26.2.08

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Conos color naranja por todos lados, se los encuentra uno hasta en los últimos rincones de la ciudad, en el afanoso trabajo de tapar baches y hoyancos que ha emprendido el Ayuntamiento de Tijuana. Pero mucho ruido y pocas nueces. Al ya de por sí aglomerado paisaje de automóviles y personas, se agregará esos conitos fosforescentes, por todo el trienio, y en una de ésas, hasta andarán cobrando identidad viva.

El colmo es que hasta el Cecut, nuestro máximo recinto cultural en la región —suponemos que aún lo es—, ha llegado esta invasión de los conitos anaranjados. No basta ahora con la misión imposible de ingresar en carro a esa institución en ciertos horarios y días (por la extensa fila que se forma para cruzar a territorio estadounidense), sino que ahora también hay que sortear una laberíntica trayectoria dentro del propio estacionamiento del Cecut, donde han sido colocados esos llamativos artefactos, pero de forma exagerada, aderezados con tiras amarillas de plástico. Pero que todo sea para bien, en cualquier edificación comercial y oficial, en lo último que piensan es en el estacionamiento, y qué bueno que esa dependencia sí contemple mejorarlo, después que con la construcción de la mentada Galería Internacional, la han dejado sumamente desvastada. De la estética arquitectura que fue icono de la ciudad, ni hablar, ya estará dada al traste.

Hablando del Cecut, qué incongruentes son los funcionarios, o en sí los programas culturales oficiales. Por ejemplo, en el rubro de las Letras, esa institución anuncia que fomentarán la creación literaria, con especial atención para el público en general. Pero la mayoría del “público en general” es asalariado, esté o no directamente vinculado con el quehacer cultural. Los cursos y talleres que ahí se imparten andan costando 300 ó 400 pesos. Los subsidios y patrocinios que esa institución atrae, deberían invertirse mejor para becar a los interesados en sus talleres, y no tanto en hoteles o para llevarse a los invitados a comer langosta a Puerto Nuevo.

No suena mal, es más, parece una idea muy atractiva esa de que en lo próximo las obras literarias y los escritores que lleguen al Cecut no sean presentados y comentados por sus colegas, que a veces resultan muy solemnes y protocolarios. Además de comprometidos y poco honestos porque generalmente —sobre todo los autores locales— agarran a “los compas”, para asegurarse las adulaciones. Carniceros, lecheros, taxistas, meseros, aguadadores, presentando a los escritores, será más divertido y espontáneo; y sincero. Y seguramente sí leerán los libros, porque luego algunos autores que asumen ese compromiso ni esa molestia se toman.

Qué triste Bienal de Baja California, que hasta en la ceremonia de inauguración, a la que muchos no fallan por aquello del cóctel, se reflejó. Vaya, ni siquiera interesó a muchos de los artistas que fueron seleccionados y ganadores. Será el desgano en que ha caído la comunidad cultural tijuanense, o será la polémica y el desprestigio en que ha caído el certamen, porque también hay que recordar que se ha comentado mucho el plagio que cometió uno de los artistas ganadores y cuya obra se exponía esa noche de apertura en el Instituto de Cultura de Baja California. Por cierto, la actual administración de ese organismo, hace esfuerzos por mantener su propia identidad y estilo, por lo menos en sus eventos inaugurales. Si en el pasado el distintivo era la cerveza, en barril o “ampolletitas”, hoy lo es un ambigú sui géneris, abundante y tendiente en producir un ataque de hiperglucemia en los asistentes: gelatinas, flanes, pastel, café, frutita y galletitas gamesa surtido rico.

19.2.08


LOS AMIGOS INVISIBLES
Se dejaron ver en San Diego

*Juan Carlos Domínguez

10: 40 de la noche, el telón abajo y el escenario oculto donde ya se escuchaban los sonidos de Los Amigos Invisibles. La gente cantaba al clamor de “¡Venezuela… Venezuela…!”. Cinco minutos después se levantaba la cortina que daba oportunidad de ver a los seis músicos sudamericanos en plena ejecución de sus instrumentos. Desde el primer instante se desató el ritmo frenético que ya no pararía en una hora.

Su éxito “Sexy” inició el alborozado baile de 500 asistentes -tanto anglosajones como jóvenes nice de Tijuana-, con canciones ligadas una tras otra en una sola sesión dentro del House of Blues de San Diego, California, misma que no cesó hasta casi entrada la medianoche.

“¿Quieren bailar esta noche?”, preguntó a los asistentes Julio “Chulius” Briceño, vocalista de Los Amigos Invisibles, seguido de la invitación: “Pues a mover esa nalga…”. Una somera selección de temas contenidos en sus cinco álbumes envolvieron pista y escenario: “El Disco Anal”, “Ponerte en Cuatro”, “La Vecina”, “Bueno pa’Gozar”, “Cuchi, Cuchi”, “El Baile del Sobón”, “The Venezuelan Gozadera” y el estreno de “Mentiras”, tema que marcará el lanzamiento de su próximo disco, que aparecerá a mediados de este año.

Las gotas de sudor del vocalista caían al mismo tiempo que las notas de la música; cantando, o en ratos simplemente bailando y pegándole a la clave y el bote.

