18.2.08

Pan y Circo
Juan Carlos Domínguez

Los temblores ganaron la nota. Lo que nunca, las ejecuciones, que las hubo, cuatro y un atentado, en un sólo día en Tijuana, el martes pasado, pasaron a segundo plano gracias a los movimientos telúricos que han sacudido a los mexicalenses. Los principales noticiaros de televisión dedicaron la primera mitad de sus transmisiones, incluso con enlaces en vivo desde Mexicali, a los daños y pormenores de tales eventos en la capital del estado. Ya con el tiempo de sobra, y sin tanto alarmismo, dieron cuenta a los asesinados del día y a las actividades de los comandos criminales. Síntoma de que las narcoejecuciones cayeron en la cotidianidad que no sorprende. Como en aquellas pequeñas ciudades donde los grandes cabezales de los diarios son un asalto a un negocito, o el asesinato de alguna mujer por parte de un marido despechado.

La naturaleza es sabia, y qué bueno que le tocó a Mexicali y no a Tijuana, que bastante devastada está allá, además de sus cerros y barrancos, zonas de alto riesgo que suertudamente los mexicalenses no tienen. Que se espere tantito la Falla de San Andrés para que haga de las suyas con esta ciudad, que le dé tiempo a las autoridades a acabar con los baches, que ya empezaron a trabajar, aunque da mucho coraje y que aunque ellos no tienen la culpa, dan ganas de aventarle el carro encima a los trabajadores que hacen tal faena, por arbitrarios e inútiles, y que intensifican aún más el caos vial de las avenidas, simplemente por estar tapando un hoyito con —pareciera— lodo y aserrín. Además a un pasito que, obviamente, no solucionará el problema en lo que resta de la de la actual administración municipal.

Tembló todo el país, y no es metáfora a propósito del clima delictivo que azota a todos los rincones de la nación. La mañana del lunes pasado también se agitaron los conductores del noticiero de humor e ironía, “Matutino Express”, que conduce Esteban Arce. Ellos oyeron sonar la alerta sísmica, el conductor y sus compañeros se pusieron de pie, dijeron que tendrían que salir a la calle porque estaba temblando, dejaron sus escritorios y las cámaras se quedaron enfocando el vacío. Dado al formato del programa cualquier televidente pensaría que era una broma, después se supo que todo era real, un sismo de 6.6 grados en la escala de Richter, con epicentro en Oaxaca y que zarandeó al Distrito Federal y a otras entidades del centro del país.

Se cimbran las calles de Tijuana, y ahora sí, regresando al tema de la violencia. Las calles destruidas y llenas de hoyancos no son obstáculo para que los comandos asesinos corran a toda velocidad para llegar hacer “su tarea”, cumplir y poner pies en polvorosa. A las 11 y media de la noche del lunes 11 de febrero se reportó el hallazgo de tres ejecutados; unas horas antes, a eso de las 8 de la noche, por la misma zona, y por alguna de la conexiones que llevan a otras delegaciones o municipios, automovilistas que circulan por ahí (regresando de su jornada laboral) vieron un comando de cierta corporación policíaca, como diez unidades, y una camioneta normal, ya saben, todos con estrobos, sirenas y a altísima velocidad dispuesto a arrasar lo que se atraviesa. Seguramente cumpliendo “con su deber”, en esta lucha campal en que están convertidos la ciudad y el país entero. “Nosotros sí vamos, mitoteros”. En efecto, todos van, y llegan a donde tienen que llegar, no hay poder que detenga esta guerra. Y para más burla, los ejecutados fueron encontrados muy cerca de un cuartel militar, y ahí, donde también a veces se pone un retén militar donde los soldados revisan los autos sospechosos. La pregunta sería: ¿Qué se necesita para ser sospechoso? Porque la fila se pone muy larga, y pues si hay que evitarla, mejor.

¡Buena idea!, la que tuvieron los Obispos de varios municipios de Coahuila, quienes les pidieron “de forma especial a los narcotraficantes, que se arrepientan, y que no caigan en la tentación del poder y el placer; que valoren a las personas”. Entonces, hay que sugerirles que hagan lo mismo, a nuestros sacerdotes en Baja California. Y de paso que le pidan a Dios que ya no tiemble.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ahuevo!
te la rifas vato!
quiza no estaria nada mal pagarle a los pinches narcos en lugar de pagar un impuesto para seguridad publica
ya de una vez por todas... ahorita pagamos doble. y si aceptamos el triunfo del crimen organizado en nuestra ciudad... que chingados!!! o que pedo... pa donde se hace uno.. por un lado se plantea uno "hay que enfrentar civicamente al crimen, confiar en la autoridad" pero cuando llegamos al punto en el que estamos, en el que se ha borrado practicamente del todo la division entre criminales y cuerpos policiacos.... diria que la autoridad la ha asumido el crimen, a falta precisamente de una autoridad civica... es un proceso natural de grupos, si a un grupo el lider o guia no le responde, otro miembro del grupo asumira ese rol... nuestros sistemas publicos de seguridad no quisieron, no supieron como, o las dos asumir su autoridad, ahora otro miembro de nuestra comunidad lo asume: el crimen organizado... no en vano adjetivamos "organizado".

alra
andre r.navarro
www.linotipia.org