30.9.09

Vendimia L.A. Cetto
FRANCISCO CÉSPEDES
De Novias y Canciones...
Uno de los conciertos más concurridos, a la vez que muy relajado –por llamarlo de algún modo- que ha tenido la temporada de Vendimia en los campos de L.A. Cetto; el de Francisco Céspedes fue un anecdotario de sus noviazgos; cada uno de ellos enmarcado con algún éxito de su amoroso repertorio.
Vestido informalmente con jeans, saco de pana y boina, el cantautor cubano-mexicano pisó el escenario para ofrecer el espectáculo “Romántico Atardecer”, cuando los viñedos y terrazas del Valle de Guadalupe ya estaban en penumbras.
Con dos pantallas gigantes a los y su conjunto musical compuesto de seis integrantes, Céspedes interpretó a manera de bienvenida: “Lo que yo siento por ti”, para después saludar: “Aquí de nuevo…. los músico son nuevos, para ustedes…”. Y con una rosa en la mano, cantó “Qué hago contigo”. Elocuente como el que más, entre canción y canción platicaba de sus experiencias amatorias, sus mujeres y relaciones pasadas, siempre cargadas con algún tinte humorístico: “Me ven viejo y gordo, pero no siempre fue así… Ahora me ven y dicen: “Pues sí, canta bonito pero… ¿y después?...”.
“Tuve una novia, hace 16 años; rubia; después se casó y no la dejaban oír mis canciones…”; y que se arranca con “Dicen” y “Nadie como tú”; esta última acompañada de un video que en su momento grabara con el grupo Presuntos Implicados. “Te extraño”, bolero de Armando Manzanero, fue el pretexto para presentar su nuevo disco “Te acuerdas” y refrendar el origen del mismo, según narró a la prensa momentos antes del concierto: “Como son 11 canciones siempre en todos mis discos, me acordé entonces de 11 novias que yo hubiese tenido en la adolescencia. Algunas son de verdad, con las que haces ‘cosas’, otras de secundaria, nada más de mirarse y no pasa nada, y otra que me imagino yo que siempre le he hecho el amor… y escogí canciones que estaban circundando, estaban como soundtrack y la película la hizo el romance…”.
Además del archivo de sus noviazgos, “Te acuerdas” es un cancionero dedicado a los grandes compositores, algunos de los cuales revivió en su voz y hasta con arreglos bluseros y jazzísticos: “Aquellas pequeñas cosas” (Joan Manuel Serrat), “Mírame bien” (Pablo Milanés), “Ne Me Quitte Pas (Jacques Brel), “La Flor de la Canela” Chabuca Granda), “Alma Mía” (María Greveer). Algunas canciones de las decenas de compositores a los que admira Francisco Céspedes y del que fue un dilema hacer una selección editar el disco, y de ahí la ocurrencia de basarse en lo de sus novias. Amén de que es un disco que inicialmente se negaba a grabar, según también confesó a los reporteros: hace 17 años mi disquera me propuso hacer esto de covers, y yo no estaba de acuerdo porque tengo 30 y pico de canciones nuevas –algunas no son tan nuevas-, por lo que yo quería sacar un disco inédito”.
Pero el productor de Warner Music se puso a modo, y se dio el “clip”: “… a mí me gusta que me cuenten las cosas bonitas y suaves; no me gusta que me impongan las cosas porque reacciono con lo más oscuro de mis sentimientos… Yo le dije que quería escoger las canciones, que toda la producción la tuviera en mis manos”. Y así fue.
Mientras, bajo el cielo mediterráneo del Valle, Céspedes seguía entregando su romanticismo y complaciendo peticiones que le llegaban en servilletas: “Aquí me piden las canciones buenas… esas son al final”. Y por lo pronto recurría a “Como si el destino”, “Remolino”, “para vivir”, “Vida, vida”, “Todo es un misterio”; “Se me antoja”.
Enamoradizo y coqueto, el artista de origen cubano si bien continuaba rindiendo tributo a su amores pasados, tenía bien puesto el ojo el sector femenino de su público: ¡”Esa mujer de ahí me está enamorando!” Al canto “…tocándonos la piel…”, trepó a dos mujeres al estrado. Agradeció al numeroso contingente de fans cubanos, “estamos a en todas partes…”; e interpretó el que sería uno de los temas más ovacionados de la noche, “¿Dónde está la vida?; mientras un mar de gente sobre el ruedo de la plaza de toros de L.A. Cetto era bañado de una luz azul.
Cuando por enésima vez cantante empezó con el “… tuve una novia…”; el público lanzó un sutil bulla, pero rápido vino a aclaración: “una novia con la que me casé…”; y las parejas presentes se conmovieron. Y más al escuchar “Señora” y “Vida mía”.
Por más de dos horas Francisco Céspedes entregó su canto al público bajacaliforniano. En efecto, dejó hasta el final su más grande éxito, “Vida Loca”, que interpretó abajo del escenario y entre las mesas, algunas ya vacías. Agradecido con la vida y su carrera: “Yo siempre he sido un soñador, y si me dedico a esto es porque me gusta mucho… toda la fama del mundo cabe en un grano de maíz”. Contento y entregado cual si fuera la primera vez: “Hay que soñar las cosas para que se te den. Yo todavía sigo soñando como si fuera un adolescente…”.

JUAN CARLOS DOMÍNGUEZ

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