Dos banderas venezolanas se agitaban justo abajo y frente al estrado. Más se agitaba la gente con aquella ensalada musical y ruidosa de jazz, mambo, techno, salsa, reggae, bossa nova, acid jazz y cha cha cha. Ese viernes 8 de febrero, Los Amigos Invisibles hicieron honor a su nombre y solamente dejaron flotando en el ambiente sus regocijantes sonidos.

Imposible ser rockstar

La gira de Los Amigos Invisibles por Estados Unidos fue para pagar la renta. El hecho es un poco en broma y un poco en serio. Es el costo de ser independientes. Decisión que desde el año 2000 tomaron los seis músicos venezolanos, que dejaron su país para radicar en Nueva York, firmados por la disquera Luaka Bop, propiedad de David Byrne (Talking Heads).

La mudanza no fue nada más por el afán de internacionalizarse, sino simplemente porque en el país gobernado por Hugo Chávez, la precaria situación económica y la desvastada industria musical frustran cualquier ambición musical hoy en día: “Aquí sí lo puedes hacer, montado en una van, recorriendo el país de arriba abajo, cargando los equipos. En nuestro país lo puedes hacer, pero son cuatro o cinco ciudades activas económicamente para el espectáculo; y después que haces esas cinco ciudades en dos semanas, ¿qué te queda el resto del año?”, externó Julio Briceño, cantante del grupo, en entrevista con ZETA.

La piratería por un lado y la tradición de la “payola” para poder ser tocados en la radio, dejaron gris la perspectiva para Los Amigos Invisibles y para el resto de los cantantes y grupos musicales en aquel país, una esfera “muy dañada, porque las disqueras que quedaron son manejadas por dos o tres personas que no están firmando artistas locales, están solamente editando a artistas de fuera que realmente venden, como Christina Aguilera, Britney Spears, U2 o The Killers”.

En contraste con el talento: “Venezuela sigue siendo muy fructífera a nivel musical, pero los artistas han tenido que irse independientes, entonces no son artistas que venden 20 mil copias, sino 400, 800, mil. Les cuesta girar dentro del país porque no hay una infraestructura”.

Finalmente, Los Amigos Invisibles crearon su propia disquera independiente, con la que no solamente controlan e impulsan su propia carrera, sino que producen los proyectos paralelos de cada uno de sus integrantes. Además, en una postura nada egoísta, incluyen a músicos de su país, principalmente de la escena electrónica. “Por lo menos para sacarlos en compilaciones, tal vez no tenemos la infraestructura para agarrar a un artista y decir ‘vamos a impulsarlo’, pero con una compilación impulsas a 16 ó 17 de un solo golpe”.

Ser independientes lleva el resultado de vender sus discos de forma directa en sus conciertos o por medio del Internet, y confiar en la respuesta del público, pues con compañía de discos o sin ella, Los Amigos Invisibles no agotan su inspiración musical. Las expectativas para Gozadera Records, su disquera, es llanamente seguir trabajando y ampararse en Dios para que la piratería no les siga dando tan duro: “Que también es algo inevitable, que se va de las manos. Cómo controlarlo, imagínate, ni las grandes disqueras han sabido cómo hacerlo todavía”.

– ¿Entonces es cada vez más difícil convertirse en rockstar, con toda la parafernalia que esto implica?

Exacto… bueno, primero, rockstars en Latinoamérica creo que hay tres, y se nos acaba la lista. Realmente que vivan a nivel de rockstar, pues tienes que meter ahí a Shakira o Juanes, y a Gustavo Cerati. Del resto estamos todos en la tarea… metería tal vez a Café Tacuba, pero hace poco leí que ellos tampoco se dan ese nivel de rockstar, sino que están haciendo discos, moviendo su cartera y tratando de vivir de la música. Pero así, que vivan en mansión con piscina y chofer, creo que casi nadie, salvo esos tres que te nombré”.

– ¿Y cómo lo viven ustedes esto? ¿Disfrutan más la carrera porque van a un paso ligero, o les hace añorar la fama?

“No sé si añorar la fama, pero sí por lo menos te pone a trabajar todos los días en esto, y ves que estás en un nivel que, bueno, no es súper la fama pero tampoco estás empezando en una carrera en que nadie te conoce, sino que poco a poco vas batallando día con día. Los Amigos Invisibles lo vemos como un trabajo común y corriente, así como el chico que se levanta para ir al deli a trabajar o el doctor, el obrero; nosotros nos levantamos también a hacer música y a tratar que la banda siga adelante, porque no vivimos a un nivel de rockstar, y creo que los que llegan a ese nivel se tienen que levantar más temprano que los demás para poder seguir en ese nivel ¿no?”.

– ¿Todo esto repercute en que tengan más tiempo para el proceso de componer música, mientras muchos se quejan de no tenerlo?

Sí. Bueno, es relativo eso de no tener tiempo o que no les dé chance, creemos que también en el nivel que estés y si realmente estás viviendo de eso, tienes que levantarte y agarrar la guitarra o agarrar el instrumento con el que compones y tratar de hacer piezas todos los días. Hace poco leía a (Andrés) Calamaro que la musa no viene, la musa tú la buscas, es constante”.

