10.11.09

Diputados monigotes
(O como los legisladores aparecieron colgados)

Apenas hace unas quince semanas, los panistas Francisco Vega Lamadrid y el recién integrado al bloque albiazul, Gastón Luken Garza, salían airosos de un proceso electoral en el cual se convirtieron en diputados federales. El primero llegó por la fácil, la vía plurinominal, sin hacer campaña, sin debates, sin promesas. El segundo, compitió por el Distrito 05 Federal. Ese que los panistas tienen prácticamente asegurado desde 1991.
Pero a poco más de tres meses de la elección, los diputados panistas cayeron por el peso de su votación. Aun cuando prometieron en campaña no al aumento de impuestos, votaron a favor de aumentar los existentes, de crear otros y de incrementar el IVA de 10 a 11 en la frontera.
Mientras dos monigotes colgaban de un puente en la Zona Río, uno con la fotografía de Vega, otro con la de Luken, se le pregunta a un transeúnte al azar, qué ocurre. Observa el espectáculo y responde convencido: “Los colgaron por traidores”. No importó que el acto de burla, haya sido orquestado por un grupo priísta contra los legisladores panistas. La percepción, de quienes transitaban por el lugar, es que los habían colgado por votar a favor el paquete fiscal.
Rubén Ovando Ulloa, priísta que encabeza el grupo Democracia 2000, había anticipado la colgada de los monigotes. Citó para el lunes 26 por la mañana y prometió incendiar las botargas representativas de los diputados federales, en protesta por haber votado a favor del aumento a los impuestos. Pero ya estando ahí, mejor los colgó. Al parecer le pareció una moda macabra:
“Tal como ahora lo hace el crimen organizado, nosotros vamos a colgar a los diputados por traidores a la patria, vamos hacer justicia popular”, explicó frente a las cámaras Ovando Ulloa antes de colgar a los muñecos que sostenían con fotos las caras de los panistas y con una cartulina, sus respectivos nombres.
Ahí, las botargas oscilaban encima de los autos que transitaban por la vía rápida; algunas mujeres de Antorcha Campesina que se mantienen en campamento permanente frente al Palacio de Gobierno se acercaron para apoyar con consignas; un curioso gritó ante una cámara apagada: “deberían de colgar a todos”; y los reporteros de distintos medios se consagraron a las faldas del puente para mencionarse en contra de la reforma fiscal. Pero la escena “pacífica” duró poco.
Al lugar llegó la autoridad municipal. Al menos cuatro motos de la policía y siete patrullas arribaron; algunos con armas largas, otros con la pura bravura evitaron que la “protesta” continuara. Con cuchillo en mano, un oficial cortó la soga que sostenía a los “estrangulados diputados”; se los llevó como evidencia.
Ni los gritos, ni las cámaras, ni la explicación de los manifestantes evitaron el arresto. Fue detenido Mario Sánchez, secretario de ese grupo político del PRI, “Democracia 2000”. Alegaron los uniformados: por alterar el orden público.
Rubén Ovando culpó del arresto de su compañero al alcalde Jorge Ramos, lo llamó “intolerante” y remató: “se dedica (Ramos) a cuidar la figura de políticos como a los diputados panistas, debe sacar las manos de las manifestaciones políticas”. Prosiguió:
“Nomás por qué no nos alcanzó el presupuesto para hacer más muñecos de diputados, por eso escogimos únicamente a estos dos, pero el llamado es para todos”।

Isai Lara

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