Tucanes de Tijuana y su 20 Aniversario
Festejaron en Grande
Ser auténticos, disciplinados y agradecidos con la gente, es la fórmula que explica el por qué Los Tucanes de Tijuana se mantienen vigentes en el gusto del público después de dos décadas; afirma Mario Quintero, líder del grupo.
El conjunto norteño llegó este año a su 20 Aniversario, y sus integrantes se muestran seguros al resaltar su vigencia: “Somos diferentes -sin querer ser más-, ser un grupo auténtico es la clave, creamos nuestra propia música y todo lo que hacemos lo empezamos de cero. Sentimos que aportamos mucho a la historia de la música, porque todas las canciones son de nosotros, son inéditas. Ese es un factor importante para permanecer en el corazón de la gente”.
Creativos y prolíferos, ya que tienen cerca de 350 canciones compuestas y plasmadas en la gran cantidad de discos que han grabado. Los Tucanes aseguran que no siempre fue así. Al inicio de su carrera, la casa grabadora que primero los acogió les exigía lo que para Mario Quintero y sus compañeros era inexplicable: que grabaran covers de los éxitos que en ese momento estaban vigentes en voces de sus artistas originales.
Mario -compositor del grupo- siempre intentaba colar alguna de sus propias canciones, pero generalmente eran rechazadas. O grabadas con nulo apoyo, en el mejor de los casos. Pero había que “apechugar”.
“Lo que uno quiere es empezar, que te den la oportunidad de grabar un disco, cómo sea, ahí lo importante es hacerlo, porque la disquera te da los medios, uno no tiene la manera de auto producirse y uno hace lo que sea porque las ‘ganas’ le ganan a uno… Pero todo es escuela, es como el preescolar, y uno va creciendo…”, considera el vocalista del grupo.
Hasta que en 1994 cambió la fortuna y pudieron producir su primer disco, les funcionaron algunos corridos y cumbias como “La Chona” y de ahí en adelante no han parado de grabar disco tras disco. Ya para entonces, era mucho avance con relación a la época en que tocaban en las cantinas y congales a razón de tres dólares la pieza. O más atrás aún, cuando Mario Quintero y sus primos salieron de la sierra de Sinaloa para venirse a estudiar la secundaria a Tijuana. Recuerda Quintero que cuando la maestra de sexto año les preguntó a sus alumnos que si planeaban seguir estudiando -nada factible por las condiciones del entorno-, Mario fue el único que levantó la mano y se burlaron de él. Salió, estudió la secundaria y se enfocó a su verdadera vocación.
Hoy en día, cuando andan por Estados Unidos -platica Mario-. “a todos los que se rieron de mí me los encuentro acá cortando tomates y de ilegales…”. ¡Ah!, eso sí, sin rencores: “Pero felices, les da emoción de ver a Mario Quintero, a Los Tucanes”.
Gran parte del éxito de Los Tucanes de Tijuana se debe a los ilegales, que al encontrar en la música del grupo norteño el enlace a la tierra que añoran, lo agradecen no sólo comprando discos, sino arriesgándose -a ser aprehendidos- y acudiendo a los conciertos que los músicos realizan en territorio norteamericano.
Quizá por ello también, la ciudad de Los Ángeles, California, fue la elegida para festejar en grande el 20 Aniversario de la banda, con un concierto para el público en general e invitados especiales (con acceso al after party) en el Gibson Amphitheatre, ubicado en los glamorosos Estudios Universales.
Amor, narco y sabrosura
Una ráfaga de balazos y el canto de “Ábranse que llevo lumbre…”, abrieron el concierto de Los Tucanes de Tijuana en el auditorio Gibson, con capacidad para 7 mil personas, y que al inicio del espectáculo lucía a la mitad.
Después de arrancar con el corrido “El Papá de los Pollitos”, los músicos, engalanados con trajes color melón, interpretaron la cumbia “El Tucanazo”, mientras bellas y esbeltas mujeres en shortcitos descendían enjauladas sobre el escenario.
Luego del bailazo, siguió un tema romántico, “Mundo de Amor”. Y así fueron desarrollando el repertorio Los Tucanes, alternando equilibradamente las tres vertientes de sus canciones: los corridos que narran las proezas del narco, las cumbias divertidas con matices de pop y los temas amorosos.
Por el impecable escenario -que incluía plataformas que ascendían y descendían- detonaron corridos “pesados” como “Tres Animales”, “El Comando Negro”, “La Troca”, “Mis Tres Mujeres”, “Fiesta en la Sierra” y “Los Chiquinarcos”. Muchas de ellas ambientadas con las balaceras de rigor e introducidas con frases elocuentes: “Los corridos podrán estar prohibidos en el radio… pero en mi troca los oigo todo el día…”; “No, yo no soy de Sinaloa; Sinaloa es mío…”.
