25.9.06

Pan Y Circo
Juan Carlos Domínguez

Un Arca de Neón mutilada, así se escuchó el programa de rock y comentarios en su primera emisión dentro de la nueva programación de Estéreo Frontera. Caracterizada por bloques largos de música, alternados con comentarios y disertaciones de diversos temas por parte de los conductores, la emisión del reencuentro supo a poco. Y no solamente por su reducción a una hora (la mitad de lo que tenía), sino por la elocuente ausencia de Octavio Hernández, creador del concepto e icono de esa radio y de la cultura tijuanense en general. Tampoco estuvo presente David "El Pollo" Alexander, que aunque mesurado siempre en sus intervenciones forma parte importante de ese staff. Jorge Lebrija fue el encargado de dar la cara en esta reaparición, haciendo énfasis en que los cambios no eran agradables pero tampoco dependían ni de directivos ni de conductores locales. Como siempre "decisiones tomadas desde la Ciudad de México, que no entienden la dinámica tijuanense…".

Fusión es la palabra que está de moda. Por lo menos tratándose de títulos para definir la vida y actividad fronteriza, la hibridación de culturas. De ahí surgió el nombre, hace dos años, para el programa cultural que produce el Canal 12. Ahora, curiosamente, lo que hasta hace una semana era Estéreo Frontera, se convierte en Fusión 102.5. Otra vez, se supone, por una ocurrencia salida de las oficinas centralistas del IMER. En son de broma tal vez, pero hay quien hasta ha sugerido emprender una demanda por el derecho del nombre ya registrado por Televisa. Llámese como se llame, seguramente para la comunidad cultural que ha crecido –no solamente como escuchas, sino como parte activa de la estación- ésa seguirá siendo Estéreo Frontera. Al margen del nombre, el recorte de programas y la desaparición de otros, tiene sus razones y explicaciones pero los conductores de los diferentes programas no han quedado satisfechos del todo. Pelearán por su derecho de piso.

Mata Sari, es el nombre de un libro en contra de Sari Bermúdez, escrito por Gloria López Morales, ex coordinadora de Patrimonio Cultural y Turismo del CONACULTA. Amén de detallar su caso particular de despido, la autora narra todo el cochinero de esa dependencia convertida en el feudo de Bermúdez y, por consiguiente, de Martita Sahagún. Se detallan en el texto vejaciones, espionaje, tráfico de influencias, ignorancia, excesivos gastos. Imagínense, el libro tiene 200 páginas, la historia debe ser apasionante. Tomemos palabras de la autora que podrían resumir el panorama del sexenio foxista en materia cultural: "… porque si en otros campos las cuentas del sexenio pueden ser desastrosas, en éste han sido realmente una tragedia".

¿Y con Felipe Calderón qué nos espera? Uf!!!! Si en el sexenio foxista (encarnado por Sari Bermúdez) el signo fue la ignorancia e intransigencia, con el régimen calderoncista habrá que agregarle otro "atributo": el autoritarismo, que el próximo Presidente lo transpira hasta por los poros. Por lo pronto la apatía e indiferencia se hizo patente durante toda la campaña de Calderón. Apenas previo a las elecciones, se sacaron de la manga un documento de 28 páginas con su propuesta en política cultural titulado "Cultura para que vivamos mejor" (dónde habré escuchado antes eso), ahí el candidato hace sesudas reflexiones de la problemática cultural de México, tales como que nuestro país tiene menos museos que otros países más pequeños, o que debe haber mayor flexibilidad en los horarios de los museos, o que la gente ya no va tanto a los espectáculos. De ese tamaño es la visión de nuestro próximo Presidente y, seguramente, de ese tamañito será la capacidad del próximo titular del CONACULTA y sus representantes en toda la Republica.

19.9.06

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Qué relajo con el IMAC, parece una lucha campal la escenificada por estos días en el Instituto Municipal de Arte y Cultura. Los consejeros ciudadanos salientes denuncian triquiñuelas para la elección de los sustitutos; el Director de esa instancia argumenta que protestan porque alguno de ellos no lograron sus peticiones de mucho dinero a cambio de sus complacencias; otra consejera asume que se refieren a ella y exige pruebas, otros piden la destitución del titular del IMAC y una columnista vinculada a viejos funcionarios culturales le da hasta con el sartén en la mano al titular de la cultural municipal. Entre todo el desbarajuste sólo ellos se entienden. Difícil discriminar entre buenos y malos en medio de esta pelea de intereses dónde cada uno sabe sus fines reales y, en muchos casos, la cultura y la comunidad es los que menos importa.

