecutivos– bloqueadas y tomadas por los inconformes.
El problema inició cuando el 7 de febrero se descubrió que el Instituto Estatal Electoral no subió al Programa de Resultados Electorales Preliminares el resultado de 32 casillas que en su conjunto suman casi 7 mil votos, según reconoció en una entrevista la presidenta del IEE, Ana Ruth García Grande.
Luego entonces el PREP colocó como virtual ganador de la elección de Los Cabos a José Antonio Agúndez Montaño, con una diferencia de 4 puntos porcentuales sobre sus más cercanos competidores del PRI y del PAN, mismos que registraron un empate técnico.
Pero debido a las protestas e inconformidades que llegaron hasta las acusaciones de un fraude electoral, la presidente del IEE, Ana Ruth García Grande, solicitó una explicación al director del PREP, Francisco Garduño Lomelí, quien se justificó diciendo que no había subido el resultado de esas 32 casillas porque no venían en los paquetes electorales “las acta de escrutinio y del cómputo de las casillas, y también porque algunas de ellas estaban ilegibles, y otras, de plano, aparecieron en blanco”. Así, entre errores voluntarios o no, los inconformes solicitaron la anulación del proceso electoral y repetir las elecciones, cuando menos en Los Cabos, porque hay evidencias de que se orquestó un fraude electoral para favorecer al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño, investigado y acusado por la Secretaría de la Función Pública del desvío de 17 millones de pesos en su paso por el Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Los Cabos.
Datos entregados a ZETA por representantes de los partidos políticos del PAN, PRI y PANAL en el Comité Municipal Electoral, expusieron al cierre de esta edición que aún no se contabilizaba el resultado de las 32 casillas porque no estaban en las oficinas, cuyos paquetes podrían haber desaparecido de forma intencional y sospechosa. También reportaron que en la contabilización de votos de algunas urnas que fueron elegidas al azar, encontraron muchas inconsistencias e irregularidades en casi todas las casillas, lo que podría dar pie a formalizar la solicitud de anulación del proceso de Los Cabos, en caso de que el cuerpo de abogados considere tener todos los elementos de prueba para sustentar legalmente esta petición.
Durante la tarde del jueves un grupo de perredistas pretendió apoderarse del lugar que ocupan desde hace tres días los inconformes en el Comité Municipal Electoral, lo que desató un enfrentamiento que llegó a los golpes y patadas, por lo que tuvieron que intervenir los policías antimotines. Y es que durante toda la jornada electoral de Los Cabos los grupos de choque del PRD integrado por vagos, pandilleros y viciosos, arremetieron en contra de los electores afuera de las casillas cuando notaban en sus vehículos calcomanías de otros partidos. En grupos de 10 hasta 20 sujetos se bajaban de sus unidades automotrices y amenazaban a los electores para que se largaran y no votaran, y a quienes se resistían los golpeaban con garrotes, aventaban pedradas y hasta ponchaban las llantas y quebraban los vidrios de sus vehículos, haciendo una campaña temeraria para evitar que emitieran sus votos.
ZETA estuvo presente en la persecución de uno de estos grupos que viajaban a bordo de una camioneta panel de color azul con placas de circulación 012-PMU-7, y quienes al advertir la presencia de la policía huyeron y fueron a refugiarse justamente en el Comité Municipal del PRD, localizado sobre la carretera Transpeninsular de San José del Cabo, Baja California Sur. En esa oficina, con otros vehículos rentados, como una camioneta de color gris plateada con placas 47-12-AVB y conducida por Rogelio Tornero, cuñado de Luis Armando Díaz, se pretendió cerrarle el paso a un grupo de periodistas que tomaban fotos y videos, y pretendieron agredirlos y quitarles los equipos, lo que desató una persecución por parte de los perredistas.