Cantarán con Natalia Lafourcade

Después de su más reciente disco, “Súper Pop Venezuela”, que los reubicó en la preferencia de sus seguidores y les atrajo nuevos públicos gracias al homenaje que hacen de temas exitosos de cantantes venezolanos famosos y no tan famosos -al menos en el resto de América Latina- como Franco de Vita, José Luis Rodríguez “El Puma”, Ricardo Montaner, Giordano, Colina, Sentimiento Muerto, Delia, Frank Nelson y otros, Los Amigos Invisibles tienen casi listo su nuevo álbum que aparecerá en los próximos meses, mismo que marcará un distintivo, entre ellos, la factura de las canciones.

“A diferencia de otros discos, que siempre han sido larguísimos, éste será un disco más corto, con canciones más concisas y más directas”. Además de colaboraciones muy afortunadas.

“Ya tenemos grabada a Natalia Lafourcade, somos fans de ella desde que sacó su primer disco, nos encantó el sonido, y sobre todo la voz de ella, nos encanta cómo canta. También tuvimos la oportunidad de conocer en México a Jorge González, el cantante de Los Prisioneros, que nos dijo ‘mándenme lo que quieran’ y ahí está colaborando. Tenemos a Cee Funk, que era el cantante de Los Tetas, que nos hemos hecho muy amigos, sobre todo por ese sonido funk que tenemos los dos. Entre el funky latino y new wave de los ochentas va el nuevo disco”.

– Natalia Lafourcade ha estado muy desaparecida. ¿Podemos decir que esta colaboración con ustedes marcará su reaparición?

“Ojalá… ojalá la ayude a ella y nos ayude a nosotros, a los dos ¿no? Le tenemos bastante aprecio, la verdad; a ella, a su carrera y a cómo lo hace”.El próximo disco de Los Amigos Invisibles, que aún no tiene título, tendrá como tema de lanzamiento “Mentiras”, en la que participará el experimentado productor argentino Oscar “Cachorro” López. Será pues, un álbum de importantes colaboraciones: “Quisiéramos más, pero ya por lo menos con esos nombres nos encanta lo que han hecho a la canción cada uno de ellos. Quedó muy chévere”, finalizó “Chulius”.

18.2.08

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Los temblores ganaron la nota. Lo que nunca, las ejecuciones, que las hubo, cuatro y un atentado, en un sólo día en Tijuana, el martes pasado, pasaron a segundo plano gracias a los movimientos telúricos que han sacudido a los mexicalenses. Los principales noticiaros de televisión dedicaron la primera mitad de sus transmisiones, incluso con enlaces en vivo desde Mexicali, a los daños y pormenores de tales eventos en la capital del estado. Ya con el tiempo de sobra, y sin tanto alarmismo, dieron cuenta a los asesinados del día y a las actividades de los comandos criminales. Síntoma de que las narcoejecuciones cayeron en la cotidianidad que no sorprende. Como en aquellas pequeñas ciudades donde los grandes cabezales de los diarios son un asalto a un negocito, o el asesinato de alguna mujer por parte de un marido despechado.

La naturaleza es sabia, y qué bueno que le tocó a Mexicali y no a Tijuana, que bastante devastada está allá, además de sus cerros y barrancos, zonas de alto riesgo que suertudamente los mexicalenses no tienen. Que se espere tantito la Falla de San Andrés para que haga de las suyas con esta ciudad, que le dé tiempo a las autoridades a acabar con los baches, que ya empezaron a trabajar, aunque da mucho coraje y que aunque ellos no tienen la culpa, dan ganas de aventarle el carro encima a los trabajadores que hacen tal faena, por arbitrarios e inútiles, y que intensifican aún más el caos vial de las avenidas, simplemente por estar tapando un hoyito con —pareciera— lodo y aserrín. Además a un pasito que, obviamente, no solucionará el problema en lo que resta de la de la actual administración municipal.

Tembló todo el país, y no es metáfora a propósito del clima delictivo que azota a todos los rincones de la nación. La mañana del lunes pasado también se agitaron los conductores del noticiero de humor e ironía, “Matutino Express”, que conduce Esteban Arce. Ellos oyeron sonar la alerta sísmica, el conductor y sus compañeros se pusieron de pie, dijeron que tendrían que salir a la calle porque estaba temblando, dejaron sus escritorios y las cámaras se quedaron enfocando el vacío. Dado al formato del programa cualquier televidente pensaría que era una broma, después se supo que todo era real, un sismo de 6.6 grados en la escala de Richter, con epicentro en Oaxaca y que zarandeó al Distrito Federal y a otras entidades del centro del país.

