20.7.10

EL NUEVO CABILDO EN TIJUANA
DE TODO... COMO EN BOTICA

Originalmente “destapado” para la candidatura del PRI a la alcaldía de Tijuana, Mario Escobedo, presidente de la Cámara de Comercio de Tijuana, declinó precisamente porque le presentaron una planilla en la que él no tenía voz ni voto. Ésa era, y ya. Entonces, cuando recurrieron a Carlos Bustamante, los priístas apostaron por el mismo procedimiento, y aunque prudente Bustamante, no la aceptó tajante. Por eso duró un buen rato el “estira y afloje”. Si no mucho voto, sí le dieron voz y logró colocar a gentes de su confianza, pero tuvo que aceptar también las cuotas para las corrientes internas del partido, con el argumento de la mentada representatividad de los distintos sectores. Al final del día, llegan nombres que no están del todo intachables, además que bendecidos de las manos del destino, porque hasta en el mismo PRI dicen que ninguno de ellos aportó ni movió un dedo para el triunfo del que los encabezará en la próxima administración municipal. Los siguientes formarán el Cabildo del XX Ayuntamiento.

Suplente de alcaldía, David Saúl Guakil.- Comerciante de prendas de vestir, ex presidente de la CANACO, también ha ocupado varios puestos públicos cuando los recovecos que dejaba la democracia priísta lo permitía. Ha sido diputado local y regidor. Como ha sucedido en otras ocasiones, su papel de suplente del primer edil podría conducirlo casi naturalmente como secretario de gobierno en lo que será el XX Ayuntamiento. Posibilidad más que sustentable, pues a Guakil lo acerca una amistad entrañable con Bustamente. Sin la parquedad que caracterizó al otrora aspirante del PRI a la alcaldía de Tijuana, Guakil muchas veces decía lo que no “soltaba” el empresario, sin traicionar la fidelidad a aquél; como cuando corroboró la casi segura renuncia del dueño de las Torres porque no estaba recibiendo apoyo ni del PRI nacional y menos del estatal: “Yo me voy con él porque llegué con él”.

Síndico Procurador, Yolanda Enríquez de la Fuente.- Arquitecta que fue delegada de La Mesa en la administración encabezada por Jorge Hank Rhon, misma que se caracterizó por decenas de cambios y reacomodos en sus dependencias. De hecho, la de La Mesa fue la que más movimientos de titulares tuvo a lo largo de los dos años de gobierno hankista. Considerada por muchos como “lo más destacable” que hay en la planilla de Carlos Bustamante, Enríquez en la administración hankista también ocupó la dirección de una dependencia clave, COPLADEM (Comité de Planeación para el Desarrollo Municipal), área utilizada para la movilización y acarreo electoral. Se comenta que Yolanda Enríquez puede ser una mano dura como síndica.

Primer regidor, Francisco Gómez Medina.- Líder del sindicato de burócratas que hasta la fecha no ha logrado negociación con Oficialía Mayor del XIX Ayuntamiento para lograr el aumento salarial para los empleados del municipio, como sí lo obtuvieron los burócratas del gobierno estatal. Gómez Medina es sobrino de Salvador Gómez Ávila, quién, se adelanta, será asesor jurídico del próximo Ayuntamiento. Al líder de los burócratas desde antes de las precampañas se le había mencionado como aspirante a la candidatura del PRI por el distrito 9, le fue bien, al quedar en la primera posición en la planilla de Carlos Bustamante. Fuentes internas del tricolor revelaron a ZETA que familiares del próximo regidor se han visto envueltos por delitos contra la salud.

Segundo regidor, David Ruvalcaba.- Dejó la dirigencia municipal de su partido para buscar fuera una diputación o una regiduría, quedando favorecido con esta última. Se aguantó en todo el proceso electoral de 2009, pero en el 2010 ya no se aguantó, logrando ser regidor por segunda ocasión, además que también ya fue diputado. Por muy breve tiempo fue titular de la Delegación Mesa de Otay en el Ayuntamiento pasado. Líder sindical del SYTATYR –que aglutina a empleados de la mayoría de las televisoras–, logró lugar en la planilla gracias al amparado de la CTM.

Tercer regidor, Mariano San Román Flores.- Licenciado en economía y cuñado de Carlos Murguía, el mismo que resultó electo diputado por el distrito 10 y fue dirigente municipal del PRI, así como regidor de la comisión de cultura en el gobierno de Jorge Hank Rhon. Pero regresando a Mariano San Román, es un niño verde, es decir, cuota de la alianza con el PVEM. Es hermano del destacado –y privilegiado– chef Martín San Román. Regidor que pinta para “ni fu ni fa”, dicho así por fuentes priístas.

Cuarto regidor, Javier Merino.- Por muchos años achichinque de Joaquín Parada Ruiz, con quien a su amparo formó el sindicato blanco “México Moderno”; mas después perdieron la amistad. Se le señala de cobrar “derecho” de piso en varias maquiladoras. Para sus correligionarios lo rescatable de Merino es que tiene muy buena relación con las cúpulas nacionales de la CROC y otros organismos gremiales. Otro de los “pecadillos” que carga es que en la elección pasada anduvo haciendo proselitismo al lado del candidato ciudadano-panista Gastón Luken Garza, hasta foto de ambos en campaña cuelga en alguna oficina del PRI.