Acciones como ésta se contaron por decenas, una de ellas derivó en la detención del secretario particular del delegado de Cabo San Lucas, Jorge Sánchez Sandoval, quien con navaja en manos ponchaba las llantas de vehículos de simpatizantes de otros partidos políticos. En una entrevista con ZETA, un grupo de policías dijo que en una hora habían detenido a tres grupos de choque, pero cuando salían de la oficina el director Apolinar Ledesma los soltaba por órdenes del gobernador Narciso Agúndez y de la presidenta municipal de Los Cabos, Mirna Xibillé de la Fuente.
Gerardo Zúñiga Pacheco
Juan Carlos Domínguez
La del 6 de febrero para elegir gobernador de Baja California Sur, fue una elección tramposa, amañada, llena de sospechas.
Se manipuló la votación desde el interior de los partidos PAN y PRD, porque había que cumplir un “Plan B”, que consistía en recurrir a Marcos Covarrubias Villaseñor, en caso que no “levantara” Luis Armando Díaz, abanderado perredista. Ello en complicidad panistas y perredistas.
Aun cuando no hacían falta declaraciones oficiales para entender la velada alianza entre PAN y PRD, el senador Santiago Creel Miranda lo confirmó la mañana del 8 de febrero al periodista Carlos Loret de Mola en su programa televisivo: Sin una alianza institucional pero en una coalición de facto, sacrificaron al que desde un principio fue el más bajo en las encuestas, Luis Armando Díaz, como una estrategia para ganarle la gubernatura a quien había repuntado en la intención del voto, el priísta Ricardo Barroso Agramont.
Los líderes nacionales del PAN y del PRD, Gustavo Madero Muñoz y Jesús Ortega Martínez, pactaron y el compromiso fue sellado el 3 de febrero –3 días antes de la elección— entre el secretario de gobernación, Francisco Blake Mora y el gobernador perredista Narciso Agúndez Montaño. Blake llegó a la entidad con el pretexto de acordar medidas de seguridad en la jornada electoral, pero terminó degustando mariscos con Agúndez.
El PRD despejó el camino a Marcos Covarrubias Villaseñor dejando prácticamente solo a Luis Armando Díaz. En esta operación el gobernador Agúndez negoció únicamente la cabeza de su hermano, José Antonio Agúndez Montaño, como candidato a presidente municipal en Los Cabos, y por ello metió las manos en el Instituto Estatal Electoral para que no apareciera el resultado de 32 casillas en el Programa de Resultados Electorales (Prep), por lo que en la noche del 6 de febrero, a su consanguíneo ya lo colocaban como el ganador virtual de la contienda electoral, apenas encima de los candidatos del PAN y del PRI, Arturo de la Rosa y Ángel Salvador Ceseña Burgoin.
El gobernador perredista también tuvo que recurrir a toda su gente de confianza para que salieran a votar a favor del PAN y envió un operativo hasta Comondú, donde empleó funcionarios y recursos públicos de su gobierno, dispuesto a impedir el triunfo de Barroso.
La red de funcionarios que operaron el día de la jornada es muy amplia, pero destacan por su importancia Alfredo Porras Domínguez, José Antonio Ramírez Gómez, José Manuel Santoyo García, Antonio Alcántar López y Jorge Alberto Vale Sánchez. Todo era necesario, ya que el gobernador perredista –al respaldar al candidato del PAN— salvará su pellejo y evitará así ser investigado y castigado por toda la serie de irregularidades en su administración, que van desde el desvío de millonario recursos públicos, hasta graves actos de corrupción en su sexenio.
Datos entregados a ZETA por algunos integrantes del equipo de campaña de Luis Armando Díaz, enumeran una serie de factores a los que tuvieron que recurrir los panistas-perredistas, y claro, los perredistas en el poder, a partir de su gobernador Narciso Agúndez Montaño, como medida para garantizar el triunfo de Covarrubias:
1.- El 5 de febrero desactivaron toda la estructura política de Luis Armando Díaz que movilizaba Francisco Yee Rubio.
