30.9.09

Vendimia L.A. Cetto
KALIMBA
"... voy a seguir siendo muy comercial..."

Bañado de intenso calor, pero igual de juventud y frescura, los Vinos L.A. Cetto celebraron una fiesta más de vendimia, su “Valle Sunset”, teniendo como estrella al cantante Kalimba y, por supuesto, sus vinos, principalmente sus blancos y rosados, en una jornada de naturaleza, música, alegría y emociones encendidas.
Alrededor de mil 500 asistentes de todo el estado arribaron a los viñedos del Valle de Guadalupe, además de para disfrutar de la música del ex integrante de OV7, también para deleitarse del ambiente desenfado y campirano de las fiestas musicales con los artistas juveniles más populares que la casa vitivinícola ofrece dentro de su temporada de vendimia. Poco más de una hora cantó Kalimba para sus fanáticos. Presumiendo todo el tiempo a su grupo musical y haciendo alarde de un sonido más roquero y acústico, el moreno cantautor concentró su repertorio en todos temas de su más reciente disco “Mi otro yo”; varias de su primera producción “Aerosol”, y una que otra de “NegroKlaro”, su disco del 2007.
”No me quiero enamorar”, “Toando fondo”, “llorar duele más”, “Antes de ti”, fueron coreadas a una sola voz por el público. Aunque menos conocidas, nuevas canciones como “Ella baila sola”, “Si no estás tú” y “Niña primavera”, fueron igualmente aceptadas como si de toda la vida la conocieran: “Por qué gritan si no la saben”, hasta bromeaba Kalimba.
Poco antes de subirse al escenario montado en las terrazas de L.A. Cetto, Kalimba derrochó entusiasmo por el disco que actualmente promociona. Como nunca, aseguró, está identificado con una producción: “Maravilloso… maravilloso; estoy muy agradecido con la disquera por el apoyo que me da. Ahorita verán que no hago pop, esta era la parte mía que yo le quería mostrar a la gente. Toda la vida, desde chiquito quise ser roquerón; ahora que lo estoy haciendo en el escenario, con una banda increíble además, tiene mucho más vibra; soy yo, me noto más libre, me noto más seguro, me noto más confiado”. Y lo mejor: “Lo disfruto más, crezco más y creo que la gente lo está percibiendo”.
-¿Entonces no estabas pleno con tus dos discos anteriores?, le preguntó ZETA.
“Estaba mmm… satisfecho; muy satisfecho, muy agradecido porque de todos modos ¡bueno!, el que te apoyen para hacer algo que amas como la música es maravilloso. Y le agradezco mucho a la empresa que me haya forzado a llevarlo ‘pian pianito’, no de la noche a la mañana. Yo desde OV7 ya quería salid con un disco de rock, y este es el primero, y está todavía light, con un poquito… pero un poquito más agresivo, pero ¡bueno! voy a seguir siendo muy comercial y voy a seguir haciendo rolas de amor porque me encantan”.
Externó Kalimba que a raíz del reality de televisión “El Show de los Sueños”, el público se dio cuenta que él puede cantar muchas cosas; y que lo mismo en sus discos ha pasado de “Shabadabada” y “Locura de Amor”, que a “dos o tres rolitas” de soul, funk y rock: “Si mañana cambiara de género creo que la gente ya no se sorprendería, ya no se sacaría de onda, ven que como músico disfruto de muchos géneros diferentes”.

MÚSICO MULTIFÁCETICO
Confiesa Kalimba que a diario le están llegando propuestas para hacer discos de otros géneros, pero “soy muy terco y hasta cierto punto muy orgulloso para lo que soy y para lo que hago”. Cualquiera al descubrir “la canasta de los huevos de oro” musicalmente hablando, pensaría en discos para agradar a los más; él no: “No es lo mío. Y si mañana resulta que hago reggaetón, salsa o bachata y te dicen ¡ah qué padre lo hace que grabe!, no lo voy hacer”.
Respeta, asegura, a los intérpretes que le entran “ a todo”, pero la convicción por su género, en este caso el rock, la heredó de su padre jazzista, quien hizo carrera en Nueva York, Texas y Los Ángeles: “Y cuando llegó a México le dijeron ‘te grabamos un disco pero quiero que hagas baladas de éste estilo ¿no?’ Y entonces él dijo ¡no!, yo soy jazzista y voy a seguir haciendo jazz”.
Nada lo hace vibrar como rock, insiste; sólo con el rock –de los sesentas, setentas u ochentas- se le “pone la piel chinita”. Allá otros: “Hay músicos que les apasiona todo; unos dicen ¡bueno! si hoy está el reggaetón yo quiero ser reaggeatonero, y si mañana está la salsa pues soy salsero, y si mañana es electrónico soy electrónico. Yo tengo lo que escuchado toda la vida”.
Aunque hay una excepción, y se emociona notoriamente Kalimba cuando habla de ello. Se trata de un disco aún en pláticas con su disquera, en donde rendiría tributo a algún baladista clásico tipo Emmanuel, Raphael o José José. Sería sólo un paréntesis -muy pequeño- en su carrera. Todo a raíz, dice, de cierta música y temas que también lo influyeron pero que ni cuenta se había dado: “Me encantó escucharlas, y me gustó y debo decir con orgullo, y un poquito de pena también, que probablemente antes hacíamos mucho mejor música, antes de los noventa cuando hubo ese ‘boom’ de pop donde empezamos hacer canciones repetitivas, había canciones hermosas –hay todavía- de grandes escritores y compositores. Deberíamos seguir en ese aspecto”.

JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ

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