24.10.06


Ignacio López Tarso
Merecido homenaje

Juan Carlos Domínguez

Cuarenta años de carrera pueden ser muchos. Hacerlos productivos es otra cosa. Ignacio López Tarso puede jactarse de ello: 50 películas, mil programas de televisión, 90 obras de teatro, además de incursiones en radio y discos grabados. Mas los números poco hablarían si no fuera por la excelencia que ha caracterizado el trabajo de este primer actor.
La semana pasada, las instalaciones de la Cineteca Nacional vieron llegar a un Ignacio López Tarso caminando lento, con bastón, cansado; más feliz, ameno, platicando de sus recuerdos y regocijado del tributo que se le rindió –exhibiendo durante toda la semana sus películas más representativas- y que sabe que se lo merece.
“Días como estos, ocasiones como estas, son los que hacen de mi vida personal y mi vida profesional –no las puedo separar- justificable; de los días de angustias, de nervios, insatisfacciones”, expresó agradecido el actor de 81 años.
Ahí, en el recinto donde se almacenan muchas de las películas que ha protagonizado el veterano actor, se le rindió un reconocimiento más de los muchos que recientemente se le han brindado. El más significativo, el Homenaje Nacional que en julio pasado se le ofreció en el Palacio Nacional de Bellas Artes. Luego uno de la Asociación de Herencia Mexicana que se verificó en San Antonio, Texas y otro del Gobierno Municipal de Cuatepec, Veracruz.
– Hay muchos artistas que son renuentes a los homenajes porque dicen que “ya me están viendo viejo, ya me quieren “matar”. ¿Así lo ve Usted?, le cuestionó ZETA.
“¡Ah… no… no! Yo no me siento muy viejo, pero sí lo estoy”, respondió en plan gracioso. Luego más serio:”Pero no importa eso, que vengan, los homenajes son bienvenidos. Los halagos, los estímulos, son muy bienvenidos”.
Más tarde refrendaría ante el auditorio que se reunió en la inauguración de su ciclo de cine: “¡Homenajes!, pero son muchos, me decía alguien. ¡Qué bueno, que vengan más!, ahora que estoy a tiempo de recibirlos. Que no vengan a contarme que me los hicieron cuando esté allá. Mejor así”.


NOSTALGIA POR EL CINE


El talento, la dedicación, la disciplina y el respeto con el que ha asumido toda su carrera actoral Ignacio López Tarso, incluye todos los géneros y medios. Como la televisión y la radio, y qué decir del teatro, donde ha interpretado desde los clásicos griegos, hasta Shakespeare, desde los dramaturgos de los Siglos de Oro hasta los autores contemporáneos. Y en especial por su aportación en el cine, por lo que la Cineteca Nacional preparó este tributo exhibiendo cintas memorables como “El Gallo de Oro”, “Macario”, “Los Albañiles”, “El Hombre de Papel”, “La Sombra del Caudillo”, “La Cucaracha” y “El Profeta Mimí”.
Son 50 películas en las que ha participado el primer actor. El dato sirve para la confesión desenfadada: “De esas hay unas 20 que me gustan, otras 20 que no me gustan tanto, y 10 que de plano mejor ni verlas”.
Entre las más entrañables menciona a “Macario”, filmada en 1959, porque fue su primer éxito cinematográfico. Tuvo varios premios por su actuación, además de otros por fotografía y realización. “El Hombre de Papel”, aquella donde interpreta a un pepenador mudo, también tiene un lugar emotivo en su carrera. Igual cita “El Gallo de Oro”: “Me gusta mucho por ser un cuento de Rulfo, y por haber estado esta mujer tan bella que era Lucha Villa, que estaba entonces en sus mejores días, en sus mejores condiciones de canto; cantaba maravilloso y estaba muy guapa. La pasé muy bien en esta película, tiene muy buenos recuerdos para mí, una película muy divertida y que disfruté muchísimo”.
– ¿Siente nostalgia ahora que recapitula todo esto?
“Sí. Hay películas que ojalá pudiera volver hacer ahora, de ese tono de calidad, de ese tipo de cine, en donde pues ya la fotografía de Figueroa es muy difícil que se dé, pero hay muy buenos fotógrafos. La dirección de Gavaldón, pues es muy difícil buscar algo parecido, sin embargo, pues hay muy buenos directores también en el cine actual”.
El tema sirve para que Don Ignacio López Tarso reconozca la calidad y prestigio que están cobrando varios directores mexicanos en los años recientes. Mas la nostalgia le vuelve cuando se refiere al ambiente en torno al cine de sus tiempos: “Ya no hay los grandes cines populares, y eso fue lo que hizo una gran industria del cine mexicano, el gran público. Ahora son públicos pequeños, pagan más, son pequeños cinitos, en fin, pero aquellos jacalones enormes donde empezaban las películas a las diez de la mañana y terminaban a las diez de la noche, y el teatro siempre lleno, con 2 mil o 3 mil personas ahí, aunque pagaran 4 pesos y se renovaba el público. Ahora se hace diferente el cine; cuesta diferente, se exhibe de una manera diferente, se recupera de manera diferente…”, puntualizó el primer actor.
En el tributo a Ignacio López Tarso estuvieron presentes, entre otros, sus hijos Juan Ignacio Aranda y Susana López Aranda, actor y crítica de cine, respectivamente; el actor Pedro Armendáriz, Alfredo Joskowiscz, Director de IMCINE; además del director Jorge Fons, quien dirigió al homenajeado en “Los Albañiles” y que a la postre, concretó la mejor forma de preservar al actor por encima del tiempo: “El mejor tributo que se le puede dar, es ver y ver sus películas…”.

No hay comentarios.: