23.2.12

LYDIA CACHO:
Cacho, evidenció red de pederastia con políticos involucrados.
"TODO EL PAÍS ESTÁ EN CRISIS"

Perseguida del sistema, la activista social habló de la crisis de ética que se respira incluso en el periodismo. Y de la corrupción e impunidad en los gobiernos de México.



Juan Carlos Domínguez Beltrán

Dedo acusador primero, y después víctima del poder político en nuestro país, la periodista y activista Lydia Cacho no ve a un futuro Presidente de México –sea quien sea éste– enfrentándose contra la corrupción y la impunidad.

De los tres principales candidatos, Josefina Vázquez Mota, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, en torno a este tema, sólo advierte un discurso vacío, pura retórica: “Es como un retroceso, una necesidad de disfrazar la realidad, de hablar como si todo estuviera puesto en un ‘impasse’ porque vienen las elecciones, y como si las buenas intenciones se hubieran ido de vacaciones para el proceso electoral. Eso me parece peligrosísimo”, considera.

Acepta que hoy por hoy, ninguno de los aspirantes a gobernar el país, puede desconocer algún vínculo político o personal con ex gobernantes o funcionarios corruptos, con personajes incómodos: “Ninguno se libra de pertenecer a su propio partido. Y los partidos están haciendo cualquier cantidad de triquiñuelas para llegar a donde están”.

Lo ejemplifica con los procesos de selección de precandidatos en cada estado de la República Mexicana: “No les importa si están vinculados con la delincuencia organizada o no. Lo único que les interesa es si tienen cierto poder económico y habilidades para incidir en sus comunidades, para ganarle votos al partido”.

Así pues, ni el candidato del PRI, ni la del PAN o PRD, dan el ancho para las circunstancias que estamos pasando, “porque se necesitaría que se atrevieran a ‘jugársela’ –incluso la vida– por el país, y no creo que ninguno de los tres esté dispuesto a eso”, acusa.

Cacho, sabedora de las mafias y redes de corrupción en las que funcionarios de todos los niveles de gobierno tienen participación, recién ha publicado el libro “Esclavos del Poder”, donde da cuenta de ello. Al mismo tiempo, en época electoral, su caso ha sido retomado por las autoridades federales, para darle un sesgo político partidista.

Precisamente el 14 de febrero se cumplieron 6 años de que salieron a la luz pública las llamadas telefónicas entre el entonces gobernador de Puebla, Mario Marín, y el empresario Kamel Nacif Borge, donde se evidenciaba el involucramiento y complicidad de éstos en los casos de pederastia y pornografía infantil que Lydia Cacho denunciara en su libro “Los Demonios del Edén”, y que le habrían costado a la periodista que la torturaran y encarcelaran indebidamente.

Ahora el gobierno federal, a través de la Procuraduría General de la República, ha mostrado interés en reabrir el caso, para considerar elementos en contra del ex mandatario Marín, que en su momento descartó la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La finalidad evidente no es hacerle justicia a la activista social, sino abonar a la guerra sucia entre el PAN-Gobierno y el PRI-opositor.

“Esa noticia la han estado circulando desde que llegó Rafael Moreno Valle (gobernador de Puebla por la coalición PAN-PRD). Yo lo que sé es que el caso sigue abierto contra Kamel Nacif y Mario Marín, contra los policías que me torturaron y me arrestaron ilícitamente, los expedientes están ahí e involucran a 22 funcionarios”, aclara la también escritora.

Por ellos Lydia Cacho dice estar ya muy grandecita como para no darse cuenta que nuevamente la están utilizando con fines políticos y partidistas: “Yo mientras no vea que en verdad están llevando acciones judiciales concretas con los elementos que tienen en sus manos, pues todo es discurso político”.

No es que esté resignada a ser usada para la guerra sucia partidista, pero Lydia Cacho sabe que ya nada puede hacer: “Si todo queda en una batalla de escupitajos y aventarse lodo; no le voy a entrar, no deberíamos entrarle”.

