2.1.09

EMMANUEL en el valle de Guadalupe
Entre Vino Tinto y Sentimientos a Flor de Piel...

Bajo un sol abrasador y el gran manto verde con el que se cubre el Valle de Guadalupe, Vinos L.A. Cetto festejó, como cada año, el cierre de sus Fiestas de la Vendimia. En esta ocasión con especial entusiasmo, al conmemorar 80 años de su creación.

“Aquí en el valle, en aquel entonces, más que nada estaba lleno de alfalfa, de trigo, de cebada, y con una gran visión, se contempló que este mismo lugar podría estar lleno de viñedos; una tierra que para entonces era una agricultura extraña y que actualmente podemos ver casi igual lo que es la mano de Dios y lo que es el trabajo del hombre…”, rememoró en la historia Luis Alberto Cetto, nieto de Don Ángelo Cetto, aquel italiano emprendedor que llegó a esta región.

Agradecidos con la Creación, la jornada del pasado sábado arrancó con la Misa de Acción de Gracias, con la eucaristía a cargo de Monseñor Cisneros y Monseñor de la Cerda, quienes ilustraron con pasajes bíblicos la cultura y devoción que a lo largo de la historia de la Humanidad ha merecido el vino, “Sangre de Cristo”.

Todavía manteniendo un poco la solemnidad, como es tradición, se procedió a la Bendición de la Primera Molienda. Cuatro toneladas de uvas que al final del año significarán el lanzamiento de un nuevo producto, el sauvignon blanc Sierra Blanca.

La historia de la Familia Cetto ha significado crecimiento y expansión constante. Próximamente sus viñedos se extenderán hasta Ojos Negros y el sur de San Vicente.

“Estos 80 años pueden parecer muchos, y la verdad es que para nuestro sector y para los que nos dedicamos a esto, para toda la familia, son muy pocos. Son años donde todavía, día con día a la tierra, a la viña y al vino, le aprendemos algo. Tenemos muchas cosas que aprender todavía de lo que el campo nos va enseñando poco a poco…”, expresó con humildad y agradecimiento el tercero de la generación Cetto.

L.A. Cetto se exporta a casi una veintena de países, por lo que la ocasión también sirvió para presumir los once premios internacionales que los vinos de la empresa bajacaliforniana conquistaron este año y que se vienen a sumar a las 300 medallas y diplomas acumulados en diferentes festivales.

Con la cata de los primeros vinos llegó el desenfado y, ahora sí, la gente empezó a “soltarse”. De los episodios más exitosos y que más divierten a la concurrencia, año tras año, es el concurso de pisado de uva, que a la vieja usanza, es con los pies desnudos. Hombres y mujeres se trepan en gigantes toneles para arremeter contra las uvas y extraerle sus jugos. Gana quien pisa mejor. Y en esta ocasión la que se lució fue nada menos que Marta Sahagún, ex Primera Dama de México, por supuesto auxiliada por su marido Vicente. Sin duda, los invitados más distinguidos y socorridos de este evento.

“Haga de cuenta que es el presupuesto…”, le dijo en corto Luis Eduardo Cantúa, conductor de Televisa, a Martita, y ésta arremetió con ganas contra las uvas, mas no lo suficiente para que ganara. Quedó empatada con otra mujer, quien le ganó por un milímetro de líquido. La ex pareja presidencial se quedó con ganas de ir a ver tocar al pianista Raúl Di Blasio a los Viñedos en su próximo concierto, ése era el premio.

No obstante y ante algunos reporteros, Sahagún no reconocía su derrota: “¡Sí gané… gané….!”. Mientras el señor Fox, como siempre, la respaldaba: “Hubo una confusión, una versión dice que ganó y otra que no. Pero qué importa, lo importante es hacer las cosas, lo que importa es tener el valor que tiene aquí Marta; lanzarse ahí, sacarle el jugo a la uva. Yo creo que fue muy padre. Por cierto, ¿lo filmaron?”, y hasta pidió que les enviaran el video al Centro Fox.

