30.3.11


COLOSIO: EL PRETEXTO


Con discurso anticastrotrentista Enrique Pelayo se desahoga en el aniversario luctuoso de Colosio

Se vació el Congreso del Estado y se vaciaron los Palacios Municipales de cada uno de los municipios en Baja California, también las oficinas delegacionales. Ahora sí, a todos les “pegó” el recuerdo a Luis Donaldo Colosio Murrieta. Alcaldes, diputados, regidores, delegados, funcionarios de primer, segundo, tercer nivel y medio pelo, todos agarraron vuelo hacia Lomas Taurinas. Todos querían estar ahí. Mientras tanto para los habitantes de la colonia, el barullo de cada 23 de marzo. Empezaba el acto y los discursos, y los niños seguían jugando en el parque y trepados en los columpios; los cholos del barrio haciendo bola en las esquinas, las doñas en sus afanes domésticos. Los priístas llegaron en tropel, no para hacer campaña, porque no son tiempos de elecciones, y más que para congraciarse con su mártir, para mostrar su bonanza y aires de triunfalismo tricolor. “La gente está muy motivada, muy contentos”, expresó a ZETA una funcionaria del Ayuntamiento de Tijuana. “¡Y cómo no van a estar contentos si, por ejemplo, un regidor gana 66 mil pesos al mes, y los diputados están agarrando mucho dinero; y no ayudan a la gente”, abundó. ¿Hace cuánto que no venías al evento de Colosio?, le preguntó el reportero a un priísta. “Nunca había venido… salvo ‘aquel día’”; confesó refiriéndose al fatídico 23 de marzo de 1994 un agradecido funcionario al que recién le hizo justicia la Revolución y logró puesto en el Municipio. A propósito del renovado entusiasmo de los priístas, la militante continúo: “Ahorita las flores en la Plaza de la Unidad y la Esperanza van a durar dos o tres días, pero espérate una semana… El mugrero de nuevo”. Pero este día no, al contrario, de repente hasta parecía fiesta de gala, los funcionarios priístas perfumados, trajeados o enchamarrados en flamantes camionetas con guaruras incluidos, abrazos y parabienes entre ellos. La lista fue larga: los alcaldes Carlos Bustamante (el organizador); Javier Urbalejo, Enrique Pelayo, Javier Robles, Francisco Pérez Tejada. Diputados como Laurencio Dado, Gregorio Barreto, Juan Vargas, Carlos Murguía, David Lozano, Julio Felipe García. También Elma Acosta, Carlos Burguín, Édgar Fernández, José Osuna Camacho, Manuel Trasviña, Roberto Alcides Beltrones, Martín Plascencia, Chris López, Enrique Parra, Jesús Beltrán Lachica; y el que llegó tardísimo, David Saúl Guakil. Sentadas juntas y erigiéndose como las “mujeres fuertes del PRI: Yolanda Enríquez, síndica procuradora en Tijuana; Nancy Sánchez, ex presidenta del Congreso; Rosana Soto, diputada y ex lideresa del Grupo México; Juanita Pérez, funcionaria municipal. También haciendo bola junto y como “frente hankista”: Carlos Barboza, ex diputado; Kurt Honold, ex alcalde interino; Miguel Ángel Badiola, ex publirrelacionista del Municipio; César Cázares, ex presidente de la Canaco; Luis Algorri; ex secretario de seguridad. Los grandes ausentes: Jorge Hank Rhon; ex alcalde de Tijuana, y el senador y aspirante a gobernador, Fernando Castro Trenti. Además de la vieja guardia como Federico Valdez, Xicoténcatl Leyva, René Treviño o Juan Padilla. En el presídium acomodaron a los cinco alcaldes; además a Gregorio Barreto representando al Congreso; a René Mendivil dirigente estatal del partido, y Roberto Alcides Beltrones, secretario de gobierno de Tijuana. Les tocó captar la atención del todo mundo a la hora de cantar el Himno Nacional y el Himno de Baja California. Sudaron para soltar las notas desde sus roncos pechos. Beltrones estaba como desencajado; Bustamente “ido”, Javier Robles adormilado; el joven Pérez Tejada muy enjundioso; el chamaco Urbalejo azorrillado; pasaron el trance y continuó la ceremonia. Y dentro del montaje, cómo dejar pasar el detalle sentimental. Esta vez a cargo de una niñita uniformada que leyó una extensa biografía sobre Donaldo Colosio; mientras los políticos en el presídium aprovecharon para platicar entre sí y consultar sus celulares.