2.- Los recursos económicos no bajaron a la campaña del candidato del PRD-PT para la movilización del voto el día de la jornada electoral.
3.- En Comondú los operadores políticos del PRD encabezados por Rodimiro Amaya Téllez movilizaron, compraron e inhibieron votos para favorecer al candidato del PAN-PRS, Marcos Covarrubias Villaseñor.
4.- El PRD sacó a partir de las 2 de la tarde del 6 de febrero a todos los grupos de choque integrados por vándalos para perseguir y golpear tanto a militantes del PRI como del PAN en Los Cabos para favorecer al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño.
5.- El gobierno de Narciso Agúndez terminó por negociar por debajo del agua con la presidenta del Comité Directivo Municipal del PRI en Comondú y su secretario general, Olga Rangel Vázquez y Plácido López, respectivamente, así como con el candidato a segundo regidor de la planilla del PRI, Rodolfo Ramírez, quienes junto con Lucero Galicia y Rogelio Pérez traicionaron al tricolor y a sus candidatos a la presidencia municipal y gobierno del estado.
Contrario a lo que se preveía, y que es lo lógico, que el triunfo de cualquiera de los candidatos habría de definirse en La Paz o en Los Cabos –como ha ocurrido en casi todos los procesos electorales–, toda la fuerza del PAN y del PRD se volcó esta vez en Comondú, y desde ahí sacaron a votar masivamente a los habitantes, lo que dio como resultado una diferencia de casi 13 mil 500 votos de Marcos Covarrubias sobre Ricardo Barroso. Los votos comundeños fueron apabullantes para resolver la contienda, algo que no había ocurrido en elecciones anteriores.
En el recuento de los votos Luis Armando Díaz prácticamente no ganó en ninguno de los cinco municipios, ni siquiera en Los Cabos –donde se suponía tenía su bastión–, contrario al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño, quien muy apenitas alcanzó a superar a sus adversarios del PRI y del PAN.
Desde el 7 de febrero las oficinas del Consejo Distrital Electoral del municipio de Los Cabos amaneció tomado por enardecidos seguidores de los ex candidatos Arturo de la Rosa Escalante, Ángel Salvador Ceseña Burgoin y Leonel Cota Montaño, quienes reclamaron un fraude electoral porque dentro del Programa de Resultados Preliminares (PREP) no se incluyó el resultado de 32 casillas. Las razones que se dieron:
1.- No se entregaron actas de escrutinio y cómputo de casillas que tendría que haber ido dentro del paquete donde venían los votos.
2.- La mayoría de las actas de escrutinio y cómputo de las 32 casillas venían ilegibles y algunas de plano estaban en blanco.
3.- En cuatro casillas aparecieron más boletas de las que el Instituto Estatal Electoral había asignado, lo que se consideró como embarazo de urnas.
Algunos observadores electorales expusieron a ZETA que existe la sospecha de que este fraude de Los Cabos es un ejemplo de lo que pudo haber pasado el día de la jornada en todo el estado, por lo que el ex candidato del PRI, Ricardo Barroso Agramont, de entrada y al cierre de esta edición no había reconocido el resultado electoral, hasta esperar el cómputo final y analizar los números.
Respecto a la postura de la dirigencia nacional, aún encabezada por Beatriz Paredes, al día siguiente de la elección también llamaba la atención sobre el fenómeno de Comondú, que fue prácticamente lo que apabulló al candidato Barroso, con más de 13 mil votos que beneficiaron a Covarrubias: Adelantaba Paredes: “Nosotros vamos a revisar muy puntualmente la elección de Comondú, que es la que le da al candidato de Acción Nacional la diferencia, porque hubo casillas donde hay demasiados votos; estaremos analizando si pedimos apertura de los paquetes en Comondú”. Reiteró: “Sí es una elección que hay que esperar el cómputo definitivo, particularmente porque resultamos victoriosos en los municipios (La Paz y Los Cabos) que tienen el padrón más grande”.
