Adriana Trujillo

PoStALeS CaPiTaLeS

*Juan Carlos Domínguez

¿Por qué ciertas conductas placenteras del ser humano han sido clasificadas como pecados? Aunque inherentes al carácter y el cuerpo del hombre, desde el inicio de los tiempos “los pecados capitales” han sido germen de toda clase de culpabilidades y condenas que de la conciencia meramente individual, trascienden a la colectividad, a veces de formas por demás extremas y devastadoras.

Pero dilucidar ese dilema dogmático, y finalmente existencial, no es la pretensión de Adriana Trujillo en su documental “Postales Corporales”, en el cual aborda la desnudez física (y mental) de siete protagonistas, encarnado en cada uno de ellos, un pecado capital, y con ello, una revelación de identidad, de actitud, de historia personal de un cuerpo físico, emocional y espiritual.

Comunicóloga egresada de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), Trujillo emprendió una maestría en Documental en la Universidad Autónoma de Barcelona, después de una nutrida actividad en la región en proyectos artísticos audiovisuales como YONKEart, BorderLand, y, próximamente, BorDoc’s. “Pecados Capitales” fue la evaluación final en sus estudios en España.

También ejecutante de danza contemporánea en alguna etapa de su vida, Adriana había tenido la inquietud de las formas del cuerpo humano y su elasticidad, de las imágenes plásticas que éste puede generar. Una premisa que pudo quedarse en lo meramente estético, se enriqueció con todo un estudio de antropología corporal, del individuo dándole la cara, desnudo, a su historia personal indesprendible de un entorno, un contexto, de la interpretación del yo y el mundo. Una reflexión que explique “qué tanto puede tatuar la realidad en nuestro cuerpo”, expresa la videoasta.

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Desnudos del alma

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El estreno de “Postales Corporales” en Estados Unidos será este sábado 10 de marzo (3:30 pm) dentro de la selección oficial de cortos documentales del San Diego Latino Film Festival, en UltraStar Mision Valley Cinemas de Hazard Center.

Anteriormente, este trabajo tuvo exhibición en España, donde recibió el Premio Especial del jurado en el Barcelona Visual Sound, y en nuestra ciudad donde fue considerado Mejor Documental dentro del Festival de Cine de Baja California 2006. Y las perspectivas para su productora y directora, es una larga vida de exhibiciones de su documental en foros y muestras en nuestra región y el resto del país.

En 29 minutos se reparten los siete capítulos en los que está dividido el documental. Cada uno de ellos, por supuesto, un pecado capital, donde cada protagonista se desnuda, de cuerpo pero también de actitud, y habla, desde su propia voz, de su pecado y su persona, dando como resultado final “un caleidoscopio de emociones y matices”.

Una factura bella la de “Postales Corporales”, donde la pornografía que pudiera ser el incentivo para el espectador, queda en un segundo plano ante la propuesta estética del filme. Precisamente, no se trataba de hacer un documental en los formatos convencionales, ni siquiera un video experimental, sino un registro narrativo, visual y sonoro, que en cada uno de los capítulos obedece a un tratamiento y estética particular; como lo es la historia misma de los protagonistas.

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Pecados que hablan

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“`Postales Corporales’ es en esencia un paso y una invitación para pensarnos desnudos con nuestra carga vital en la butaca del cine”, expresa Adriana Trujillo.

Para ello “deja fluir el texto corporal de los personajes, quienes expresan tanto la angustia como el placer, ansiedad y armonía, decadencia y orgullo”.

El catálogo de postales va así.: “Envidia” es Naomi, una bailarina de 23 años; desde niña se dedicó al ballet, hasta que sintió celos por lo que podían hacer otras bailarinas y ahora se dedica a la danza contemporánea. “Gula” es Luis, naturista de 51 años; perdió 20 kilos, se volvió vegetariano, cambió todo su entorno social y espiritual, y se llenó de mucha hambre, pero por la vida. “Avaricia” es Ada, 21 años, su complejo siempre fue el tamaño tan pequeño de sus senos; su familia la ayudó para la cirugía que le aumentó la talla, ahora posa desnuda para revistas, comerciales y videoclips.

“Pereza” es Rubén, escritor de 34 años; se pasa la vida leyendo y escribiendo como un acto de resistencia al acelere diario: “Si el ocio es el padre de todos los vicios, la pereza es la madre de toda la belleza”. “Lujuria” es Mariona, actriz de 70 años; ella descubrió la sexualidad en la edad madura, narra sus anécdotas sexuales bajo la premisa de que con la vejez no tiene por qué morirse el sexo. “Ira” lo encarniza Ana, 25 años, quien sufre arranques de histeria, llora mucho, sus piercings y maquillaje reflejan su explosiva personalidad e intolerancia. Y “Soberbia” es Aramís, cubano homosexual de 40 años; dice que rompe con los estereotipos del “orgullo gay”, vive en continuo conflicto con los demás; es seropositivo y asume la vida con optimismo y libertad.

Otro elemento muy importante en “Postales Corporales”, es la música, compuesta expresamente para este trabajo por Santiago Barguño y Cristian Pérez Rodríguez, que interpretan junto con Joan Plana Nadal, en matices que van del piano y violín, a lo electrónico.

Al margen del resultado final, a Adriana Trujillo le queda la experiencia de un trabajo integral que no empezó cuando tomó la cámara en sus manos, sino con un proceso arduo de preproducción, que incluyó una metodología de investigación, pasando por la búsqueda de protagonistas, que tampoco fue fácil. Luego vendría también lo propio con la producción y postproducción, dando como resultado una intensidad creativa en la que una fase no desmerece a las otras.

La enseñanza que como tijuanense le deja este proyecto a Trujillo, es reflexionar sobre el grado de profesionalización que como locales todavía nos falta; aunque si bien lo importante es que se hagan las cosas, “seguimos siendo una ciudad adolescente”. Sus “Postales Corporales” puede ser ejemplo de un carnet de mayoría de edad para una generación de creadores que ya ha cocinado, condimentado y saboreado la “tijuanidad” visual hasta el hartazgo.