EL DISCURSO DE PELAYO


“¡No se oye!... ¡Fuerte!”… le gritaron a Enrique Pelayo, presidente municipal de Ensenada. Lo que no sabían es que terminaría hablando fuerte, y gritando; y hasta incomodando a más de uno de entre los priístas presentes. Empezó su intervención Pelayo, enalteciendo la figura del homenajeado, por “congruente hasta el último día de su vida en el decir con el hacer”. Refirió la demanda de aquél por la transformación del país, el fortalecimiento del partido, su “gran cruzada a favor de la justicia social” y su afán por un nuevo PRI sin disputas, divisionismo ni desviaciones. “Los daños provocados por la muerte de Colosio fueron cuantiosos, éstos desencadenaron la época más crítica en la historia del PRI, primero dieron paso a quien lo sustituiría como candidato y posteriormente se convertiría en titular del Poder Ejecutivo Federal, me refiero a Ernesto Zedillo Ponce de León, en donde su gobierno pierde, seis años después, la Presidencia de la República…”, señaló. Relató entonces cómo con la llegada del PAN al poder, empezó el mal gobierno y todos los problemas para el país: “… la improvisación, la inestabilidad, la falta de resultados, los escándalos, las altísimas y terribles cifras de asesinatos…”. También culpó “que poco o casi nada han logrado para sacar al país del grave rezago social y económico que padecemos”. Ya olvidado Colosio, el alcalde ensenadense revistió del todo su discurso partidista y se fue duro contra los panistas y sus alianzas con el PRD: “… hoy tratan desesperadamente en aferrarse al poder, al costo de lo que sea, haciendo gala cínicamente de su incongruencia política…”. Si las palabras iniciales de Pelayo fueron para un héroe priísta de 1994, después el edil se volcó sobre una nueva figura, actual, moderna, cuasi milagrosa, a la que le atribuyó igual o más cualidades que las del ex candidato presidencial: Humberto Moreira, presidente nacional del PRI. Dijo que con él se puede corregir el rumbo del partido, tal como lo deseaba Luis Donaldo Colosio. Que con Moreira sí se puede tener un partido más democrático, que su carrera política lo sustenta: “… su destacado papel como presidente municipal y gobernador del estado de Coahuila, impulsor de un gobierno eficiente y comprometido… Los priístas –habló por todos– confiamos plenamente en su experiencia, su talento y su palabra…”. Y lo que provocó un “dejo” de ovación, aunque forzado: “Con la dirigencia nacional que encabeza Humberto Moreira, estamos seguros que con el trabajo diario de todos, volveremos a Los Pinos, ¡de donde nunca debimos haber salido!”. Sesgadamente dijo lo que muchos interpretaron como un mensaje con dedicatoria al senador Fernando Castro Trenti: La de no “dejar espacios a liderazgos e intereses personales de grupos o corrientes que se anteponen al interés social y a las demandas y principios de nuestro estatuto, que buscan el avasallamiento de otros”. Por si quedaba alguna duda, arremetió: “No son tiempos para favoritismos anti democráticos ni albazos disfrazados de un supuesto pluralismo, carente de sustento, adelantados a los tiempos que establece nuestro instituto político”. Y si con el dirigente nacional del PRI el rudo Pelayo brindó toda su incondicionalidad, no mantuvo el tono para las dirigencias locales de su partido. Después de expresar que los priístas están obligados a demostrarle a los bajacalifornianos que no se equivocaron al votar por ellos y ser diferentes a “quienes por más de 20 años se ganaron a pulso el rechazo y el descrédito en el estado”; espetó: “Necesitamos cambios en las seis dirigencias del partido en Baja California, los alcaldes requerimos de nuevos dirigentes, que coadyuven y defiendan en todo momento el ejercicio de nuestras acciones de gobierno”. Mientras tanto René Mendívil, dirigente estatal del PRI, sonreía nervioso y tecleaba torpemente en su celular.


Y BUSTAMANTE...


En su turno, el alcalde de Tijuana Carlos Bustamante brindó un accidentado y extenso discurso que inició con un estamos “celebrando este día tan importante para los priístas”. Dijo que no, que para nada se trataba de un acto para lucrar con la imagen de Colosio, “nada más alejado de nuestras convicciones personales”, refirió el también empresario hotelero. Enalteció, como es debido, el legado colosista, y al hombre “que se atrevió a soñar con los ojos abiertos”. El discurso se extendía y se iba convirtiendo en un balbuceo; Urbalejo, Pérez Tejada y Mendívil, estaban a todo lo que daba mensajeando con sus celulares; Javier Aguirre en pleno comadreo con Pelayo y Mendívil; sólo pusieron atención a Bustamante cuando éste se trabó en su lectura. Bustamante criticaba, como lo hizo Colosio, el abuso de poder y la arrogancia. Fuera de su voz, sonaba como fondo musical el chirriar de los columpios donde los niños de Lomas Taurinas seguían en lo suyo. Terminó el discurso; siguieron las guardias de honor, las fotos, más declaraciones; el levantadero de sillas; la bandita tocaba “La Marcha de Zacatecas” y los políticos emprendían la retirada, por cierto, todos con los zapatos bien lustrados.

Arvizu: “Comparar a Moreira con Colosio, un disparate”


Orlando Arvizu, que era delegado nacional del PRI cuando el asesinato de Colosio, además de haber sido su vocero, considera que ahora que el tricolor recuperó las cinco alcaldías y ganó todas las diputaciones, es el mejor homenaje que se le pudiera haber dado al ex candidato; “es reivindicativo”, externó. “El Priísmo, como Colosio, cabalgan de nuevo”. Lo que no vio con muy buenos ojos fue el discurso del ensenadense Enrique Pelayo: “Es un homenaje a Colosio, no es un acto para desahogarse”. Considera que de recordar al prócer priísta a soltar un discurso oportunista, hay mucha diferencia. Tampoco está en la urgencia mostrada por Pelayo en el sentido de quitar a los actuales dirigentes locales del PRI: “Son los que hicieron ganar al PRI. ¿A poco los candidatos ganan solos? ¿Hay que cambiar a los triunfadores?”. Arvizu, actual delegado nacional de la CNC en Baja California, también remató: “Ahora, comparar a Moreira con Colosio, es un disparate”.


Juan Carlos Domínguez

2 comentarios:

Esquina Tijuana dijo...

Aló... de casualidad no tenías acá una nota sobre Fernández Noroña?? No la encuentro.

Saludos!

Esquina Tijuana dijo...

ah! ya la hallé jeje...