Por todo este embrollo, por ejemplo en la capital del estado, La Paz, el candidato a la alcaldía por el PAN, Héctor Ibarra Espinoza, salió apresurado a reconocer el triunfo de su contrincante priísta, Esthela Ponce Beltrán, como una manera de enviar una señal a Barroso para que hiciera lo mismo con Covarrubias: “No voy a impugnar. Es de personas civilizadas reconocer un triunfo como también una derrota”, dijo en su mensaje.
LA CONFESIÓN
Después de su renuncia al PRD, Marcos Covarrubias Villaseñor negó una y otra vez ser el “Plan B” de Narciso Agúndez Montaño. Durante toda su campaña lo hizo en conferencias de prensa, en entrevistas exclusivas y hasta en debates. Pero no esperaba que el senador Santiago Creel Miranda se encargara de desenmascararlo y exponer públicamente y en cadena nacional que el triunfo de Covarrubias ya estaba pactado en una alianza de facto entre el PRD y el PAN.
Creel admitió que tomaron un acuerdo sobre las elecciones de Baja California Sur, justificó el pacto político argumentando que nadie debía asustarse por eso, ya que a partir del proceso electoral de Baja California Sur empezarían a verse este tipo de pactos o alianzas, como un nuevo sistema de las democracias más avanzadas del mundo, y citó como ejemplo a Gran Bretaña.
La declaración vino a confirmar la versión de la lideresa de Izquierda Democrática Nacional del PRD, Dolores Padierna Luna, quien en una entrevista en la ciudad de México denunció que Jesús Ortega Martínez pactó la entrega de Baja California Sur y operó política y económicamente a favor del PAN. Y fue más allá: reveló que el líder Comité Ejecutivo Nacional del PRD negoció que el candidato del PAN en Guerrero, Marcos Parra Gómez, declinara a favor del aspirante del PRD, Ángel Aguirre Rivero, y a cambio el PRD entregaría a Baja California Sur.
LA CONTRADICCIÓN
Ya gobernador electo, Marcos Covarrubias reculó. Dejó entrever que no habrá una investigación contra los que en su momento llamó “corruptos y saqueadores del erario público”, integrantes todos del gobierno perredista de Narciso Agúndez Montaño. Por lo menos ésa es la primera impresión que dejó al hablar sobre el tema de la rendición de cuentas en una breve conferencia de prensa.
“Creo que en un estado donde somos aproximadamente 550 mil habitantes no da para vivir con rencores y enconos, donde te estás encontrando a los actores políticos continuamente en la calle, en la escuela con tus hijos, en los cafés y en los restaurantes. Yo creo firmemente en que en todos los partidos del estado hay personas con una alta capacidad y creo que lo mejor que podemos hacer en estos momentos tan difíciles que está viviendo nuestro estado a lo que más debemos de abonarle es a tender puentes de comunicación que nos permitan crecer. Lo voy hacer con todos porque creo que debemos todo mundo jalar la carreta en el mismo sentido, es poco el recurso, es poco el tiempo que tendremos en estos 4 años y medio y no podemos desperdiciarlo cada quien haciendo esfuerzos aislados”, manifestó.
El ganador de la contienda convocó “de ya” a todas las fuerzas políticas y a la sociedad a dejar atrás las campañas y sumarse a lo que será su gobierno para que el estado sea cada vez mejor. Ante la insistencia de los reporteros sobre si habrá o no cacería de brujas o aplicará la Ley en contra de quienes desviaron dinero público y se enriquecieron ilícitamente en el sexenio de Narciso Agúndez, Covarrubias, justificó su marcha atrás con un “ya hemos tenido experiencias de lo que fueron esas cacerías de brujas en Baja California Sur, que quedaron en nada, que costaron mucho y que no sirvieron para nada”.