Se cimbran las calles de Tijuana, y ahora sí, regresando al tema de la violencia. Las calles destruidas y llenas de hoyancos no son obstáculo para que los comandos asesinos corran a toda velocidad para llegar hacer “su tarea”, cumplir y poner pies en polvorosa. A las 11 y media de la noche del lunes 11 de febrero se reportó el hallazgo de tres ejecutados; unas horas antes, a eso de las 8 de la noche, por la misma zona, y por alguna de la conexiones que llevan a otras delegaciones o municipios, automovilistas que circulan por ahí (regresando de su jornada laboral) vieron un comando de cierta corporación policíaca, como diez unidades, y una camioneta normal, ya saben, todos con estrobos, sirenas y a altísima velocidad dispuesto a arrasar lo que se atraviesa. Seguramente cumpliendo “con su deber”, en esta lucha campal en que están convertidos la ciudad y el país entero. “Nosotros sí vamos, mitoteros”. En efecto, todos van, y llegan a donde tienen que llegar, no hay poder que detenga esta guerra. Y para más burla, los ejecutados fueron encontrados muy cerca de un cuartel militar, y ahí, donde también a veces se pone un retén militar donde los soldados revisan los autos sospechosos. La pregunta sería: ¿Qué se necesita para ser sospechoso? Porque la fila se pone muy larga, y pues si hay que evitarla, mejor.

¡Buena idea!, la que tuvieron los Obispos de varios municipios de Coahuila, quienes les pidieron “de forma especial a los narcotraficantes, que se arrepientan, y que no caigan en la tentación del poder y el placer; que valoren a las personas”. Entonces, hay que sugerirles que hagan lo mismo, a nuestros sacerdotes en Baja California. Y de paso que le pidan a Dios que ya no tiemble.

12.2.08

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez


Cómo cambian las cosas, ¿no? Hace cuatro años, que en realidad no es mucho, una revista de circulación nacional y de distribución gratuita realizó una encuesta entre sus lectores para determinar quiénes eran los 25 mexicanos más queridos por sus compatriotas. Ahora la realidad es otra.

Ya estaba “más allá que pa’ca”, pero en ese entonces el Subcomandante Marcos había a finales del 2003 hecho una insustancial reaparición defendiendo a los terroristas de la ETA. Siendo siempre su mejor publirrelacionista, por lo menos en ese momento le sirvió para que la gente lo ubicara en el lugar número 17 de las simpatías de los mexicanos. Ahora resulta más emocionante comprar muñequitos de trapo con su figura en San Cristóbal de las Casas.

La más querida de las mujeres, en un momento dado, créanlo, llegó a ser Martita Sahagún de Fox. Los encuestados la ubicaron en el lugar 16 de los más queridos, tributándole con ello su frivolidad y protagonismo. Ya iba a la baja pero aun en el 2003 todavía había muchos que deseaban verla como la Señora Presidenta en el 2006.

No hay quinto malo, es más, es sumamente halagador quedar en esa posición en una encuesta de los más queridos, y ese lugar los mexicanos se lo otorgaron –aunque usted no crea– a Lucero. Todavía en ese entonces la revista resaltaba sus virtudes: “Es la imagen cándida y bondadosa de Televisa… capaz de no dormir 24 horas una vez al año con tal de recolectar fondos en pro de la niñez necesitada”. Incluso todavía la mencionaban como “La Novia de México”. Muy lejos estábamos todos de imaginar que ese lucerito de la mañana iba a explotar como hecatombe en contra de los periodistas. Misteriosamente los ejecutivos de Televisa se han empeñado en sostenerla en la pantalla pese a su devastada imagen.

Ya es un raro espécimen, y su voz ya no es ni de niño ni de viejito, tiene setenta y tantos años y apenas puede con sus articulaciones, lleva 40 años en el mismo programa y una década diciendo que pronto se va a retirar. Chabelo, más conocido ahora como “Chabuelo”, quedó en el honroso cuarto lugar entre los mexicanos más queridos por el pueblo. Creo que en su caso no ha cambiado mucho el cariño para con él, finalmente conocen sólo al personaje y no al cascarrabias neurótico que explota en cada corte comercial. Sin embargo, cuando llegue su final, seguramente será una tragedia nacional. ¿Se imaginan un domingo de En Familia sin Chabelo?

Nadie como él, Vicente Fox fue el héroe de todos los mexicanos y aunque sus bonos rápido fueron en picada, el pueblo, que finalmente es el que cuenta, no lo aborrece, como a casi todos los ex presidentes. A medio sexenio, aún ocupaba el tercer lugar entre los más adorados por sus compatriotas. Nos hacía reír más que otra cosa. El escarnio –de intelectuales y periodistas– nunca fue suficiente tras sus metidas de pata tiro por viaje: “Fidel, cenas y te vas…”, “José Luis Borgues”, “Botas de charol”, “Qué bueno que no lees, eres más feliz…”, “Los mexicanos hacen trabajos que ni los negros quieren”… Cuánta simpatía. Si ahora ya no es tan querido –aunque sigue siendo muy rentable su figura– es porque tras su salida han surgido a flote sus transas. Continúan sus declaraciones y exhibicionismo, se cayó el mito del Presidente honrado, y se fortaleció la idea del Presidente pen… denciero.
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Fue noticia hace unas semanas. Y hace cuatro años ocupó el segundo lugar entre los mexicanos más queridos: Ana Gabriela Guevara. Sus triunfos y el orgullo mexicano la ubicaron entre los afectos de los consultados. Se retiró, aunque tal vez se mantiene el afecto de sus seguidores por su valentía y arrojo para gritar verdades. Ya decía yo que esa mujer tiene escroto. Y bien puesto.