El Presidente DHL -"entregas y te vas"- será de los últimos calificativos que Vicente Fox sumará a su arsenal de apodos. La definición se le debe a Julio Hernández López, autor de la columna Astillero de La Jornada, quien se refiere al comportamiento pusilámine de un Jefe de la Nación que fue incapaz de garantizar el cumplimiento del ritual de su propio informe de gobierno ( y el último) y qué más inepto resultará aún para garantizarle una toma de protesta a Felipe Calderón sin contratiempos, por lo menos (ya que el repudio pues cómo se lo quita). Por lo pronto el columnista Hernández refiere que algunas empresas de mensajería desconocen que trabaje con ellos un señor alto y de bigotín que se especializa en entregas rápidas en San Lázaro.

Hablando de programas culturales, a propósito del aniversario que celebró hace poco Fusión, el programa de Televisa local; sí, es justo mencionar que la emisión mencionada no es la única que se conduce por los sinuosos senderos de la difusión cultural. Está Escenario del Canal Síntesis, y Caldero, el programa de la Universidad Iberoamericana, que pese a las carencias y pobre producción ahí ha estado por diez años. Hay esfuerzos, en efecto, pero aquí el problema sigue siendo la existencia de canales de difusión. Ante la fuerza de la televisión abierta y los consorcios, las propuestas más modestas se difuminan y luego pareciera que "en Tijuana no pasa nada".

Talento, juventud y sensibilidad -sobre todo-, son elementos que parecen garantizar una fructífera carrera a Fernanda Uribe. Una tijuanense de 19 años, que deja el confort de la vida familiar, se va a estudiar a la Escuela de Arte Contemporáneo de Milán (Italia), asume con compromiso su preparación pese a la melancolía que le da la lejanía; regresa a exponer después de cursar su primer año de la licenciatura y demuestra que en poco tiempo le estará dando la batalla a las “vacas sagradas” de la plástica local. Hay muchos que prefieren estacionarse por siempre como "los fregones" del rancho y no arriesgarse a ser uno más fuera de su entorno. Irremediablemente la visión de alguien que se va y regresa –y más siendo tan joven- es determinante para ampliar el horizonte de las posibilidades y limitaciones del arte tijuanero.






12.9.06

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Rosarito: Pueblo chico, infierno grande. En el quinto municipio el clima se ha tornado raro, denso. Hay una dinámica extraña donde funcionarios panistas encarcelan a reporteros (o por lo menos les dan su paseadita en patrulla), narcos descabezan a policías, jóvenes altaneros circulan endemoniadamente con sus autos, se abren negocios extraños, han llegado muchos sinaloenses, en fin… Al margen de los hechos evidentes, la vibra que se siente es extraña por sí misma. Son varios lo que me han dicho: De repente es tenso el ambiente de Rosarito y lo que uno quiere es dejarlo atrás cuando una salida hacia la costa obliga el paso por ese municipio.

Y sin embargo Rosarito pudiera recobrar la dinámica lúdica, de esparcimiento, más allá de ser la extensión de la Avenida Revolución en la que se convierte para gusto más que nada de los gringos y pochos. Un ejemplo de ello fue el sábado pasado, cuando en un evento en plena calle frente al Festival Plaza, los herederos de Compay Segundo cantaron durante dos horas, en un ambiente celebrativo como el que más; en el que de forma espontánea se reunieron como 500 personas, casi todas tijuanenses, con sus familias, sus hijos, los amigos; muchos bailando, con consumo de alcohol en la calle sin que por ello sucediera desmán alguno. La prestigiada agrupación cubana (los gringos despistados que pasaban ni se imaginaban quién tocaba), pero también los mismos tijuanenses recuperando sus espacios, hicieron de aquello una jornada regocijante.

Las porras para el alcalde de Rosarito, Antonio Macías, fue lo que llamó la atención. En la presentación hubo mucho agradecimiento por su labor para realizar el evento de Compay (del que hasta la Casa de la Cultura sacó provecho) y loas a su disponibilidad para la cultura. Promete el edil que es capaz de traer a las playas rosaritenses lo mismo al escritor Gabriel García Márquez que a Shakira. Tuvo aquello pues, su tonillo político. Nomás faltó que le gritarán ¡sí se puede… sí se puede…! El alcalde algo quiere.

El Peje sigue inspirando toda suerte de eventos. Muchos de ellos como causas nobles. Como el de "López Obra Rock" (qué ingenio), concierto roquero en el Multikulti en el cual se pretendía reunir comestibles para los simpatizantes izquierdosos que hacen plantón en el IFE. El precio de entrada consistía sólo en la donación de alguna lata de comida. Pero el público no llegó. Y lo peor, los principales grupos musicales programados, tampoco. Dicen que se rockstarearon. Por otro lado, los campamentos pejistas se encuentran semidesolados. Así cómo pues.

