27.6.08

COLESTEROL
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¿Ya se ha hecho usted un examen sobre sus niveles de colesterol? Tal ves lo considere innecesario, o simplemente no presenta síntomas que le hagan preocuparse al respecto. Aunque los estudios más recientes han demostrado que el 43 por ciento de los mexicanos, es decir, 4 de cada 10, presenta altas cifras de esa sustancia que puede ser tan perjudicial.

Más aún, para tenerlo en cuenta, o incluso para alarmarse, las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar de causa de muerte en México –más que todos los tipos de cáncer-; por lo que los padecimientos de este tipo se han convertido ya en un serio problema de salud pública.

Hay que recordar que el colesterol es una sustancia que produce el hígado y otros tejidos, y es necesario para la formación y buen funcionamiento de hormonas y células. También, de forma externa, esa sustancia la obtiene nuestro organismo de todo tipo de carnes, pescado, productos lácteos, y alimentos altamente procesados. Es entonces el colesterol primordial para nuestra salud, el problema llega cuando tenemos mucho. “Menos es mejor”, es el lema que utilizan los médicos, dado a que el exceso de colesterol es muy dañino para nuestra salud, y muchas veces mortal.

La Hipercolesterolemia es el término científico que se emplea para referirse a los altos niveles de grasa en la sangre. Quien lo presenta tiene el riesgo latente de sufrir graves consecuencias como los accidentes coronarios o cerebrovasculares, es decir, infartos del corazón, embolias o derrames, que si no matan al paciente, le dejan una parálisis o una muy mala calidad de vida.

Es lamentable que de aquellas personas que sí se han hecho un examen y han sido diagnosticados con colesterol alto, más de la mitad no había oído hablar de ello, por ende no sabe de las consecuencias que conlleva y menos de que existen medicinas para atenderse.

La cosa es que, como muchas enfermedades, la hipercolesterolemia no presenta síntomas, y su primera manifestación es un infarto o derrame cerebral.

Los principales causantes del padecimiento es lo que uno come y la falta de ejercicio. La obesidad, la cual presentan el 60 por ciento de los mexicanos, es un factor de alto riesgo para elevar los niveles de colesterol. Así como la ingesta de alcohol y el tabaquismo. Pero el no ser adicto a esos vicios o no ser gordo, no exenta a las personas del mal, ya que la incorrecta dieta, la vida sedentaria, e incluso factores hereditarios, también desencadenan el fenómeno.

A través de estudios como la angiografía o el ultrasonido coronario se determinan los niveles de colesterol, que en casos extremos desembocan en la arterioesclerosis, que viene siendo el endurecimiento y estrechamiento de las paredes de las arterias, dificultando el riego sanguíneo hacia el corazón.

Cuando a un paciente se le ha detectado cierta elevación en el nivel de colesterol, lo indicado será hacer un cambio de vida; hacer ejercicios, evitar alcohol y tabaco, así como las carnes rojas: “No hemos entendido que no somos seres carnívoros, somos herbívoros”, sentencia el Doctor José Luis Cervantes, cardiólogo del Hospital Ángeles. Si el cambio de malos hábitos no es suficiente, habrá que suministrar medicamentos, siendo muy estrictos en la potencia y en las dosis aplicadas, y no dejar el tratamiento pese a que el paciente refiera sentirse bien: “Desgraciadamente nuestro país tiene una cultura médica no muy buena”, lamenta el Doctor Juan José Parcero, Director del Centro de Estudios del Corazón del Hospital Ángeles en Tijuana. Estos tratamientos preventivos se catalogan como “primarios”; mientras los “secundarios” son para aquellos que ya tuvieron un infarto vascular cerebral, coronario o periférico; y con la medicina la intención será mejorar su calidad de vida en la medida de lo posible. Son tratamientos para el resto de la vida.

Un reciente estudio presentado en el Colegio Americano de Cardiología (ACC, siglas en inglés), demostró que la rosuvastatina, que los laboratorios AztraZéneca comercializan con el nombre de “Crestor”, es la única estatina que conseguir reducir o eliminar el alto nivel de colesterol en los pacientes con síndrome metabólico. No sólo eso, sino a la vez que logra aumentar el colesterol “bueno”, que también lo hay. Un estudio en el que por durante dos años se aplicó a enfermos, demostró que la rosuvastatina redujo hasta en un 53 por ciento el colesterol malo, mientras que el bueno lo incrementó al 15 por ciento. Dicen los expertos que los porcentajes pueden parecer estrechos, pero en términos prácticos los mismos significan una reducción impactante de eventos cardiovasculares.

Los logros se consiguieron con la suministración de 40 miligramos del medicamento, aunque por el momento sólo se venden presentaciones de 10 a 30 milímetros. Obviamente tras los exitosos resultados tras la investigación, se empezarán a vender tabletas con la dosis de 40 miligramos.

Estos avances son importantísimos considerando que a nivel mundial se registra el fenómeno de que mientras las enfermedades de tipo infecto contagioso van a la baja; los padecimientos crónicos no transmitibles aumenta cada vez más. El colesterol perjudica cada vez a gente más joven y hasta adolescentes. En todo el orbe mueren al año alrededor de 35 millones de personas por enfermedades cardiovasculares. En nuestro país son la primera causa de mortalidad y se estima que para el año 2020 la mitad de los mexicanos estará en riesgo de morir por infartos o derrames cerebrales.

*JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ


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