Y el mexicano más querido, hace cuatro años, pues quién más, era Manuel López Obrador. Sus acciones populistas en el Gobierno del Distrito Federal y sus afrentas nada “políticamente correctas” contra sus adversarios; le ganaban el cariño de los mexicanos. Era el más fuerte aspirante a la Presidencia. Hoy un mandatario virtual que mendiga espacios en los medios de comunicación para plantear su postura contra la privatización de la industria petrolera.

Otros adorados en su momento, según esta encuesta: Juan Gabriel, Brozo, Chespirito, Adal Ramones, Cuauhtémoc Cárdenas y, sorpréndase, el Cardenal Norberto Rivera y Rosario Robles. No cabe duda, el amor acaba…
Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

¿Qué está pasando en Tijuana?, que a la cinco de la tarde, llegas a una licorería y está cerrada, llegas a otra, y lo mismo, y en sábado. ¿Dónde queda el party eterno de esta ciudad, la vida licenciosa y los excesos? Pues sucede que hay miedo, mucho miedo de los pequeños empresarios. Sucede, por ejemplo, que hace algunos días abrieron una nueva licorería en la Colonia Altamira, y a los tres días de la apertura ya habían sido asaltados. El negocio rápido se fue al traste y sólo quedó la frustración.

Los crímenes de alto impacto son los que más emocionan, por lo que no volteamos a ver los robos, asaltos y todos aquellos que llaman del “fuero común” y que se han incrementado de forma alarmante en la ciudad. Tipos de delitos que antes nada más se observaban en el Distrito Federal y en alguna otra urbe del país, ahora ya son cosa de todos los días en Tijuana. Pero obvio, no se les da tanta difusión, no son tan excitantes.

Están ricos los cocos que venden en el malecón de Playas de Tijuana. Ahí llegaron dos hombres en carro, normales, pidieron sus cocos con limón y mucho chile, para llevar. Dos damas hacían lo propio, comían en una mesa, el carro de los tipos estaba encendido, por lo que prontamente pudieron arrancar en cuanto les arrebataron las bolsas a las mujeres.

“La vio cerca” una señora, agente de ventas para una compañía de productos lácteos cuando la “levantaron” saliendo de un banco en La Mesa. La anduvieron paseando, no la mataron, a sus secuestradores sólo les interesaba quedarse con los 60 mil pesos que había retirado de su cuenta.
Le llovieron piedras cuando circulaba por el bulevar 2000, como si no fuera suficiente ya la oscuridad y los baches de esa zona —y de toda la ciudad—, el joven bajó a ver qué pasaba y ahí empezó a ver su suerte. Los agresores tirapiedras le “bajaron” dinero y carro.

Platicaba traumada una empleada de Infonavit que al detenerse en un semáforo en rojo en un crucero de la ciudad un tipo se le acercó y muy confianzudo le insistía que bajara la ventana, “no, no te conozco”, le respondía una y otra vez, el presunto maleante se estaba poniendo de malas, pero la luz verde la salvó, tuvo suerte, a otras mujeres, incluso en zonas como Residencial Aguacaliente o la Chapultepec las ha bajado a punta de balazos, nomás para que suelten sin mayores aspavientos sus automóviles.

Acabar con los delincuentillos, asaltantes y todo tipo de malandros de baja estopa es posible; tal como ha ocurrido en varias ciudades de Michoacán —por ejemplo—, donde ajusticiaron y se acabaron a los raterillos y asaltantes callejeros. Se impuso la autoridad y arrasaron con ellos, ¿quiénes?, pues las células de los “Zetas”. Las calles michoacanas ahora son más tranquilas, solamente les va mal a aquellos grandes empresarios o pequeños empresarios que no quieren pagar sus respectivas cuotas para seguir viviendo y operando sus comercios. Unas por otras. Menos robos y delitos ordinarios, por uno que otro de alto impacto. Una alternativa para Tijuana.

Tijuana está peor que nunca, ¿verdad?, es lo que me han dicho, coincidentemente diferentes personas de ciudades como Monterrey, Guadalajara o el Distrito Federal (alguna de ellas nacida aquí y con tres meses fuera) ¿Y qué responder? “¿O será porque la veo desde fuera?”, agrega otra. Solamente que sea por eso…

8.2.08


Mayor Apoyo al CiNe NaCioNaL


* Juan Carlos Domínguez

Sin llegar a ser la panacea, el cine mexicano actual vive buenos momentos. Por lo pronto, 2007 se apunta como el año en el que más avances sustantivos logró la industria fílmica mexicana, siempre tan incipiente.

El motor que echó andar este repunte partió del Gobierno Federal, que tuvo a bien darle un lugar prioritario al rubro dentro de su Plan Nacional de Desarrollo, en el ramo de “Cultura, Arte, Recreación y Deporte”. A través del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), el objetivo final es crear mejores condiciones para el desarrollo del cine nacional.