Mucha poesía este viernes. Dos lecturas colectivas se estarán desarrollando simultáneamente. Una, en el Jardín Caracol del CECUT. Otra, en el bar Dando del Sur. La primera, con un fuerte apoyo institucional y logístico. El otro, a iniciativa casi solitaria de la promotora cultural Aída Méndez. Existe la disponibilidad y participación de mucha gente para ambos eventos. Y lo importante, existen las opciones. En general, estas semanas han sido intensas en eventos culturales y artísticos de todo tipo. ¡Qué bien!

7.9.06

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez


Estéreo Frontera está en la incertidumbre. A programas locales como El Arca de Neón, Cada Jueves, Static Radio y otros les han pedido un ‘stand by’ de tres semanas. El centralismo vuelve hacer estragos en esa estación de radio cultural que ha sido determinante para la efervescencia que hoy vive la dinámica artística local. El IMER (Instituto Mexicano de la Radio) a 3 mil kilómetros toma decisiones de lo que debemos escuchar los tijuanenses. Dicen que la estación cambiará su programación a totalmente jazzera, que mientras "esperen a ver qué…". Ya se deja oír la nueva música y no está mal. Nomás que no se les vaya a ocurrir alguna idea genial de última hora. Como aquella que dio origen a la etapa más funesta de Estérelo Frontera, cuando se convirtió en grupera.

El Sótano de Rita empieza a ver la luz. Ya nada más será cosa de constancia, que a veces es lo que más cuesta. Un evento que nos hizo recordar lo que por un año fue el Caesar’s (con eventos culturales multidisciplinarios que en pleno miércoles revitalizaban la moribunda avenida Revolución y congregaban a gran diversidad de público) fue el del pasado domingo, que concentró ese carácter ecléctico que caracterizaba al Caesar´s. Para ser el día que era, la convocatoria fue buena, en un festival que concentró hip hop, rap, raggae, dancehall y hasta danzas aztecas que despertaron el interés de los turistas que por ahí transitaron. Border Brothers, Josh Fabio y Abapsy prendieron la mecha de lo que se puede gestar ahí. Hay mucho espacio en El Sótano de Rita y hay mucha oferta cultural y artística para revitalizarlo al ritmo actual y dejarse de nostalgias, por un lado, y de inconsistencias cuando se trate de seguir invirtiendo en la cultura.

Germán Dehesa enseñó el cobre. El pesadito columnista encanto de las señoras menopáusicas y fulanitos cafeteros tipo Sanborns, con su humor aguardentoso encontró el hilo negro de los problemas del país. En su columna del Reforma dijo que el actual problema electoral podrá resolverse sólo con la voluntad y la decisión de los pobres; que no dependía de los grandes capitales. Por si quedaba alguna duda de su bonanza personal, pero sobre todo de los grupitos que le han dado tantas alas, arremetió: "Va a sonar escandaloso, pero nuestros pobres están muy malcriados y ya no podemos seguirles otorgando su beca de pobres".

Qué flojera da la doña Patricia Mercado. ¡Otra por el estilo!. Sí, es inteligente, muy grandilocuente y dilucidada en sus propuestas. Pero a la hora de la hora, muestra su tibieza tratándose de acciones. La sonrisota la delata: Está alegre de haber asegurado el registro de su partido y con ello, el del bienestar para su familia.

El nepotismo del rector de la UABC (Alejandro Mungaray) no conoce límites. Pero el tema es largo y el espacio corto.

4.9.06




Ante protesta de perredistas

Exagerada seguridad con Fox

La Universidad Autónoma de Baja California (UABC) fue tomada de tal forma por el Presidente Vicente Fox y agentes del Estado Mayor Presidencial que, literalmente, había que bajarse los pantalones para poder ingresar a ella.

Juan Carlos Domínguez

Tan pusilánime fue la visita del Jefe de la Nación como exagerada fue la parafernalia desplegada para resguardar los territorios universitarios y proteger a Fox de los previsibles actos de protesta ante la crisis post electoral.