En plan más serio, el ex mandatario resaltó la pujanza de sus anfitriones y las bondades de sus productos: “De los mejores, francamente el vino ‘la Cetto’ es riquísimo. Pero por encima está la familia ‘la Cetto’, Don Luis, toda su prole, todos los hijos, las hijas, los nietos; una familia formidable, y cuando las cosas se hacen con cariño, y se hacen en familia, todo resulta bien”.

Tras la comida, los más de dos mil asistentes fueron invitados a la Plaza de Toros, donde un atractivo cartel dio gusto a los aficionados y villamelones. El rejoneador Gastón Santos se llevó una oreja, mientras que los matadores Eulalio López “El Zotoluco” y José María Luévano, cortaron dos y tres orejas, respectivamente.

El sol ya se había ocultado a las 8:30 de la noche. Las personas, parejas y grupos de amigos, fueron asegurando las mejores mesas y sillas para el momento que más esperaban: el concierto de Emmanuel.

Bajo la luna enorme

“No dejes caer en mí a la soledad…”, cantaba a manera de bienvenida Emmanuel, y nada más alejado de la realidad. Parejas, jóvenes y viejos, estaban decididos y ansiosos a acompañarlo en todo el viaje romántico. “Súbanse a este barco”, invitó el baladista.

“Tenemos luna llena… ¿tienen techo? Entonces ¿no ven la luna?”, preguntó preocupado el ex torero. En efecto, esa noche una luna enorme y radiante iluminaba los viñedos. Un gran sector de los asistentes ya no la podía apreciar, pero las notas de nostalgia y recuerdos fueron suficientes para mantener la magia de la velada.

Emmanuel interpretó otra contradicción, “Qué Mala Suerte”, y recurrió a varios popurrís para tratar de darle gusto a todos y hacer su viaje al pasado lo más incluyente posible: “Es mi Mujer”, “Bella Señora” y “Qué Será”, que dijo escribió al ver a unos niños desprotegidos en las calles de Bologna.

Ya entrado en energía, el intérprete ochentero recurrió a sus bailes y brinquitos que tanto le caracterizan, unos cuantos pasillos apenas, para continuar con esas baladas de oro que motivaban los arrumacos entre las parejas: “Seguía Lloviendo Afuera”, “Hay que Arrimar el Alma”, “Detenerla Ya”, “Pobre Diablo”, ”Solo”, “El Rey Azul”; los temas amorosos de siempre, pero con arreglos más modernos, aunque quitándoles un poco de su esencia. Siguieron desfilando: “Este Terco Corazón”, “Tengo Mucho que Aprender de Ti”. Entre bloque y bloque de canciones, Emmanuel lanzaba consignas de amor, paz y protección para el medio ambiente. También llegó a aflorar su fuerte carácter cuando reprimió a algunos elementos de seguridad: “Déjenlas, déjenlas aquí… ¡no molesten a mi gente!”.

“Sentirme Vivo” es una de las canciones de los años recientes de Emmanuel, pero que no “aviva” mucho a sus fans, como aquellas de su última etapa exitosa, cuando buscaba la vanguardia en sus sonidos: “Chica de Humo”, “Toda la Vida” y “La Séptima Luna”.

Para bien introducir sus canciones más “llegadoras”, Emmanuel elogió la belleza de nuestros cielos: “Sale la luna en Baja California y parece que se ilumina el mundo”. Luego entregó su canto: “Con Olor a hierba”, seguido de “Todo se Derrumbó dentro de Mí”, “El Día que Quieras”, “Insoportablemente Bella” y “Tú y Yo”.

Se despidió con el romanticismo a todo lo que da, e incentivando la fertilidad de la dinastía Cetto: “Para ustedes, más años… más nietos… más bisnietos…”. Con los ritmos pop y tropical mezclados en “Corazón de Melao”, el artista se despidió de una audiencia eufórica de vino y sentimientos a flor de piel.

Sin sombras de éxitos pasados

“Emmanuel Retro” se titula la más reciente producción del intérprete mexicano, la cual compila sus más grandes éxitos con arreglos modernos y rítmicos. El disco también lo ha llevado por varios países de Latinoamérica, y próximamente pisará las capitales de Chile, Argentina y Colombia. Antes se presentará en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, los días 22 y 23 de agosto.