Quinto regidor, Rubén Salazar Limón.-Conocido como “El Muelas” y líder del “Movimiento territorial”, esta regiduría –que seguramente veía muy lejana dada la situación y su posición dentro de la planilla registrada por Bustamante– se la ganó a pulso por haber “destapado” a María Elvia de Hank. Tiene fama de porro y de cola que le pisen en el asunto de los edificios “Alfa Panamericano”, cuando Hank prometió terrenos a los desalojados. Se dice que Salazar, junto con Laurencio Dado –ahora electo diputado por el distrito 12– y Marcelino Hidalgo, sacaron provecho de la venta de terrenos, negocio que incluso han continuado en la actual administración panista.

Sexto regidor, Eduardo Parra Pacheco.- Líder de los burócratas federales. Como pocos, muy bien visto por la mayoría de sus compañeros de partido, “hermano del alma” del diputado federal y ex senador Joel Ayala. Encabezó el FETSE y dicen fuentes del PRI que es un líder nato y que todos lo quieren, “a todos los candidatos les pone lana en sus campañas”; ¿será por eso?

Séptima regidora, Miriam Josefina Ayón Castro.- Miembro del Frente Juvenil Revolucionario del PRI. “Esta muchachita colgaba mantas y calcomanías…”, refiere un ex candidato a diputado federal en la elección de 2009. Sobrina de una vieja priísta, y muy cercana al dirigente estatal René Mendivil, a la vez que de Jorge Castro, uno de los coordinadores de la campaña actual. El ascenso de Miriam ha sido rápido, aunque en su registro consigna que es “profesionista independiente”, siempre ha vivido al amparo del PRI. Trabajó en el módulo de gestoría del diputado Chris López, fue suplente de regidor, es servil, muy servil, a Fernando Castro Trenti, tanto que por esa vía hasta la candidatura a la diputación por el distrito 9 le andaban ofreciendo. Ahora, como próxima regidora “no tiene perfil ni preparación; pudiera haber quedado cualquiera menos ella”.

Octava regidora, Franciscana Krauss.- Descendiente de Eduardo Krauss Coronel, que fuera procurador de justicia del estado, priísta, aunque en la administración de Ernesto Ruffo, decidió tomar la última posición en la planilla de registro de Carlos Bustamante y no la primera que aquél le ofrecía: “Si no es con Carlos no me interesa entrar al Ayuntamiento”. Se la jugó toda con él, pues si para regidurías a alguien eligió con toda libertad el próximo alcalde fue precisamente a esta mujer que lleva 20 años sin activismo en el PRI. En aquellos tiempos fue diputada federal por el distrito 10, y local por el 5, “no hizo trabajo, no regresó”. La gran estima que le tiene Carlos Bustamante es lo que la integra al Cabildo, de ahí en fuera “no tiene ni grupo”.

Noveno regidor, Ricardo Franco (PAN).- Impuesto por el mismo Carlos Torres en la mentada “planilla de la unidad”, título del que por cierto los propios panistas se reían al interior de su partido, Ricardo Franco fue colocado en la primera posición en el registro. Compañero de Torres en la LX Legislatura, Franco fue el diputado federal más sobresaliente, pero por su holgazanería e improductividad. Franco esperaba pasarse otros 3 años cobrando si levantar un dedo, pero ahora, dado al escenario estrecho para los panistas, tal vez en Cabildo tenga que hacer más que sólo ocupar una oficina.

Décimo regidor, Julio César Vázquez (PT).- Éste sí que se sacó el premio sin siquiera comprar “cachito” de la lotería. Su calidad de “comisionario” estatal del Partido del Trabajo en Baja California, le valió alcanzar lugar en el Cabildo. Seguramente se pasará tres años haciendo una que otra declaración a la prensa para sentirse “vivo” –dado que no hay partido en la entidad– y, por supuesto, haciendo comparsa al PRI o al PAN según se ofrezca.

Onceava regidora, Claudia Ramos (PAN).- Hermana del todavía alcalde Jorge Ramos. Pero aparte de ese gran “mérito”, dicen que es muy “movida” dentro del partido, le gusta mucho la gestoría social, eso de “conseguir ayuda para doñitas que no tienen para comer… acudir a asilos”. La catalogan sus correligionarios como una chica muy simpática, “muy linda”. Es licenciada en administración y está por terminar una maestría en neurolingüística. “Tal vez no tenga experiencia pero…”, prevén que hará mucho trabajo social como regidora.

Doceavo regidor, Erwin Areizaga (PAN).- Lo impuso en la “planilla de unidad” Francisco Blake. Fuera de haber sido secretario de gobierno en el Ayuntamiento de Tijuana su experiencia es nula. Es contador público, pero ha destacado más como asistente o “carga maletines” según lo calificó un funcionario panista. El tipo todo el tiempo apoyó a Javier Castañeda, pero hasta que su padrino Blake le abrió los ojos de que “el bueno” sería Torres, ni tardo ni perezoso cambió de convicciones.

Treceava regidora, María Luisa Sánchez (PAN).- Cuando Antonio Valladolid declinó “voluntariamente a fuerzas” a ser precandidato para la alcaldía de Tijuana, por lo menos tuvo la oportunidad de contribuir a la “planilla de unidad”. Su aportación fue María Luisa Sánchez Meza, que de empleada de mostrador en los “changarros” de Valladolid pasará a flamante regidora. Hay esperanza de que le brote capacidad porque, “la verdad, no sabe ni hablar”.

(Juan Carlos Domínguez)

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