Desde luego se refirió al encarcelamiento del ex gobernador y ex secretario general de gobierno, Guillermo Mercado Romero y Raúl Antonio Ortega Salgado, en el sexenio del entonces perredista Leonel Cota Montaño, cuando deslindó responsabilidades por un desvío de 540 millones de pesos que arrojó el resultado de la auditoría. Hoy los dos personajes priístas están libres porque el gobierno del estado no pudo probar su responsabilidad en esa malversación de dinero público. Por cierto, algunos paceños platican a manera de anécdota cómo se encuentran al ex gobernador Mercado comprando cosas en Waldos o haciendo “su mandadito” en Chedrahui.
En resumen, Marcos Covarrubias Villaseñor ya se prepara para proteger y cubrirle la espalda a Narciso Agúndez y su gavilla de funcionarios, algunos de los cuales, ya hasta se les menciona como posibles funcionarios del próximo gobierno: Alfredo Porras Domínguez, José Antonio Ramírez Gómez, Alberto Ceseña Cosio, Antonio Alcántar López, José Manuel Santoyo García, Pablo Rangel Pinedo, Freddy Erubey Martínez Rivera, Irineo Collins Martínez, Miguel Vega Pérez, Lennin Giovanni Rodríguez Aguilar, Francisco Karim Martínez Lizárraga y César Uzcanga González.
Y mientras al cierre de esta edición los candidatos perdedores, incluyendo al PRI, pelan con uñas y dientes la revisión de votos en Los Cabos, para tumbarle la alcaldía al candidato del PRD y hermano del gobernador Agúndez, dejan de lado lo más importante, el sospechoso resultado de Comondú que a la postre hundió las expectativas del tricolor rumbo a la gubernatura. La misma líder nacional priísta, Beatriz Paredes, que en las primeras horas posteriores a los comicios había declarado que revisarían “muy puntualmente” las actas en Comondú, en los días posteriores de ha desenfadado del problema y se ha ocupado solamente en defenderse de la embestida de los periodistas y columnistas nacionales, a los que les contesta que “no perdimos en BCS, simplemente no ganamos”. A ello se agrega el comentario cada vez más recurrente, de que Paredes quedó tan contenta sobre todo con el triunfo de su amiga Esthela Ponce como virtual alcaldesa electa de La Paz, que ha descuidado la causa del joven Ricardo Barroso, que sería el candidato más agraviado ya concluido este proceso.
A la abulia del comité nacional del PRI habría que agregarle la apatía o el conformismo de los sudcalifornianos, que ante la alegría de haber derrotado al gobierno perredista en la entidad, han caído redonditos en el engaño que tan ha fraguado la misma mafia enquistada en el poder de la entidad, pero camuflados ahora bajo la manta del PAN.
EL FRAUDE EN LOS CABOS
José Antonio Agúndez Montaño, candidato del PRD a presidente municipal de Los Cabos y hermano del aún gobernador del estado, contrario a lo previsto, no pudo recibir su constancia de mayoría el 9 de febrero.
Una multitud de enardecidos seguidores de los ex candidatos del PRI, PAN y PANAL, Ángel Salvador Ceseña Borgoin, Arturo de la Rosa Escalante y Leonel Cota Montaño, impidió que recibiera la constancia que pretendía acreditarlo como el ganador en ese destino turístico. Así, el hermano de Agúndez, pasó de la euforia y el festejo a la total incertidumbre, porque al cierre de esta edición las instalaciones del Consejo Municipal Electoral de Los Cabos permanecían –después de 3 días consecutivos– bloqueadas y tomadas por los inconformes.
El problema inició cuando el 7 de febrero se descubrió que el Instituto Estatal Electoral no subió al Programa de Resultados Electorales Preliminares el resultado de 32 casillas que en su conjunto suman casi 7 mil votos, según reconoció en una entrevista la presidenta del IEE, Ana Ruth García Grande.
Luego entonces el PREP colocó como virtual ganador de la elección de Los Cabos a José Antonio Agúndez Montaño, con una diferencia de 4 puntos porcentuales sobre sus más cercanos competidores del PRI y del PAN, mismos que registraron un empate técnico.