Ello a través de tres líneas concretas de acción: Fortalecer los mecanismos existentes de apoyo a la producción cinematográfica; distribución y exhibición de películas mexicanas en consenso con diferentes sectores de la industria; además de la implementación a nivel institucional de nuevos proyectos que acrecienten el acercamiento de la población a las obras fílmicas.

Las cifras no mienten, y aunque se está lejos de la bonanza, el avance es significativo. Solamente en 2007 el Estado destinó 670 millones de pesos a la producción de películas mexicanas. Gran diferencia, considerando que en el período comprendido entre los años 2001 y 2006, sólo se llegó a un monto de 680 millones de pesos para el mismo fin. Dicho más claramente, el gobierno de Felipe Calderón ha destinado la misma cantidad de dinero que Vicente Fox aportó durante toda su gestión.

De tal suerte que el año que recién acaba de concluir, registró la más alta producción de películas mexicanas que se haya tenido en 17 años. Se llegó a un total de 70 películas mexicanas producidas, un 10 por ciento más que en 2006.

El desglose de logros continúa: Durante 2007 se estrenaron comercialmente 34 películas apoyadas por el Gobierno Federal; éstas registraron la asistencia de más de un millón de asistentes. El IMCINE participó en 51 festivales de cine nacionales, obteniendo 65 premios y reconocimientos. Un atractivo especial que acrecienta la estimación de las películas mexicanas es su participación en festivales de cine internacionales; las producciones apoyadas con recursos públicos participaron en 230 eventos de este tipo alrededor del mundo, logrando 41 premios y reconocimientos.

Además de estos resultados, IMCINE aplicó su apoyo en otros aspectos que también circundan la producción cinematográfica, a veces poco apreciada a la hora del producto final difundido en las pantallas grandes. Tales como la escritura de guiones (que se ha dicho es la gran carencia del cine mexicano), para lo cual se apoyó a 44 escritores a través del Programa de Estímulos a Creadores. Igualmente se impulsó la producción y post producción de 20 largometrajes, género en el que nuestro país ha dado buenas muestras de calidad y creatividad. En ese mismo tenor, el Estado financió seis cortometrajes, dos filmes de animación y la realización de 15 películas en materia de “Buen Cine Comercial”, gracias a la Aplicación del EFICINE (Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional), mecanismo por el cual logró involucrarse a cien empresas de sectores económicos ajenas a la industria fílmica.

Determinante fue que el IMCINE creara la Comisión Mexicana de Filmaciones, con lo cual se promueve la infraestructura natural, arquitectónica e histórica para la realización de cine mexicano.

Las medidas y mecanismos implementados por el Estado para el apoyo de las películas mexicanas, empieza a dar frutos halagüeños, tanto para los realizadores como para el público. Resta decir que si para los directores de cine consagrados es difícil cristalizar sus proyectos, para los realizadores noveles es casi una utopía. Pues resulta que el año pasado, 25 nuevos talentos lograron producir su ópera prima con recursos públicos.

Y por el lado de los espectadores, en 2007 el número de personas que vio películas mexicanas aumentó en un 40 por ciento en relación a 2006. En ese año hubo 7.2 millones de asistentes a las salas mexicanas; al año siguiente fueron 14 millones. La película mexicana que más alto aforo registró fue “Kilómetro 31”, con 3.2 millones de espectadores.

Cine mexicano para el mundo

Las películas mexicanas tuvieron presencia en 230 festivales internacionales. En ellos nuestros realizadores lograron traerse 41 premios y reconocimientos de eventos tan importantes como el Festival de Cine de Cannes, el Festival Internacional de Cine de Venecia, el Festival de Cine de San Sebastián y el Festival Internacional de Cine de Toronto.

Entre las películas mexicanas más exitosas se apuntan “Luz Silenciosa”, de Carlos Reygadas. Este filme, el único latinoamericano que tuvo participación oficial en el Festival de Cine de Cannes, se hizo merecedor al Premio del Jurado. Igualmente sumó tres más: Premio Coral por Mejor Película de Ficción, Mejor Fotografía y Mejor Sonido, dentro del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano, en Cuba. Recibió el Hugo de Oro en el Festival de Cine de Chicago; el FIPRESCI en el Festival de Cine de Sao Paulo, cuatro premios en el Festival de Lima; el premio al Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine en Estocolmo; Mejor Largometraje y Mejor Dirección en el Festival Internacional de Cine Iberoamericano en Huelva, España; la nominación a Mejor Película Extranjera en el Festival de Cine de Bergen, Noruega y los Hollywood Awards. Además de que ha sido seleccionada por la Academia para representar a México en los próximos Premios Óscar.

Otras películas laureadas son “Ópera”, de Juan Patricio Riveroll, con premios a la Mejor Ópera Prima y Mejor Actriz en el Festival de Cine de El Cairo. De igual forma el cortometraje “Ver Llover”, de Elisa Miller, que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes. “La Zona”, de Rodrigo Pla, obtuvo el premio Mejor Ópera Prima en la Muestra de Cine de Venecia. Mientras que “Párpados Azules”, de Ernesto Contreras, fue beneficiada con el Premio Especial en la Sección Horizontes Latinos del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

5.2.08

CINE MEXICANO ACTUAL
Morirse está en Hebreo


*Juan Carlos Domínguez

Desde que nace y hasta que muere, a cada judío le acompañan dos ángeles, uno del mundo de la luz y otro de la oscuridad. Moishe (Sergio Klainer) ha fallecido, y en pleno duelo, un par de estos seres -Aleph y Bet- se disputan su alma.

