24.4.07


Pedro Infante
Inmortal


*Juan Carlos Domínguez

De ser una frase trillada, “¡Pedro Infante vive!” pasó a ser un axioma inherente a nuestra cultura. Es innegable porque, en efecto, al ídolo mexicano no lo han dejado morir. Aunque son muchas las voces que imploran para que ¡ya!, lo dejen regresar a su tumba, no hay retractor que pueda apagar tanto fervor.

“¡Y va a haber Pedro Infante para rato!”, lanza como sentencia José Ernesto Infante Quintanilla, precisamente uno de sus sobrinos.Recientemente publicó un libro biográfico (“Pedro Infante. El Ídolo Inmortal”, Océano) que va por una tercera edición y se suma a los alrededor de 35 que se han escrito sobre el artista sinaloense.

“Y es que el caso de él no es nada más artístico, porque las otras estrellas carecen del amor del público en esa magnitud”, refiere el autor en charla con ZETA.

Si de por sí los homenajes póstumos, año con año se han vuelto una tradición de nuestro pueblo, con más razón en el aniversario cincuenta de su muerte, Pedro Infante ha estado presente en todos los medios de cada rincón del país y algunos del extranjero, incluso hasta en Rusia. Su sobrino afirma que solamente en los primeros 15 días de abril, llenó tres cajas de las notas que han aparecido en publicaciones del Distrito Federal y algunas otras ciudades.

El grado de devoción que ha alcanzado el ídolo, en 50 años, calcula Infante Quintanilla, “bajita la mano” ha generado, por sus películas, publicidad y regalía de sus discos, “unos 800 o mil millones de dólares”. No es meramente un hecho mercantil, sino la consolidación de una empatía muy fuerte con el pueblo, una relación muy sólida y digna que difícilmente alguien podrá igualar.

Y la cuestión es que parece que por lo que resta del tiempo, el tema de Pedro Infante no se extinguirá. Se asegura que todavía hay mucho por decir. Y ver. Infante ha sido uno de los personajes más fotografiados de los personajes mexicanos. Simplemente el autor de “El Ídolo Inmortal” tiene en su haber mil fotos inéditas. Y de cosas por platicar, tanto de su vida personal como artística, otro tanto. Dicen que únicamente de su calidad como ser humano, se podría escribir un anecdotario de sus hechos bondadosos.

Esta misma semana, acaba de salir un libro de Irma Dorantes, la que fuera su última esposa y hasta el día de hoy todavía doliente viuda que decide platicar su versión tras cinco décadas de silencio.

No obstante, en esta tormenta de declaraciones y testimonios que se desbordaron en este 50 aniversario luctuoso, la que ha roto el esquema es la actriz Evita Muñoz “Chachita”, quien ha mantenido un hermético silencio, según esto, para no confrontar su visión con la del resto del mundo, porque dice que nunca se ha dicho toda la verdad.

Infante Quintanilla se muestra condescendiente: “Por supuesto que ella debe tener una historia muy importante, porque fue su amiga, compañerita de películas, comadre. Ojalá que en un momento dado revele lo que ella quiera revelar. Todos los que escribimos estamos sujetos a la crítica”.

Entre tanto que se ha escrito del desaparecido actor y cantante, su sobrino asegura que en efecto, a veces se han publicado no precisamente cosas negativas, pero sí falsas en el sentido de que no se ajustan a la realidad de los hechos. Pero nada, eso es evidente, que apague la mítica figura y su áurea. Fenómeno que resume en unas cuantas palabras: “Hoy, en el 2007, Pedro Infante es una persona inmortal, inigualable, irrepetible e inalcanzable”.

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