Igual importancia tuvieron las movidas, pegajosas y modernas cumbias de Los Tucanes de Tijuana, mismas que los han acercado a públicos más diversos -porque hasta en las discotecas las ponen-, como “La Chica Sexy”, “Espejeando”, “Amante de lo Bueno”, “Ando Bien Arreglado”, “La Chona” y “Sólo para Mujeres”; letras todas muy divertidas, pícaras algunas, que invitan a vivir y disfrutar de todo sin mortificaciones.
Y la parte romántica del grupo, que si bien no tiene la fuerza de sus otras temáticas, igual hizo suspirar a sus seguidoras: “Seis Pies Abajo”, “El Virus del Amor”, “Déjate Querer”, “Secuestro de Amor” y “Amor Platónico”. Mario Quintero anunciaba las canciones intensificando lo amoroso: “Para todos los que tienen un amor platónico…”, “Si traen pareja abrácenla…”; o de repente lo chusco: “Decías que no y hasta la patita alzabas…”.
Los Tucanes de Tijuana intentaban contagiar al público con sus ritmos más movidos, hasta con temas que a la letra decían “…nadie se puede quedar sentado…”, pero la gente poco se movía dentro de la impecable butaquería del Gibson Amphitheatre. Conforme fue avanzando el concierto, que duró alrededor de dos horas, una que otra pareja se paró a bailar quebradita, pero el entusiasmo estaba muy racionado.
Entre canción y canción, Mario Quintero platicaba alguna anécdota breve, o incitaba al grupo a sumarse a la alegría de ese día tan especial. Pero no había mucha efusividad por parte del auditorio, que por cierto, muy avanzado el espectáculo, seguía llegando. El vocalista de Los Tucanes mandaba saludos: “A todos aquellos que van llegando, que llegaron tarde”.Los hijos pródigos de Tijuana agradecían el aplauso de sus seguidores, pero las ovaciones no sonaban tanto. El mayor aplauso se escuchó cuando se mencionó a la Selección Mexicana de Futbol (y su posibilidad de ganarle a Ecuador). Mario Quintero dedicó una canción y pidió que levantaran la mano todas aquellas madres solteras presentes esa noche; de entre 6 mil, sólo dos lo hicieron: “Que no les de pena… total, ya cometieron el pecado”, les respondió el líder de Los Tucanes.
En cambio, cuando preguntaron los artistas cuántos indocumentados había ahí sentados, casi la mitad del auditorio alzó la mano. Quintero los consoló: “No se desesperen… así estábamos también nosotros”.
Avanzada gran parte del concierto, Los Tucanes de Tijuana hicieron un receso de 15 minutos (que cubrió el cómico Teo González) y regresaron más arreglados que nunca. Con trajes blancos y listos para una pequeña ceremonia donde Juan Vejar, Presidente de Univision Music Group les entregó Doble Disco de Oro por las altas ventas de sus álbumes. Los oriundos de Sinaloa agradecieron al público, a los medios de comunicación y a las celebridades que aceptaron acompañarlos ese día. Como Lupillo Rivera, que por ahí andaba en pants negros.
Las últimas canciones se sucedieron apresuradamente. “Ya se nos acabó el tiempo primos, ¿le seguimos?”. Pero no era cuestión de querer, sino que había que cumplir con el estricto horario fijado por los norteamericanos. Los Tucanes se despidieron pidiendo perdón: “Mil disculpas, nos veremos en otro lugar, dónde sí podamos complacerlos como a nosotros nos gusta”.
Un día antes, en rueda de prensa en el Hotel Sheraton, a donde convocaron a reporteros de ambos países, Quintero ya lo advertía: “No estamos acostumbrados a estar tocando y que la gente esté sentada, queremos que la gente siempre esté bailando”. Pero pudo más la ilusión de festejar en Hollywood: “Es que es el lugar donde siempre habíamos querido estar”.
Tijuana de sus amores… y sinsabores
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Para festejar como “Dios manda”, qué mejor que hacerlo en la tierra de sus amores. Los Tucanes de Tijuana celebrarán su 20 Aniversario, mientras que la ciudad hará lo propio en su cumpleaños 118. El año pasado, aunque se anunciaron, el conjunto norteño no pudo estar en las fiestas de la ciudad. El próximo 13 de julio se sacarán la espinita.
Hace tres años que Los Tucanes no tocan en Tijuana, mas aseguran estar muy al tanto de lo que aquí sucede, de lo cambiado y violento que está su terruño: “Tristemente, yo quisiera que las cosas fueran diferentes, no es igual que antes, donde podías andar en la calle a pie, todo era convivencia, ayuda; de repente hemos visto cosas muy tristes, que desilusionan. Esperemos que un día cambie”.
Mientras tanto, los dos Marios (Quintero y Moreno), David, Clemente, Alfredo y Gustavo se aprestan a celebrar con su gente y en su territorio. Con una fiesta así como les gusta.
*Juan Carlos Domínguez
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