Pero debido a las protestas e inconformidades que llegaron hasta las acusaciones de un fraude electoral, la presidente del IEE, Ana Ruth García Grande, solicitó una explicación al director del PREP, Francisco Garduño Lomelí, quien se justificó diciendo que no había subido el resultado de esas 32 casillas porque no venían en los paquetes electorales “las acta de escrutinio y del cómputo de las casillas, y también porque algunas de ellas estaban ilegibles, y otras, de plano, aparecieron en blanco”. Así, entre errores voluntarios o no, los inconformes solicitaron la anulación del proceso electoral y repetir las elecciones, cuando menos en Los Cabos, porque hay evidencias de que se orquestó un fraude electoral para favorecer al hermano del gobernador, José Antonio Agúndez Montaño, investigado y acusado por la Secretaría de la Función Pública del desvío de 17 millones de pesos en su paso por el Organismo Operador Municipal del Sistema de Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento de Los Cabos.
Datos entregados a ZETA por representantes de los partidos políticos del PAN, PRI y PANAL en el Comité Municipal Electoral, expusieron al cierre de esta edición que aún no se contabilizaba el resultado de las 32 casillas porque no estaban en las oficinas, cuyos paquetes podrían haber desaparecido de forma intencional y sospechosa. También reportaron que en la contabilización de votos de algunas urnas que fueron elegidas al azar, encontraron muchas inconsistencias e irregularidades en casi todas las casillas, lo que podría dar pie a formalizar la solicitud de anulación del proceso de Los Cabos, en caso de que el cuerpo de abogados considere tener todos los elementos de prueba para sustentar legalmente esta petición.
Durante la tarde del jueves un grupo de perredistas pretendió apoderarse del lugar que ocupan desde hace tres días los inconformes en el Comité Municipal Electoral, lo que desató un enfrentamiento que llegó a los golpes y patadas, por lo que tuvieron que intervenir los policías antimotines. Y es que durante toda la jornada electoral de Los Cabos los grupos de choque del PRD integrado por vagos, pandilleros y viciosos, arremetieron en contra de los electores afuera de las casillas cuando notaban en sus vehículos calcomanías de otros partidos. En grupos de 10 hasta 20 sujetos se bajaban de sus unidades automotrices y amenazaban a los electores para que se largaran y no votaran, y a quienes se resistían los golpeaban con garrotes, aventaban pedradas y hasta ponchaban las llantas y quebraban los vidrios de sus vehículos, haciendo una campaña temeraria para evitar que emitieran sus votos.
ZETA estuvo presente en la persecución de uno de estos grupos que viajaban a bordo de una camioneta panel de color azul con placas de circulación 012-PMU-7, y quienes al advertir la presencia de la policía huyeron y fueron a refugiarse justamente en el Comité Municipal del PRD, localizado sobre la carretera Transpeninsular de San José del Cabo, Baja California Sur. En esa oficina, con otros vehículos rentados, como una camioneta de color gris plateada con placas 47-12-AVB y conducida por Rogelio Tornero, cuñado de Luis Armando Díaz, se pretendió cerrarle el paso a un grupo de periodistas que tomaban fotos y videos, y pretendieron agredirlos y quitarles los equipos, lo que desató una persecución por parte de los perredistas.
Acciones como ésta se contaron por decenas, una de ellas derivó en la detención del secretario particular del delegado de Cabo San Lucas, Jorge Sánchez Sandoval, quien con navaja en manos ponchaba las llantas de vehículos de simpatizantes de otros partidos políticos. En una entrevista con ZETA, un grupo de policías dijo que en una hora habían detenido a tres grupos de choque, pero cuando salían de la oficina el director Apolinar Ledesma los soltaba por órdenes del gobernador Narciso Agúndez y de la presidenta municipal de Los Cabos, Mirna Xibillé de la Fuente.
Gerardo Zúñiga Pacheco
Juan Carlos Domínguez
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