La Política Alegre
AGARRADOS
Ni los buenos deseos les dieron a los empleados del ayuntamiento de Tijuana a propósito de las fiestas decembrinas. Ni siquiera un detallito, olvídense de un buen regalo. “Son bien codos”, se quejaron algunos empleados que creen merecer algún obsequio por parte de Don Carlos Bustamante. Para sorpresa de todos, el que puso el ejemplo es uno que carga la famita de tacaño –tacaño es poco–. Su nombre, nomás ha sonado por incompetente y desganado siendo legislador. Ahora es regidor panista en el ayuntamiento: Ricardo Franco. El ex diputado federal y ex boxeador profesional regaló a regidores y secretarios una botella –de pisto– y unas “bonitas” plumas, eso sí sin diferencia de partido, a priístas y panistas por igual. ¿Será que quiere reivindicar su fama de agarrado? O de plano, le está sacando jugo a los manejos del recuso público.
Ni los buenos deseos les dieron a los empleados del ayuntamiento de Tijuana a propósito de las fiestas decembrinas. Ni siquiera un detallito, olvídense de un buen regalo. “Son bien codos”, se quejaron algunos empleados que creen merecer algún obsequio por parte de Don Carlos Bustamante. Para sorpresa de todos, el que puso el ejemplo es uno que carga la famita de tacaño –tacaño es poco–. Su nombre, nomás ha sonado por incompetente y desganado siendo legislador. Ahora es regidor panista en el ayuntamiento: Ricardo Franco. El ex diputado federal y ex boxeador profesional regaló a regidores y secretarios una botella –de pisto– y unas “bonitas” plumas, eso sí sin diferencia de partido, a priístas y panistas por igual. ¿Será que quiere reivindicar su fama de agarrado? O de plano, le está sacando jugo a los manejos del recuso público.
UNAS POR OTRAS
No por nada María Luisa Sánchez ahora tiene despacho en palacio municipal, “sirviendo al pueblo” y cobrando como regidora. Antes que por propios méritos, los enterados de la grilla, saben que su “nombramiento” fue una cuota que negoció Antonio Valladolid cuando declinó a sus aspiraciones a la presidencia municipal. Claro, además el suspirante a la alcaldía amarró su chamba como delegado del Instituto Nacional de Migración en el Estado. Ahora la regidora, antes asistente de Valladolid, continúa haciéndole el trabajo a su ex jefe. La panista retaca los correos de los medios de comunicación con boletines que presumen sus acciones sociales, todas en beneficio de los migrantes: que repartió cobijas, que una comida “calientita”, que los va a emplear. Ni modo que se le olvide cómo llegó al cargo y a quién le debe su sueldo.
No por nada María Luisa Sánchez ahora tiene despacho en palacio municipal, “sirviendo al pueblo” y cobrando como regidora. Antes que por propios méritos, los enterados de la grilla, saben que su “nombramiento” fue una cuota que negoció Antonio Valladolid cuando declinó a sus aspiraciones a la presidencia municipal. Claro, además el suspirante a la alcaldía amarró su chamba como delegado del Instituto Nacional de Migración en el Estado. Ahora la regidora, antes asistente de Valladolid, continúa haciéndole el trabajo a su ex jefe. La panista retaca los correos de los medios de comunicación con boletines que presumen sus acciones sociales, todas en beneficio de los migrantes: que repartió cobijas, que una comida “calientita”, que los va a emplear. Ni modo que se le olvide cómo llegó al cargo y a quién le debe su sueldo.
LA FAMILIA PRIMERO
Lo bueno es que los valores familiares se siguen conservando en la función pública. Primero lo primero, ni hablar. Manuel Trasviña nomás amarró hueso en el ayuntamiento de Tijuana como delegado de la Mesa y empleó a todos sus parientes. Primos, sobrinas y todo lo que se le parezca. Esta privilegiada bola, además de ser consanguíneos de Trasviña, son agremiados del Sindicato de Burócratas. Tienen a su líder el regidor Francisco Gómez. Y éste metió como secretario general de la delegación a su hermano Fernando. No hay duda, qué bonita familia.
Lo bueno es que los valores familiares se siguen conservando en la función pública. Primero lo primero, ni hablar. Manuel Trasviña nomás amarró hueso en el ayuntamiento de Tijuana como delegado de la Mesa y empleó a todos sus parientes. Primos, sobrinas y todo lo que se le parezca. Esta privilegiada bola, además de ser consanguíneos de Trasviña, son agremiados del Sindicato de Burócratas. Tienen a su líder el regidor Francisco Gómez. Y éste metió como secretario general de la delegación a su hermano Fernando. No hay duda, qué bonita familia.
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