26.6.07

Día de la Libertad de Expresión
LoS ReGaLoS de HoNoLd



*Juan Carlos Domínguez

“Como les dije, este desayuno es muy humilde; yo preferí que fuera esto”, aclaró Kurt Honold, Presidente Municipal Sustituto de Tijuana. Y claro, comparado con los convites de Jorge Hank Rhon, el evento dedicado a los periodistas por el Día de la Libertad de Expresión, resultó, digamos, modesto.

En esta ocasión se agasajó a los reporteros no con una cena, sino con un desayuno; en uno de los prados de la explanada de Palacio Municipal, en lugar del Patio Central en el interior del mismo. En lugar de cristalería fina y grandes arreglos florales, mesas bien “armaditas” y sin tanta formalidad. El menú: Huevos con machaca, papas fritas y frijoles refritos. Nada de alcohol, sólo jugo de naranja y café.

A las 8:30 de la mañana habían llegado pocos invitados, apenas 10 mesas ocupadas de las 30 distribuidas. La Banda de Música Municipal entonaba “¡Qué Bonita es mi Tierra!”. A las 8:45 arribó el Alcalde, quien saludó de mano a cada uno de los músicos. Después hizo lo mismo con cada uno de los comensales. Siempre flanqueado por tres o cuatro escoltas.

La mayoría de las mesas fueron asignadas con un número, y unas cuantas reservadas para funcionarios. Algunos de éstos, que fueron los primeros en llegar: Edgar Fernández, Octavio Corona Flores, Luis Javier Algorri. Poco a poco fueron llegando los demás. Otros invitados no eran identificados tan fácilmente: “Deben ser directivos de medios, lo digo porque nunca los he visto reporteando”.

Reporteros no llegaron tantos. O llegaban y se iban pronto. Era plena mañana, el horario de las conferencias de prensa y coberturas. Los que se quedaban, lo hacían por una sola razón, el de su impaciencia de siempre: La rifa de los regalos.

“Primero que anuncien qué regalos habrá, si vale la pena me quedo, si no; no”, diría el corresponsal de una agencia de noticias. Mientras que una reportera de El Sol de Tijuana mostraba su dignidad ante la posibilidad de “sacarse” uno de los tantos electrodomésticos: “Para licuadoras… ¡ni en mi casa!”. “Yo ni me paro a recoger el regalo… ¡qué vergüenza!”, expresaría otra. A la mera hora todos pasaron a recoger hasta las planchas; rifaron 10. Además de licuadoras, teléfonos, televisiones, modulares, viajes, noches de hotel y muchos vales para desayunos en restaurantes como Pueblo Amigo. Un trovador al que nadie ponía atención cantaba la canción de Mocedades, “Tómame o Déjame”, mientras pasaban frente a él tres enormes cajas conteniendo televisiones. Pero no había opción de elegir premio grande, todo era cuestión del azar: “Si me saco una de ésas, sí paso por ella”.

En el marco de la festividad, también se inauguró una exposición de cartones políticos, a cargo de la Asociación de Caricaturistas de Tijuana, con dibujos de Ramsés II, Javier Velazco Amarillas, Abraham y Halder. Este último tomó el micrófono por más tiempo que el propio Honold, entregó algunos reconocimientos a sus colegas y pronunció un discurso reivindicativo para nuestra ciudad y sus comunicadores. Terminó diciendo que Tijuana era igual que todas las mujeres.

Por su parte, el Alcalde expresó su agradecimiento y cariño hacia los reporteros que acudieron a su convocatoria. Les reconoció la importancia que tienen para mantener informada a la comunidad. “Les agradezco todas las atenciones que han tenido para mi esposa y para conmigo…”, externó. Más adelante sería menos personalista: “Yo les agradezco, no por mí, ni por mi esposa, ni por el Ayuntamiento, sino por Tijuana”. Más adelante volvería a reflexionar: “A muchos de ustedes he tenido la fortuna de conocerlos y hacer una amistad sincera. Mi esposa y yo nos vamos el 30 de noviembre, espero que el 1 de diciembre me sigan saludando, como lo hacen ahorita”.

Y por último, lo que quizás muchos no han entendido del Alcalde Sustituto, el sentido de su gestión: “Estoy aquí en una temporada muy corta, estoy haciendo amigos, y eso es para lo que uno está en el puesto: para hacer amigos”.

Y llegó el momento más esperado, para los reporteros; el de la rifa de regalos. Y también la ocasión para que el Presidente Municipal luciera su fino humorismo. A cada anuncio de un premio, una ocurrencia: “¡Una lavadora!... chaca chaca…”, “¡Un refrigerador!... para las chelas y las caguamas…”. “¡Una estufa!”… para que me inviten a comer frijoles…”. O sea que, “bajita la mano”, los llamó borrachos y frijoleros.

La rifa iba lenta y la concurrencia se desesperaba. Aun así, Kurt Honold hizo un receso y dio el paso a un cantante de ranchero. El sorteo continuó después a cargo de otro maestro de ceremonias, mas el Alcalde ya no regresó. Los reporteros se retiraban una vez con el regalo en mano. Otros llegaban nomás como para hacer acto de presencia.

Se notó la ausencia de muchos periodistas, ya sea porque estaban trabajando, o porque de plano no comulgan con la actual administración municipal. Otros, digamos, más identificados con el glamour, prefirieron esperar la fiesta del viernes, la que Jorge Hank Rhon brindaría en su Salón Hípico. Fiesta, esa sí, con la abundancia y sabor “hankista” a los que tantos se han vuelto tan asiduos.

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