8.2.08


Mayor Apoyo al CiNe NaCioNaL


* Juan Carlos Domínguez

Sin llegar a ser la panacea, el cine mexicano actual vive buenos momentos. Por lo pronto, 2007 se apunta como el año en el que más avances sustantivos logró la industria fílmica mexicana, siempre tan incipiente.

El motor que echó andar este repunte partió del Gobierno Federal, que tuvo a bien darle un lugar prioritario al rubro dentro de su Plan Nacional de Desarrollo, en el ramo de “Cultura, Arte, Recreación y Deporte”. A través del Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE), el objetivo final es crear mejores condiciones para el desarrollo del cine nacional.

Ello a través de tres líneas concretas de acción: Fortalecer los mecanismos existentes de apoyo a la producción cinematográfica; distribución y exhibición de películas mexicanas en consenso con diferentes sectores de la industria; además de la implementación a nivel institucional de nuevos proyectos que acrecienten el acercamiento de la población a las obras fílmicas.

Las cifras no mienten, y aunque se está lejos de la bonanza, el avance es significativo. Solamente en 2007 el Estado destinó 670 millones de pesos a la producción de películas mexicanas. Gran diferencia, considerando que en el período comprendido entre los años 2001 y 2006, sólo se llegó a un monto de 680 millones de pesos para el mismo fin. Dicho más claramente, el gobierno de Felipe Calderón ha destinado la misma cantidad de dinero que Vicente Fox aportó durante toda su gestión.

De tal suerte que el año que recién acaba de concluir, registró la más alta producción de películas mexicanas que se haya tenido en 17 años. Se llegó a un total de 70 películas mexicanas producidas, un 10 por ciento más que en 2006.

El desglose de logros continúa: Durante 2007 se estrenaron comercialmente 34 películas apoyadas por el Gobierno Federal; éstas registraron la asistencia de más de un millón de asistentes. El IMCINE participó en 51 festivales de cine nacionales, obteniendo 65 premios y reconocimientos. Un atractivo especial que acrecienta la estimación de las películas mexicanas es su participación en festivales de cine internacionales; las producciones apoyadas con recursos públicos participaron en 230 eventos de este tipo alrededor del mundo, logrando 41 premios y reconocimientos.

Además de estos resultados, IMCINE aplicó su apoyo en otros aspectos que también circundan la producción cinematográfica, a veces poco apreciada a la hora del producto final difundido en las pantallas grandes. Tales como la escritura de guiones (que se ha dicho es la gran carencia del cine mexicano), para lo cual se apoyó a 44 escritores a través del Programa de Estímulos a Creadores. Igualmente se impulsó la producción y post producción de 20 largometrajes, género en el que nuestro país ha dado buenas muestras de calidad y creatividad. En ese mismo tenor, el Estado financió seis cortometrajes, dos filmes de animación y la realización de 15 películas en materia de “Buen Cine Comercial”, gracias a la Aplicación del EFICINE (Estímulo Fiscal a Proyectos de Inversión en la Producción Cinematográfica Nacional), mecanismo por el cual logró involucrarse a cien empresas de sectores económicos ajenas a la industria fílmica.

Determinante fue que el IMCINE creara la Comisión Mexicana de Filmaciones, con lo cual se promueve la infraestructura natural, arquitectónica e histórica para la realización de cine mexicano.

Las medidas y mecanismos implementados por el Estado para el apoyo de las películas mexicanas, empieza a dar frutos halagüeños, tanto para los realizadores como para el público. Resta decir que si para los directores de cine consagrados es difícil cristalizar sus proyectos, para los realizadores noveles es casi una utopía. Pues resulta que el año pasado, 25 nuevos talentos lograron producir su ópera prima con recursos públicos.

Y por el lado de los espectadores, en 2007 el número de personas que vio películas mexicanas aumentó en un 40 por ciento en relación a 2006. En ese año hubo 7.2 millones de asistentes a las salas mexicanas; al año siguiente fueron 14 millones. La película mexicana que más alto aforo registró fue “Kilómetro 31”, con 3.2 millones de espectadores.

Cine mexicano para el mundo

Las películas mexicanas tuvieron presencia en 230 festivales internacionales. En ellos nuestros realizadores lograron traerse 41 premios y reconocimientos de eventos tan importantes como el Festival de Cine de Cannes, el Festival Internacional de Cine de Venecia, el Festival de Cine de San Sebastián y el Festival Internacional de Cine de Toronto.

Entre las películas mexicanas más exitosas se apuntan “Luz Silenciosa”, de Carlos Reygadas. Este filme, el único latinoamericano que tuvo participación oficial en el Festival de Cine de Cannes, se hizo merecedor al Premio del Jurado. Igualmente sumó tres más: Premio Coral por Mejor Película de Ficción, Mejor Fotografía y Mejor Sonido, dentro del Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano, en Cuba. Recibió el Hugo de Oro en el Festival de Cine de Chicago; el FIPRESCI en el Festival de Cine de Sao Paulo, cuatro premios en el Festival de Lima; el premio al Mejor Guión en el Festival Internacional de Cine en Estocolmo; Mejor Largometraje y Mejor Dirección en el Festival Internacional de Cine Iberoamericano en Huelva, España; la nominación a Mejor Película Extranjera en el Festival de Cine de Bergen, Noruega y los Hollywood Awards. Además de que ha sido seleccionada por la Academia para representar a México en los próximos Premios Óscar.

Otras películas laureadas son “Ópera”, de Juan Patricio Riveroll, con premios a la Mejor Ópera Prima y Mejor Actriz en el Festival de Cine de El Cairo. De igual forma el cortometraje “Ver Llover”, de Elisa Miller, que logró la Palma de Oro en el Festival de Cannes. “La Zona”, de Rodrigo Pla, obtuvo el premio Mejor Ópera Prima en la Muestra de Cine de Venecia. Mientras que “Párpados Azules”, de Ernesto Contreras, fue beneficiada con el Premio Especial en la Sección Horizontes Latinos del Festival Internacional de Cine de San Sebastián.

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