Fox llegó arrasando, con un inusitado dispositivo de seguridad, excesivo e intimidatorio. El tráfico fue interrumpido desde el complejo donde se encuentran los estudios de Síntesis Televisión, es decir, a casi un kilómetro del Centro de Alto Rendimiento, donde se realizaría el primer acto del día. Sólo se les permitía el acceso a la prensa, invitados especiales y ancianos que recogerían su cheque de apoyo, y eso tras varios filtros de revisión, esculcando bolsas, mochilas, echándole un vistazo a los apuntes de reporteros y hasta calculando la densidad del liquido en aquellos que traían algún bote de agua.

Un fotógrafo del Periódico Frontera, un funcionario de comunicación social del Gobierno del Estado, fueron algunos de los que tuvieron que bajarse los pantalones para poder traspasar los varios filtros instalados en la UABC. Una conductora de noticias se resistió a una revisión corporal más detallada. Pero también las personas de la tercera edad, algo así como los festejados de la tarde, hubieron de pasar por la misma auscultación.

Mientras un reducido grupo de simpatizantes perredistas hacían plantón a la entrada del Circuito Principal de acceso al campus universitario, estudiantes y maestros tenían que dar mil explicaciones para que se le permitiera el paso. Si el aspecto del visitante no era muy confiable, a los ojos de los guardias, definitivamente se prohibía el paso originando toda suerte de protestas.

Si Vicente Fox arribó a la UABC en helicóptero, el Presidente Municipal de Tijuana, Jorge Hank Rhon tuvo que hacerlo como cualquier cristiano, en camioneta Mercedes Benz, eso sí, pero con los mismos trámites de acceso que sus guaruras no pudieron traspasar y quienes, despreciados, tuvieron que irse a comer algo y ‘hacer tiempo’ al Carls Juniors que se encuentra enfrente.

El primer acto que el Presidente Fox presidió en la Universidad, fue el de entrega de apoyos a personas de la tercera edad. ‘Estoy muy contento de esta visita a Baja California’, expresó Fox, agradeció a Eugenio –así en plan coloquial- y al Presidente Municipal –así, sin siquiera mencionar su nombre–.

El discurso foxiano se centró en dar datos y cifras de cómo su gestión ha ayudado a los ancianos, a través de programas como Fonahpo, el Seguro Social Popular y de Jubilación, aprovechando todo ello para resaltar, algo vedadamente, el clima de democracia en que se enmarcan estos proyectos. “Aquí en esta tierra las y los bajacalifornianos han sido defensores, constructores del México libre y soberano que hoy tenemos, de este México democrático, de igualdad, de equidad y justicia, y de instituciones”.

Aseguró que los programas de asistencia social continuarán, apostando por la continuidad de su régimen panista, pero sin ser tan obvio. “El siguiente Presidente de la Republica seguramente va a llevarlos a cobertura total para que nuestro país sea uno de los primeros con una cobertura total de asistencia social”.

En su perorata Vicente Fox hizo alarde de su humorismo, pronunció en forma de silbido el nombre de su pueblo San Pancho, bajó del estrado a abrazar a un anciano (¡vente para darte un abrazo!, ¡qué emoción!… ¡qué bonito!, expresaría) y hasta se dio el lujo de citar –sin equivocarse– al escritor Víctor Hugo.

Fox continuó agobiando con datos y cifras, y evidenciando en cada oportunidad el transfondo de su justificatorio discurso: “La democracia que hemos conquistado en México sigue dando frutos...”

El presidente y el séquito de funcionarios se retiró a la comida privada con los empresarios locales, y los viejitos tijuanenses se quedaron haciéndose bolas, con todo y los achaques que algunos ya cargaban desde temprana hora, en una sesión desordenada de hacer filas dependiendo de la colonia a la que pertenecían y así poder recoger su cheque de mil 500 pesos.

Somos una universidad relajada…”

Para pasar al segundo acto en las instalaciones en la UABC, -entrega de los Premios SEP-ANUIES- a la prensa se le trasladó en camionetas pánel en un campus universitario que, con sus estudiantes relegados, lucía desértica, vacía, impecable y apacible, tal como el Presidente Fox en su fantasioso análisis de su gestión piensa que dejará el país.

Nuevamente la inconformidad de los reporteros se hizo presente ante los meticulosos procesos de ingreso, en el que incluso se pedía a las reporteras dejaran sus bolsos, así justificaran que ahí traían sus instrumentos de trabajo. “No voy a dejar mi bolsa… están pero bien…”, expresaría la conductora Roxana Di Carlo. “Qué risa me da esto…” refrendaría Adriana Rodríguez de Telemundo.

Los mismos empleados y académicos de la UABC se quejaron del mismo trato por el que hubieron de pasar al ingresar a temprana hora. “Nosotros también sufrimos, Y somos una universidad ‘relajada’’’.

