5.10.10



ELECCIÓN DE CONSEJEROS DEL IFE:

COMENZÓ LA REBATINGA
Niegan lo evidente, las negociaciones partidistas en el proceso

El 28 de octubre próximo se estarán eligiendo a los tres nuevos consejeros del Instituto Federal Electoral que vendrán a sustituir a los que este año ya deben irse porque han cumplido su período. Ya ha empezado la rebatinga.
Y como suele suceder en estos casos, la confluencia de declaraciones “bien intencionadas” de todos los involucrados, empezando por el presidente del IFE, Leonardo Valdés Zurita, así como de diputados, columnistas y demás actores políticos, van en el sentido de pugnar, ¡qué casualidad!, por una elección transparente y sin intereses partidistas. Y es que no es poca cosa, los próximos consejeros permanecerán en sus cargos hasta el 2019. Es decir, tendrán responsabilidad no solamente en la transcendental elección presidencial de 2012, sino en la siguiente en 2018.
Llegaron al IFE en 2003 y se retirarán el 1 de noviembre los consejeros Virgilio Andrade Martínez, propuesto en su momento por el PRI; Marco Antonio Gómez Alcántar, que apoyó el PVEM, y Arturo Sánchez Gutiérrez, impulsado por el PAN. Como se ve, el mentado Consejo supuestamente de naturaleza ciudadana siempre lleva implícito la negociación y “cuota” entre los partidos políticos, principalmente el PAN y el PRI, como en la anterior elección se excluyó al PRD, puesto que los términos de la convocatoria y la elección de consejeros está a cargo de la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados. Y ahora todos se pronuncian por que la elección sea limpia y sin triquiñuelas entre los partidos. Pura palabrería.
El panista Javier Corral, presidente de la comisión de Gobernación en la Cámara, afirmó que su partido buscará un proceso donde se pondere el perfil de los aspirantes a consejeros, que se llenen los vacíos que han tenido en elecciones pasadas: “Entregar al IFE tres perfiles que fortalezcan la autonomía de la institución de los poderes fácticos e incluso del sistema de los partidos políticos”. Claudia Ruiz Massieu, diputada del PRI, nada menos, dijo que su bancada está comprometida a asegurar un proceso transparente: “… que se califiquen cualidades y no se definan consejeros en función de nombres de personas o afinidad con algún partido político”. Hasta el bajacaliforniano diputado Gastón Luken opinó en Reforma que su partido, el PAN, “rechazará el reparto de cuotas e incluso estarán dispuestos a la fuerza política que sugiera o proponga ese criterio…”. Mientras que el presidente del IFE conminó a los partidos a “jugar limpio”.
Los analistas más críticos señalan que definitivamente se excluya a los partidos políticos del proceso de selección y se conforme una comisión de ciudadanos independientes que sean los encargados de considerar a los aspirantes. Pero en México sabemos que los mentados consejos ciudadanos vienen viciados desde su concepción. De ahí el pesimismo, y la “declaracionitis” de los involucrados que queda sólo en eso.
Por lo pronto la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados ha presentado un anteproyecto que según esto garantice un proceso donde los grupos ciudadanos sean los responsables de presentar a los consejeros electorales. Sin embargo, “la tentación no la negamos, puede subsistir en muchos querer meter las manos y tener consejeros ‘a modo’”, aceptó hasta con cinismo Carlos Pérez Cuevas, vicecoordinador del PAN. Los consejeros electorales deben ser elegidos por una mayoría calificada de dos tercios de la Cámara de Diputados donde por supuesto los grupos parlamentarios no están en equidad de fuerza.
Por cierto, los requisitos para aspirar a ser consejero del IFE son ser mexicano, tener más de 30 años de edad, contar con una licenciatura de tiempo atrás, gozar de buena reputación, tener experiencia en la materia y, sobre todo, no tener intereses o vínculos con algún partido político. Juran.

(Juan Carlos Domínguez)

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