ASPIRANTES AGAZAPADOS
Precandidatos a la espera de las “negociaciones” en el PAN
Ni están trabajando ni haciendo campaña; por lo menos no hacia afuera.
Entrampados en las negociaciones de sus operadores políticos, los aspirantes panistas a la alcaldía de Tijuana ya renunciaron –o abandonaron– a sus puestos públicos, pero no hablan abiertamente de sus aspiraciones. No dan la cara ni como funcionarios ni como virtuales precandidatos.
Fuera del ex diputado federal Carlos Torres Torres, quien no ha cesado en sus apariciones públicas, lo mismo festejando su cumpleaños, en entrevistas para la televisión, o llevando roscas a los niños desamparados; los otros tres “suspirantes” a gobernar esta ciudad se la han pasado en el sigilo durante todo lo que va de enero. Agazapados.
Alejandro Monraz, el más fuerte opositor de Torres, y apoyado por la corriente del ex alcalde Jesús González Reyes, alargó sus vacaciones decembrinas y regresó a sus oficinas que ocupa como delegado de la Secretaría de Economía, prácticamente nada más a “entregar el puesto”. En eso están desde hace una semana pero sin saber “a quién se le entregará”, afirmó un empleado de esa dependencia. La realidad es que Monraz está más ocupado en el ir y venir de las negociaciones internas del PAN, que nada más no logran concretarse, demorándose con ello el “destape” total.
En la misma situación, con la desventaja de que sus posibilidades de llegar a ser candidato son mínimas –según advierten los mismos panistas–, se encuentra Javier Castañeda Pomposo. El ex secretario de Desarrollo Social del Municipio (DESOM), aunque renunció a su puesto desde el 31 de diciembre, pretendió mantenerlo en secreto y todavía para el 14 de enero apenas estaba “entregando” el puesto a su sucesor. Pero desde las últimas semanas de diciembre y las primeras de enero, se ha mantenido como tragado por la tierra, no responde llamadas a su celular, no acude a citas que ya había agendado previamente, y en las oficinas del Ayuntamiento no saben dar razón de él. Está sumido igual, en la espera y la incertidumbre; amarrado de manos para empezar hacer campaña.
El último aspirante es Antonio Valladolid, ex diputado federal de la LX Legislatura. Después de su iluminado informe de actividades, ha mantenido un bajo perfil y se ha abstenido de hacer declaraciones a la prensa, no obstante sin abandonar su interés de ser candidato a la Presidencia Municipal. Identificado en la corriente de los “kikistas”, se ha dicho que los ofrecimientos para que desista de sus aspiraciones han incluido diferentes puestos en la administración municipal, incluyendo DESOM y hasta la Delegación de la Mesa, la que hasta el momento sigue sin titular al renunciar Leonardo Fernández Aceves, otro que va por una candidatura para diputado.
Sin ver claro en el horizonte, dado a los desencuentros internos en el PAN, ni Monraz, ni Castañeda, ni Valladolid han podido aplicarse abiertamente como precandidatos a la alcaldía de Tijuana. Situación que ha aprovechado Carlos Torres para actuar como tal –aunque oficialmente aún no lo sea–, reforzando incluso el señalamiento de que es el candidato del Presidente Calderón y al que reviró con un “no necesito flotadores para nadar”.
Entrampados en las negociaciones de sus operadores políticos, los aspirantes panistas a la alcaldía de Tijuana ya renunciaron –o abandonaron– a sus puestos públicos, pero no hablan abiertamente de sus aspiraciones. No dan la cara ni como funcionarios ni como virtuales precandidatos.
Fuera del ex diputado federal Carlos Torres Torres, quien no ha cesado en sus apariciones públicas, lo mismo festejando su cumpleaños, en entrevistas para la televisión, o llevando roscas a los niños desamparados; los otros tres “suspirantes” a gobernar esta ciudad se la han pasado en el sigilo durante todo lo que va de enero. Agazapados.
Alejandro Monraz, el más fuerte opositor de Torres, y apoyado por la corriente del ex alcalde Jesús González Reyes, alargó sus vacaciones decembrinas y regresó a sus oficinas que ocupa como delegado de la Secretaría de Economía, prácticamente nada más a “entregar el puesto”. En eso están desde hace una semana pero sin saber “a quién se le entregará”, afirmó un empleado de esa dependencia. La realidad es que Monraz está más ocupado en el ir y venir de las negociaciones internas del PAN, que nada más no logran concretarse, demorándose con ello el “destape” total.
En la misma situación, con la desventaja de que sus posibilidades de llegar a ser candidato son mínimas –según advierten los mismos panistas–, se encuentra Javier Castañeda Pomposo. El ex secretario de Desarrollo Social del Municipio (DESOM), aunque renunció a su puesto desde el 31 de diciembre, pretendió mantenerlo en secreto y todavía para el 14 de enero apenas estaba “entregando” el puesto a su sucesor. Pero desde las últimas semanas de diciembre y las primeras de enero, se ha mantenido como tragado por la tierra, no responde llamadas a su celular, no acude a citas que ya había agendado previamente, y en las oficinas del Ayuntamiento no saben dar razón de él. Está sumido igual, en la espera y la incertidumbre; amarrado de manos para empezar hacer campaña.
El último aspirante es Antonio Valladolid, ex diputado federal de la LX Legislatura. Después de su iluminado informe de actividades, ha mantenido un bajo perfil y se ha abstenido de hacer declaraciones a la prensa, no obstante sin abandonar su interés de ser candidato a la Presidencia Municipal. Identificado en la corriente de los “kikistas”, se ha dicho que los ofrecimientos para que desista de sus aspiraciones han incluido diferentes puestos en la administración municipal, incluyendo DESOM y hasta la Delegación de la Mesa, la que hasta el momento sigue sin titular al renunciar Leonardo Fernández Aceves, otro que va por una candidatura para diputado.
Sin ver claro en el horizonte, dado a los desencuentros internos en el PAN, ni Monraz, ni Castañeda, ni Valladolid han podido aplicarse abiertamente como precandidatos a la alcaldía de Tijuana. Situación que ha aprovechado Carlos Torres para actuar como tal –aunque oficialmente aún no lo sea–, reforzando incluso el señalamiento de que es el candidato del Presidente Calderón y al que reviró con un “no necesito flotadores para nadar”.
(Juan Carlos Domínguez)
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