Incluso David Piñera, el historiador más venerado en la UABC, pasó un duro trance para que se le permitiera el ingreso. Un fotógrafo que tomaba la imagen del hecho fue regañado e “invitado”, por parte de un miembro de la seguridad presidencial, a que borrara la foto.

En la ceremonia de la entrega de los premios ANUIES, el Rector Alejandro Mungaray y demás autoridades universitarias, en una larga intervención recitaron todos los logros que la Máxima Casa de Estudios ha tenido en los últimos años. Afuera, en el Centro Comunitario, un agente del Estado Mayor Presidencial se mataba el hastío viendo y hasta desprendiendo la pistolita que más le gustó de una pieza artística de Daniel Ruanova que integra todo tipo de armas de plástico.

Las autoridades gubernamentales y universitarias, continuaron presidiendo el protocolo, en un estrado donde se tejían distintos estados de ánimo determinado por el nivel de gobierno que se representaba. Un Vicente Fox dicharachero y sonriente, como habitante de un mundo límbico, Eugenio Elorduy, petulante y con aires de autosuficiencia, orgulloso de la mano de Fox, y un Jorge Hank desgarbado, incómodo, ignorado, y con un semblante de desamparado que se fue intensificando.

“Ésta es una Universidad de todos y no sólo de los universitarios”, decía el Rector Mungaray, a pesar de los 15 mil estudiantes a los que se les cancelaron las clases con toda suerte de justificaciones. Elorduy fue todavía más contradictorio, dijo que ahí, en las aulas cimarronas, toda preparación académica llevaba implícita una vocación democrática.

Para beneplácito de los que se cansan pronto con la solemnidad, volvió hacer su aparición Vicente Fox en el estrado. “Disculpen, no estaba preparado para hablar con ustedes, pero no me pude resistir las ganas…”

Y su intervención fue para atiborrar de programas y cifras que a lo largo de todo el sexenio ha venido repitiendo su secretario de Educación. Más allá de impresionar con cifras, nuevamente el discurso foxiano tocaba vedadamente el tema electoral. “La educación ha sido herramienta fundamental para la transformación… De paz, tranquilidad y para vivir en armonía…”

Y para cerrar con broche de oro remató en su peculiar estilo “No me voy a despedir, ya le prometí al gobernador regresar dos o tres veces más… Aquí me lleno de energía, con gente que no habla mucho pero hace mucho”. Cínico o muy desenfadado al grado del enternecimiento, todavía sentenció “y les aseguro que el 30 de noviembre a las 10 de la noche voy a estar trabajando, e igual así como empecé así me voy a retirar, yendo a la Villa a darle gracias a la Virgencita de Guadalupe”.

“La Universidad no es de Fox ni de sus bufones...”

Los helicópteros presidenciales se elevaban por los mágicos cielos de Foxilandia, cuando estudiantes de la Escuela de Humanidades alegaban con algunas autoridades universitarias.
“¡La universidad es de los estudiantes, no de los gobernantes…!, ¡la universidad es de los estudiantes… no de lo gobernantes…!”, eran los estudiantes de aspecto hippioso los que lanzaban el grito. “!Ni a Fox ni a sus bufones les pertenecen nuestros salones…! ¡Ni a Fox ni a sus bufones les pertenecen nuestros salones…!”, protestaban aquéllos, mientras pasaban estudiantes trajeados de negro y veían con desprecio a los inconformes.

Un funcionario universitario trataba de bajar los ánimos convidándolos a conversar después. Relegaban la culpa. “Esos cabrones son lo que hicieron todo…”, se refería con respecto a la guardia del Estado Mayor Presidencial. Algunos estudiantes denunciaron intimidación directa por parte de los agentes: “Cuidadito amigo… soy del CISEN”, aseguró un estudiante de filosofía que incluso fueron fotografiados por la policía.

Los inconformes externaban su indignación ante el hecho de haber sido relegados en un acto que por lógica debe contar con la presencia obligada de la comunidad estudiantil pero en la que solamente fueron invitados 15 estudiantes por escuela, “los puros elegidos, los niños bonitos que la Universidad misma eligió”, remarcaron los estudiantes de Humanidades.

Vicente Fox realizó una de sus últimas visitas a Tijuana, precisamente a una de las Universidades del país que mayor pasividad registra. Y, en donde por cierto, no hubo acceso para la prensa, ni nada se supo de su recorrido por las nuevas instalaciones de la Magna Biblioteca. Un acto de prudencia quizás, por esa especie de angustia que los libros le provocan al Presidente, y que van a la par de su tendencia a inventar nombres de escritores