13.11.07

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Me voy tranquilo, dijo con toda la conciencia bien limpia Eugenio Elorduy Walther, en medio de balaceras y matazones, hasta el último momento. Vamos a extrañar su sonrisota.

Feliz primero de noviembre, es un nuevo amanecer para los ahora ungidos del presupuesto público. Los festejos y los grandes planes de vida han estado a todo lo que da en lo privado. Vida plena hasta el 2013. La violencia y caos en toda Baja California pueden continuar, son cosas que no perturban mayormente, no cuando se vive en el limbo y las bondades del poder.

Qué gabinetazo nos ha presentado José Guadalupe Osuna Millán, ahora nuestra máxima –eso es– autoridad en el estado. Si la mediocridad del próximo gobierno se evidencia desde los nombres de los nuevos funcionarios (no tan nuevos, nomás puro canjeo), el colmo de la evidencia de que no hay interés de cambiar nada por parte del “Lupillo”, es la repetición de titulares como José Guadalupe Bustamante en la Secretaría de Salud o Carlos Reynoso Nuño en Desarrollo Social. Al menos que el resto tengamos la errónea idea de que los susodichos son unos pusilámines. Alejandro Caso (en Comunicación), es otro caso, “Lupillo” debería de aclarar –si no le gana el pudor– lo que para la mayoría es inexplicable.

Y la cultura no pinta tan bien con Osuna Millán. Al cierre de esta edición no lo quisieron confirmar pero casi es un hecho que Ángel Norzagaray fungirá como Director del Instituto de Cultura de Baja California (ICBC), sustituyendo a Marisela Jacobo, lo que lleva a opinar a muchos que después de ella cualquier cosa es buena. Norzagaray se las sabe de todas, todas en el rubro cultural, pero es muy sectario, por lo que con su nombramiento la comunidad cultural de Tijuana –por ejemplo– se estará quejando del mal endémico de las preferencias para Mexicali, a pesar de que nuestra ciudad tenga mayor efervescencia en esos rubros. El hasta ahora secretario privado del rector de la UABC, seguramente sí echará la vista hacia Tijuana, pero obviamente nada más con sus incondicionales de cabecera, eso comentan todos. Para la representación del ICBC en Tijuana, se menciona a Gerardo Ramírez, al que muchos panistas ubican como al gordito que salía brincando con su hijo en un promocional de la precampaña de Osuna. Y para mandar en el resto de los municipios… qué más da… siempre echan mano de las dos opciones que tienen en cada plaza. Resumen alentador: Todo seguirá igual.

Jorge Ramos trae otros pendientes, y no es precisamente la cultura su prioridad en estos momentos. No obstante, ya se le han presentado personajes en lo individual para hacerle sus “propuestas” o mínimo pintarle el panorama de ese tema. Han pedido por ahí cita uno que otro artista o poeta, e incluso un periodista que pertenece al ambiguo grupo del FOCUC (Foro Cultural Ciudadano). Gente de la actual administración aseguró que Ramos ya se reunió, discretamente con un grupo de “culturosos” (nada que ver con la parafernalia que para eso acostumbraba Jorge Hank en la Cervecería Tijuana), pero no dan más datos. De parte del equipo de Ramos, lo niegan. Hay mucho hermetismo por todas direcciones respecto a quien ocupará el Instituto Municipal de Arte y Cultura. Hay quien hasta ha tenido la osadía de mencionar a Rafael Rodríguez, actual encargado de bibliotecas. Pero puras declaraciones atrincheradas. Así los pone a todos estas dolorosas transiciones del poder.

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