“Morirse Está en Hebreo”, dirigida por el mexicano Alejandro Springall, se centra en el shivá, el rito de duelo en la tradición judía que obliga a las familias a permanecer siete días encerrados velando a su muerto. La lente del director nos trae entonces la catarsis, revelaciones y avatares que vive una familia judío-mexicana a la hora de enfrentarse a la partida de su jerarca. Además podemos ver a los dos ángeles que aguardan por el alma de Moishe, privilegio que nada más tiene el espectador, pues ninguno de los personajes de la cinta los puede observar. “Una delicia para los cinéfilos… una explosión de realismo mágico”, consideró una crítica norteamericana del diario The New York Post.

Rodada en plena colonia Polanco de la Ciudad de México y presupuestada en 15 millones de pesos, es la segunda película de Springall después de “Santitos”, realizada hace nueve años. Aquella historia donde se narra la muerte de una adolescente y el peregrinar que lleva a su madre hasta la frontera para desentrañar el misterio, basada en una revelación de San Judas Tadeo. En “Morirse Está en Hebreo”, el director vuelve a abordar el tema de la fe y la muerte:

“Mira, yo quería hacer algo muy parecido, pero desde otro punto de vista”, precisa Alejandro Springall en conversación con ZETA.

“En ‘Santitos’ el conflicto se detona porque hay una muerte, pero no hay rito cómo procesar el duelo, y entonces decidí hacer un shivá, justamente porque el conflicto se detona porque hay un rito que se tiene que llevar a cabo y es muy estricto”.

Y precisamente ahí explotan todas las diferencias y rencores guardados, propias de una familia disfuncional. Esther (Raquel Pankowsky), hija de Moishe, no perdona a su padre por el hecho de haberse juntado con una mujer católica (Blanca Guerra); mientras que ésta, a su vez, es acosada por un “Don Juan”, Ricardo (Martín Lasalle), otro de los hijos del finado, quien además busca que el doctor de la familia le aplique un aborto a su novia. Por otro lado y tras el encierro del duelo, Galia (Sharon Zundel), la hija menor, estudiante, sostiene flirteos eróticos con su primo Nicolás, un prófugo de la justicia. “Qué bonita familia”, dirían algunos, y judíos, como hay muchos en México, aunque a veces se conozca poco de ellos.

“Yo tengo fascinación por los ritos judíos” -aclara Springall, pese a no profesar ninguna religión- y me parece que el rito de duelo es el más sabio y de los más antiguos, porque a pesar de que te remite a un mundo arcaico, sigue siendo muy efectivo, pues todavía veinte siglos después sigue siendo muy sabio, muy sanador, y me interesa que la gente lo conozca, porque también de cierto modo la gente cree que todo lo judío es muy solemne”.Cierto es que de tal tema se han hecho cientos de películas. Springall le da otro tratamiento, con el manejo de mucha ironía y personajes llamativos, como el mariachi que insiste en tocar en el velorio, o el “sepulturero” que quiere hace negocio ahí mismo: “La gente está acostumbrada a ver en el cine la temática judía alrededor del holocausto, y me interesaba mostrar otro lado del judaísmo”.

– La comunidad judía en México es muy fuerte pero ¿qué tan atractiva es la cinta para el público en general?
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“Ya estrenamos en México, Monterrey y Guadalajara, y te puedo decir que ha llamado mucho la atención, porque además es una comedia, es una película muy ligera, es muy divertida y la gente se ha volcado sobre ella porque está aprendiendo y viendo este otro lado de México. Yo estoy sorprendido de lo bien que le ha ido a la película, porque es una oferta muy diferente en el cine mexicano, es una película que sale de los cánones tradicionales. Como que amplía el horizonte”.

Tras la gestación de “Morirse Está en Hebreo”, de la que Springall también es guionista, hay una motivación muy concreta: “Me interesaba mucho hablar de las minorías que conforman nuestro país, México también es un crisol de culturas, hay minorías tan importantes como la comunidad judía, y es muy interesante que a través del cine se pueda abrir esa puerta para el público que tiene muy poco o ningún contacto con ellos. La película crea más entendimiento, a saber que México también está hecho de mucho más cosas y muchas más comunidades, más de lo que nos enseñan en la primaria, de que nada más existe la mezcla de las culturas prehispánicas y españolas”.

En cuanto al reparto de “Morirse Está en Hebreo”, éste se conforma de actores de origen judío -a excepción de dos-, lo que también era parte importante para un resultado óptimo en pantalla: “Sí me interesaba mucho que hubiera una extracción judía en los actores, no era una limitante, pero sí me significaba mucho ahorro de tiempo.

“Es un reparto muy propositivo, es muy grande, y por primera vez van a ver a Raquel Pankowsky como una gran actriz de drama, ya no como la actriz que parodia a ‘Martita Según’, y eso es muy interesante”, resalta el director.

