28.4.08

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Vladimir Zamudio es un actor infantil que participó en “Una pared para Cecilia”, película que recientemente se filmó en Tijuana y que dirige Hugo Rodríguez, realizador de “Nicotina”, que protagonizara Diego Luna. Vladimir Zamudio ha actuado en dos películas, en “Una pared para Cecilia” pasó el casting para interpretar a amigo de la protagonista, que la acompaña a todas partes. El niño tijuanense —proveniente de una familia de músicos reconocidos en la localidad— terminó robándose la película, le dijo el director al padre de Vladimir. Habrá que verlo en las pantallas, seguramente hasta el próximo año.

“Cuerpos en Tránsito”, Festival de Danza Contemporánea, desde hace muchos años perdió brillo —lo dicen los mismos bailarines—. Se desarrollará nuevamente en este mes de abril, en el lugar de costumbre, el Centro Cultural Tijuana. Los organizadores dieron la noticia de que esta vez, aparte de las compañías invitadas, se incluirá a todos —todos— los grupos locales. Y la pregunta es: ¿No habrá manera de excluir a uno que otro? Por salud.

Sandra Bello es una fotógrafa tijuanense que destaca. Me gusta de Sandra que no se va —ya no— por esos rollos de explotar los clichés de la frontera, lo norteño, lo tijuano. Tampoco por las ocurrencias experimentales, que si errores cibernéticos y cosas así. En sus imágines se muestra ella, aunque no sean autorretratos. Nos introduce a sus objetos, a sus espacios de vida cotidiana, a los rinconcitos de su recámara y hasta a los cajones donde guarda su ropa. Con su lente nos induce a hurgar en sus cosas y su aura, como para que el espectador la conozca más como persona y como artista. Sandra lo logra.

La Ballena de Jonás rápidamente llamó la atención por ser un grupo musical muy diferente a las tendencias que en la actualidad pueblan la esfera local; es decir ni emo, ni electrónica, ni reggae, ni ska. Un grupo altamente melódico, con instrumentos como violín, acordeón, bajo y guitarra acústica, con un repertorio como de otra época, género indie, tendencias como el klezner, o el folclor de cualquier país europeo, siempre instrumental. La Ballena de Jonás conquistó a muchos y de repente —y hasta la fecha— como que no hay promotor u institución que no quiera incluirlos en su evento. Pero el encanto pasa, ya para muchos el estilo de la Ballena suena muy meloso y simplemente en ciertos eventos ya no “checa”, llegan a sumir a la gente en un sopor.

Ximena Sariñana resultó una muy grata sorpresa como cantante y compositora. Sobre todo porque cuando la llegábamos a escuchar en reuniones o fiestas privadas uno se preguntaba cómo podría asumir esa faceta nada comercial; cantando jazz y con ese tono de voz. Muy inteligente y paciente, Ximena esperó, logró a dos muy buenos productores, y sacó un producto que se vende bien en el márketing, pero que no “vende” su talento. Buenas letras, excelentes arreglos, finos, modernos (pero nada que ver con reggaetón y esas cosas). Sin perder la esencia juvenil, Ximena puede llegar a ese segmento de público. No sé qué tantas vivencias a su edad pueda tener Ximena, pero de que es intensa, lo es, intensísima. No son cancioncillas rosas las suyas, las de ella, y en esta época de tantos rebeldes, panditas y mirindas, se agradece su existencia. “Mediocre” se titula su disco, en referencia a su espontáneo desdén hacia cualquier mediocridad que se le cruce en el camino (y por ése me cae tan bien). Por cierto, muchos podrán alegar que como Ximena Sariñana y su estilo hay muchas gringas o europeas; sí, pero Ximena es mexicana, es nuestra, acojámosla un poco.

El Comando Rosa es un grupo que se gesta y opera desde las altas esferas del poder, concretamente del poder panista. Por sus acciones y decisiones puede ser tan devastador como cualquier comando negro o la banda del carro gris. Tiene ramificaciones en todo el país y desde la cúpula y en todos los niveles, hasta los más bajos Como los cárteles pues, tienen muchas células. No precisaré los usos y costumbres del Comando Rosa por elemental pudor. Y además porque ésta es una columna blanca —blanca, no rosa—.

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