Un breve compás en la gira sirvió para que Emmanuel pisara los viñedos del Valle de Guadalupe, con el que se reencontró después de visitarlo hace algunos años en una corrida de toros en homenaje póstumo a su padre: “Este lugar es mágico. La primera vez que vine aquí realmente me enamoré del lugar; es especial”.

Doble Disco de Platino en épocas nada fáciles, se ha ganado el nuevo álbum de Emmanuel, quien a su vez anda muy activo, como en sus mejores tiempos: “Es una gira muy dura, muy extensa, pesada, pero llena de alegría, porque cuando haces un trabajo y ese trabajo funciona, pues lo único que da es alegría; una alegría en el corazón”.

No todo es añoranza en “Emmanuel Retro”, ya que incluye dos canciones nuevas: “Brilla la Mar”, que compuso junto a su hijo Alexander Acha, y una composición de Fato, “La Vida Caminando Sola”, que por estos días ya debe ser lanzada en la radio. “Esperamos que tenga un camino también muy fuerte y que siga dando, y que siga cosechando igual que esta Vendimia”.

Canción tras canción, Emmanuel pisó los más altos niveles de la fama y la popularidad, pero la etapa más memorable fue cuando hizo mancuerna con el compositor Manuel Alejandro, produciendo discos que prácticamente todas las canciones se convirtieron en éxitos, y que jamás pudieron ser superados. Aunque el intérprete equipara por igual todos sus trabajos, según respondió a ZETA: “Siempre que haces un disco nuevo es un reto. Cuando saqué el disco de Manuel Alejandro estaba la sombra de ‘Al Final’; cuando saqué la canción ‘Al Final’, estaba la sombra de ‘Amor sin Final’ y de ‘Él y Yo’; después vino ‘Tú y Yo’, y siempre que haces un disco hay una sombra anterior, pero uno se tiene que arriesgar si quieres actualizarte; y si quieres estar en el momento y si está dentro de ti verdaderamente, no es una obligación”.

El cambio conlleva riesgos, reto y la fórmula del amor, misma que, rectificó, a veces no es suficiente: “Es muy fácil sentarse y tener un éxito y esperar a que el siguiente sea un éxito igual. Al final del tiempo, la única forma que existe es encontrar cosas nuevas, el mundo va para adelante; te vistes diferente que hace 10 años, los coches son diferentes, la televisión es diferente, todo es diferente. Entonces la música, siendo popular, pues es mucho más rápido el cambio, es más constante. Si tú no te subes al tren, pues el tren va a pasar y te va a dejar”.

Y sentenció: “La sombra (de éxitos pasados) está ahí, pero las sombras hay que dejarlas. Hay que ver siempre la luz”.

Como ha sucedido a muchas otras celebridades que heredan en sus hijos el talento musical y terminan siendo “el papá de…”, Emmanuel vive ahora los incipientes primeros éxitos de su vástago, Alexander Acha, que con su primer sencillo, “Te Amo”, se encuentra en los primeros lugares de popularidad y su producción discográfica ya obtuvo Disco de Oro en ventas.En la ceremonia organizada por la disquera, fue el propio Emmanuel el encargado de entregar el reconocimiento a Alexander: “Él no sabía que tenía Disco de Oro, ni que yo se lo iba a entregar; entonces fue una sorpresa doble para él, y fue muy bonito. Realmente estar con tu hijo y me imagino que estar con tu papá en una situación así, debe ser sumamente emocionante, como me lo dijo después”.

Así que si por algún momento Emmanuel llegara a extrañar sus glorias pasadas, ahí tiene la extensión en su hijo para entregarse juntos al éxito: “Lo vivo con una gran satisfacción, y siempre con muchas incógnitas porque ésta es una primera canción y tiene un camino muy largo por delante. Yo espero que este camino sea largo efectivamente, que no sea un camino de velocidad, sino de tiempo; que disfrute su vida artística, que es bellísima”.
* JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ

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