Como suele pasar con la mayoría de las buenas películas mexicanas, “Morirse…” ha sido hasta ahora una película más vista por el público extranjero. Principalmente en el circuito de los festivales, mismos que ha recorrido en un año. Su primera proyección se dio en el Lincoln Center, en el marco del Festival de Cine de Nueva York, recibiendo muy buena acogida de la prensa judía norteamericana. Lo mismo en muestras de Berlín, Jerusalén, Washington, San Francisco y Río de Janeiro. Siempre enfocado a festivales de cine judío: “Hay más de 130 en el mundo, son festivales muy importantes como para crear un ambiente en las comunidades judías del mundo, que se sepa de esta película, y creo que ha sido muy exitosa la estrategia. Pero ahora sí ya es tiempo de estrenar en México”, refiere el realizador.

Aunque el filme se estrenó en octubre del año pasado en las principales ciudades del país, será en estos días cuando haga lo propio en Tijuana. La exhibición ha sido de forma particular, lo que su director llama de “distribución escalonada”, es decir, sólo alrededor de 45 copias, de las cuales cinco se repartirán en las salas de nuestra ciudad: “Para ir aprendiendo qué va a pasar en cada ciudad, y así poder abrir con mayor conocimiento en las nuevas ciudades. No es el lanzamiento tipo ‘escopeta’ que sale con 350 copias. Esta es una película que hay que cuidar mucho, y yo personalmente la he cuidado mucho, promocionándola, porque creo que entre más vayamos los directores cuidando nuestras películas en México, podemos emocionar al público a que vaya a verlas”, concluye Alejandro Springall.




EL ORFANATO
Cargada de tensión


* Juan Carlos Domínguez

No es el director, pero la película “El Orfanato” lleva la factura del mexicano Guillermo del Toro -como productor-, y quizá por eso el éxito del filme dirigido por Juan Antonio Bayona ha sido arrollador, por lo menos en España.

La coproducción México-España, que este 25 de enero se estrena en las salas de nuestro país, ha batido récords de audiencia y recaudación en la Madre Patria (dos millones de espectadores, 11 millones de euros) convirtiéndola en la película más taquillera de 2007, por encima de “Los Simpsons”, “Shrek Tercero” y “Harry Potter y la Orden del Fénix”. Además de la buena acogida de la crítica.

La cinta se inscribe en el género que Del Toro explota a la perfección, el terror, siguiendo el esquema de títulos como “Cronos”, “Mimic”, “El Espinazo del Diablo”, “Hellboy” y “El Laberinto del Fauno”, esta última la película hispana más taquillera en Estados Unidos.

La historia que se narra en “El Orfanato” es la de una mujer que regresa con su familia a una casa abandonada, que en su momento fue orfanato y que ahora quiere convertir en centro de rehabilitación para niños discapacitados. Y entonces se empiezan a dar los hechos misteriosos a través de su pequeño hijo Simón, que desaparece tras sus juegos con las almas o “presencias” de otros niños que ahí habitaron en el pasado.

Un caserón viejo, niños que juegan con amigos imaginarios, médiums que contactan con los muertos y traslación de los tiempos, parecen ser los elementos de rigor que se repiten en todo thriller , y en “El Orfanato” no son la excepción. Incluso la opinión de muchos espectadores es que “pareciera la película que ya hemos visto miles de veces”. No obstante, y las cifras no lo niegan, la ópera prima de Bayona ha gustado, y mucho. Y con ello se ha llenado de toda suerte de expectativas.

La actriz española Belén Rueda protagoniza la trama, en un rol que va de la devastación al enloquecimiento. El resto del elenco prácticamente queda difuminado, aun con la participación de histriones como Geraldine Chaplin o el mexicano Edgar Vivar (“El Señor Barriga”), interpretando ahora a una especie de “técnico en conexiones con el más allá”. Destacan entonces la fotografía y la musicalización, además de, claro, el argumento, cargado de tensión, aunque al final cuenta sólo con dos o tres escenas que realmente cimbran de terror al espectador.

Para Guillermo del Toro y los españoles en general, fue grandiosa la noticia cuando hace algunos meses se dio a conocer que “El Orfanato” sería la película que representaría oficialmente a España en la próxima entrega de los premios Óscar. Pero el descalabro les llegó apenas la semana pasada, cuando finalmente la Academia la eliminó de la preselección, dejándola fuera de las nueve cintas que competirán para Mejor Película Extranjera, en la que por cierto, únicamente Brasil asumirá la representación del cine hispanoamericano, con “El Año que mis Padres se Fueron de Vacaciones”, de Cao Hamburger.

Sin embargo, para “El Orfanato” queda el consuelo de los premios Goya, ya que está nominada nada menos que en 14 categorías (Guión Original, Dirección Novel, Mejor Actuación Femenina y Actor Revelación, entre otras). Además del éxito ya indiscutible en taquilla, que ya ha reportado sendas ganancias para los bolsillos de Guillermo del Toro y para su prestigio, pues Hollywood ya se apresta para el remake, en el que el tapatío fungiría como realizador.