Además su denuncia la ha canalizado a la Corte Interamericana, justamente porque concluye que de la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión (FEADLE) no espera nada: “Hay una parálisis intencional por parte de la Fiscalía, no sólo en mi caso, yo soy afortunada de seguir viva, sino por todos nuestros colegas que han sido asesinados o desaparecidos en todo el país, y siguen en manos de esta Fiscalía voluntariamente ineficaz. Y esa misma Fiscalía es la que supuestamente está dispuesta a colaborar contra Mario Marín”.

Impunidad institucionalizada y periodismo en crisis

Muy presente tiene Lydia Cacho cuando en 2006, a unos cuantos días de haber salido de la cárcel, el candidato Felipe Calderón en el arranque de su campaña en Puebla, y a un lado de su coordinadora Josefina Vázquez Mota, le prometió aplicar “toda la fuerza de la Ley” en contra del gobernador Mario Marín.

Pero resulta que los asesores de Calderón resultaron ser los mismos abogados defensores de Marín y Kamel Nacif, precisamente hablando de las redes de corrupción, “así es como funcionan las cosas en el país, y eso es lo que sucedió, le recomendaron al Presidente que era mejor negociar con Puebla, y eso hizo”. A cambio de varias diputaciones poblanas para el PAN en ese año, y cuatro años después la gubernatura.

También Marín fue amparado por la entonces presidenta del PRI, Beatriz Paredes, que en la euforia de una fiesta le prometió protección a cambio también de favores políticos en los que resulta que ahora al “Góber Precioso” todavía le están debiendo una senaduría o diputación plurinominal, lo que sea con tal de recuperar el fuero.

A Lydia Cacho se le han acercado priistas resentidos que apelan a que Mario Marín sea sentenciado, aunque no sabe si lo hacen por verdadero sentido ético o conflicto de intereses, “pero hay una parte del PRI más dura, más añeja, más tradicional, en el que por supuesto está Beatriz Paredes, Emilio Gamboa Patrón, Fidel Herrera, y todos ellos, que están protegiendo a Mario Marín y a todas estas redes porque están vinculados”.

Regresando a la sucesión presidencial, la realidad es que no habrá presidente electo o partido gobernante que logre abatir la impunidad y la corrupción, advierte Cacho: “Este sexenio va a tener que ser necesariamente con estos candidatos que tenemos enfrente. Y con los candidatos que cada estado tiene, porque ésa es otra historia”.

A propósito, como han pregonado algunos aspirantes, aprecia que el sexenio que viene tendrá que ser de la “sociedad civil”, “y lo digo muy en serio, tenemos que lograr un equilibro de poder con los poderes fácticos. En la medida que no haya medios de comunicación más fuertes, más sólidos, reporteros y reporteras que se la sigan ‘jugando’ en la situación en la que estamos, no van a cambiar las cosas”.

Pero ésa es otra cuestión, el actuar de la prensa y los medios de comunicación, las más de las veces comparsa, otras cómplices: “Todo el país está en crisis, y el periodismo en México está en crisis. No solamente estamos perseguidos sino también traemos una crisis de ética tremenda, hay periódicos en todo el país que verdaderamente son parte del problema, y están coludidos con los poderes a quienes critica”.

Como periodista y, sobre todo, como activista social, Lydia Cacho ha despertado el interés de algunos partidos políticos, a diferencia de gente como Isabel Miranda de Wallace, de la que considera que ha cometido errores, o un Javier Sicilia, quien por los menos se ha sentado y dejado seducir por el Presidente, Lydia ha rechazado cualquier clase de ofrecimiento: “No sabes cómo me da risa cada vez que me llaman por teléfono para ofrecerme una candidatura”.

“Me avisaron –relata– del PAN de Quintana Roo que me estaban buscando, y por supuesto que no hablé con ellos. Y el PRD también me ofreció todo tipo de candidaturas; para reina de la primavera, senadora, diputada, alcaldesa, de todo lo que se te ocurra. Siempre es lo mismo. Yo soy reportera. Y activista”.



1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente entrevista, como siempre.
.
Nunca deje de escribir, Sr. Ruin.

¡Abrazo!