NOVELA
P a L o M a S
Jonás, el profeta que desconoció el mandato de Dios cuando éste lo mandó a predicar a Nínive, y terminó en el estómago de una ballena, es retomado en su humanidad, con sus defectos, enojos y lamentaciones, por la autora mexicana Keila Ochoa Harris.
Jonás en manos de la escritora, ahora enfrenta a los ninivitas y, en sus tribulaciones, también se encuentra con el amor, en la persona de Zuú, una mujer asiria en busca de libertad. Jonás y Zuú; el nombre de ambos significa “Paloma”. La novela trata de cuando dos almas se encuentran.
Precisamente por imperfecto y vulnerable, Keila Ochoa Harris tiene a Jonás como su personaje bíblico favorito. No obstante, sagaz y al fin mujer; para su ficción no solamente le buscó al profeta una pareja, sino que le dio a ésta un papel más protagónico: “Se narra desde que ella es una niña, en Asiria. Cómo va creciendo, de adolescente, se casa… y hay un poquito de romance, sí, pero no es el tema central. Más bien el tema es el momento en que Jonás y esta chica se encuentran y lo que pasa en esos días”; aclara la novelista.
Aunque se resalta mucho la recreación –o ampliación- del breve pasaje bíblico que protagoniza el predicador hebreo, la historia puede gustar a cualquier tipo de lector y no necesariamente a aquel con predilección especial por los temas religiosos: “Sí, yo pienso que el lector que empiece a leer la novela a lo mejor hasta me reclama ‘y dónde está Jonás’. El aparece a mitad del libro, porque en realidad la historia se basa en esta chica que tiene problemas que vivimos actualmente”.
Se refiere a cuestiones como la violencia intrafamiliar, problemas conyugales, falta de comunicación, orfandad. Como se ve, no muy religioso el tono. El texto de Keila Ochoa es un 80 por ciento ficción, tejida alrededor de lo que sucede antes, durante y después del breve episodio que relatan las santas escrituras.
“Traté de ver cómo eran esos tiempos y la verdad no encontré mucha información”, precisa la escritora. “No encontré mucha información de Asiria, fue limitado, sobre todo poder hablar con expertos pues no hay muchos por aquí, pero traté que fuera más apegado a la realidad que pude; en todo lo demás no hubo censura o rigor, sino que ahí dejé libre mi imaginación y dejé que los personajes hablaran, hicieran y deshicieran”.
Ochoa Harris, de apenas 32 años e hija de un misionero inglés y una misionera norteamericana, ha escrito también las novelas “Los guerreros de la luz” y “Retratos de la familia de Jesús”. Tiene predilección por la novela histórica y todavía no se anima mucho a los temas contemporáneos. Sin embargo, sus vivencias de mujer moderna y la vida agitada de la Ciudad de México, donde radica, le han servido para volcarlo en la historia de “Palomas”, aunque el sustento sea bíblico: “En la primera escena de la primera parte, el padre de la chica mata a su mamá en un arranque de ira. Me basé en un caso real de aquí, creo que a veces la novela histórica no está tan separada de la realidad actual”.
* JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ
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