18.11.09


AGASAJARON AL NEGRO

Priístas y panistas en homenaje a Martínez Palomera, eterno aspirante a la Gubernatura

Su entrada fue triunfal, a paso ya no digamos de candidato, sino de Gobernador electo de Baja California, posición a la que siempre ha aspirado Eduardo “El Negro” Martínez Palomera. La fiesta homenaje que le rindieron en el Lienzo Charro de Mexicali fue sorpresa, por lo que ante el asombro, al también dos veces alcalde de la capital cachanilla le temblaron las corvas y se le humedecieron los ojos. Con engaños su hijo lo había llevado al recinto y al llegar al estacionamiento “El Negro” empezó a sospechar: “Son muchos carros y no hay tantos charros”. Amigos, socios y empresarios; políticos y funcionarios del PAN y del PRI, lo recibieron de pie y con ovaciones cual si fuera personaje en el poder. Llegaron ex gobernadores como Milton Castellanos Everardo; Humberto López Barraza, ex dirigente del PRI; Raúl López, el ex alcalde Samuel Ramos; o panistas como el actual alcalde Rodolfo Félix Valdés; Víctor Hermosillo, Ulises Méndez, Gabriel Posadas, Eligio Valencia Roque, Gastón Luken Garza, Francisco Fiorentini, Mario Hernández Maytorena, el Obispo Monseñor José Isidro Guerrero. Todos rindiéndole pleitesía a “El Negro”. Le echaron hasta una porra. “Coman… hay mucha comida, se vale repetir”; incitaba el maestro de ceremonias, pero cuando se acercaba el arribo del festejado, se ordenó que se suspendiera todo el servicio de alimentos para que la gente estuviera en el salón. En el patio del lienzo esperaban los puestos de tacos de carne asada, al vapor, de borrego, antojitos mexicanos y pechugas a la plancha. Le hicieron valla humana y por ahí pasaba “El Negro” al ritmo de “Happy Togheter” (The Turtles), mientras los comensales se ponían de pie aguardando el respectivo saludo al homenajeado. Cuando lo sintió cerca a su mesa, el Alcalde Valdez se echó espray para el aliento y se prestó a recibir al priísta que lo saludó rápidamente. Afuera, a un invitado, al pedir una pechuga de pollo de entre 20 que asaban, se la negaron: “Están apartadas, son para, este… el señor… este… Palomo… el festejado”, “¡Palomera!”, “¡ése pues!”. Desfilaron los personajes por el estrado, pródigos en el discurso y en los halagos para Martínez Palomera. Por parte de sus amigos del “Club de Corazones Rotos” y “Águilas descalzas”, el maestro de ceremonias trataba de explicar el motivo del convite para “El Negro”: “…porque te admiramos… porque te respetamos… porque has sembrado… y… y…., finalmente porque ¡te queremos, cabrón!”. El que subió en plan gracioso e ironizando sobre la amistad que lo une con el ilustre priísta mexicalense fue Víctor Hermosillo, ex Alcalde panista: “Aparentemente Eduardo y yo no tenemos mucho en común; él es negro y yo soy blanco…, el es del PRI y yo del PAN…; soy como el pariente incómodo”. Luego le tocó el turno a Eduardo Martínez hijo, quien en una carta melosa como de adolescente le externó todo su amor y admiración, sentimientos que selló con un gran abrazo a su padre que los reporteros gráficos se apuraron en plasmar. En pantalla gigante se transmitió un video muy “kitsch” que lo mismo era informe de gobierno, video de sociales o videoclip musical con efectos especiales y animaciones en donde se captaba vida, obra y fiestas de “El Negro”. Y llegó la hora buena, sólo por ese momento los asistentes dejaron de “encajar el diente” y le bajaron un poco a los sorbos de vino tinto, tequila, cerveza, vodka, whisky y refrescos: Eduardo “El Negro” Martínez Palomera tomó la palabra. Tras los agradecimientos de rigor, el homenajeado empezó a hablar como candidato presidencial susceptible de atentado: “Hay que buscar el Mexicali que todos queremos… Debemos participar… Veo un Mexicali ávido de desarrollo… Veo un Mexicali que quiere triunfar…”. Y remató, nuevamente, apelando a su gente, a sus afectos: “La única rosa que no tiene espinas ¡es la amistad!”. Y la ovación fue estrepitosa. Afuera alguno renegó porque las pechugas de pollo se acabaron pronto: “Es que muchos están a dieta… son gente muy mayor…”, justificó la cocinera. Muchas de las 380 personas asistentes emprendieron la huída, incluyendo al Alcalde Valdez –siempre en pose de galán– y la docena de guaruras que lo acompañaban. La fiesta todavía daba para más mientras se amenizaba con baladas del grupo Mocedades y continuaba Martínez Palomera repartiendo abrazos mesa por mesa. “¡Quién dijo que estaba enfermo el negro!”, celebró un amigo tanta alegría en aquél. (Juan Carlos Domínguez)

1 comentario:

Johana Cerano dijo...

Me gusto mucho la forma en que escribió esta nota, es algo chusca pero me gustaron los detalles felicidades