19.5.11



La PoLíTiCa ALeGrE

Juan Carlos Domínguez



DOÑA CHEPINA
En su virreinal gira por Baja California, no todo fueron palabras enmieladas a los oídos de Josefina Vázquez Mota por parte de sus cortesanos. En su visita a la sede del partido, un panista, de muchos años, la abordó para con toda educación decirle a la diputada que si en la entidad funda sus esperanzas de lograr la candidatura a la Presidencia en apoyos como los de los legisladores federales Oscar Arce Paniagua y Miguel Osuna Millán, ya está perdida. Sirva la mención para recordar que en lo que respecta a Arce, ya sueña y se emociona con la candidatura de la alcaldía de Rosarito, ungido por Vázquez Mota. Bueno, al modo de Doña Chepina, ante la declaración de su correligionario, ni pestañeó, fingió demencia. De reacción lenta, la aspirante a señora presidenta apenas si movió un músculo facial cuando más directamente el panista la increpó: “!Señora Josefina, usted en Baja California se está apoyando en puros vaquetones!”. La diputada aceleró el paso, abordó camioneta de lujo con un chofer que era, nada menos, Oscar Arce.

CACHETADAS
Pues resulta que el líder priísta Ranier Falcón se alegró de más durante la fiesta de reaparición de Jorge Hank Rhon, y después hubo de pagar su impertinencia con lágrimas y escarnio. Amparado en la amistad que lleva con el ex alcalde, y el parentesco putativo con el ex porro Mario Madrigal, Ranier ya bien servido no respetó la regla de oro que establece que en convivios al aire libre no está permitido que nadie alrededor –ni a varios cientos de metros a la redonda- esté bebiendo o comiendo en utensilios de vidrio, salvo, claro, el festejado y la familia Hank. Pues resulta que el sábado pasado, en las caballerizas del Hipódromo Caliente, y cuando toda era júbilo y parabienes por el día de “San Jorge”, Ranier se sirvió una cerveza Budweiser en un vaso de vidrio. Para pronto Jorge Vera, jefe de escoltas de Hank, se fue con Ranier para indicarle lo debido. Pero aquel se puso etílicamente necio, Vera hasta le tuvo que surtir con algunas cachetadas, la que tampoco bastaron pues con el auxilio de tres o cuatro guaruras mal, el imprudente fue cargado de “aguilita” y echado muy lejos del festejo, según la versión de algunos reporteros que disfrutaron pero no escribieron sobre el show.

FOTOGRÁFO INCÓMODO
Dicen que cuando la perra es brava, hasta a los de la casa muerde. Es el caso del fotógrafo Gonzalo González, al que tienen como compañero incómodo en la dirección de Comunicación del Gobierno del Estado en Tijuana. Si antes la queja para las titulares del área venía por parte del gremio reporteril por el trato despótico que González suele dar a los reporteros de la fuente, y que a sus jefes no nos preocupaba mayormente, ahora la cosa es diferente. Dicen que le tienen los días contados, por la razón más elemental que suele enojar a los jefes “inmediatos”, y que es “brincárselos”. Con el fotógrafo es el caso, no le perdonan que ignore a Maru Clemente o Patricia Preciado, las mandamases del área, y se vaya derechito con el Gobernador para cualquier gestión interna laboral.

QUIÉN LOS ENTIENDE
La Sindicatura del Ayuntamiento de Tijuana llora la indiferencia de los ex funcionarios citados a comparecer, y cuando se da el remoto caso de que llegue alguno de éstos a defenderse, lo mandan a freír espárragos. Es el caso de Mario Martínez Castillo, ex Oficial Mayor, quien presentó declaración por escrito el pasado 12 de abril diciembre. Alega el que fuera funcionario en la administración de Jorge Ramos que acudió nuevamente muy campante el 19 de abril, donde supuestamente lo iba confrontar el subdirector de Responsabilidades, pero a la mera hora le dijeron que “ahí en otra chancita” lo atenderían, pues en ese momento no había personal para ratificarle su declaración. Ahora al inculpado tendrán que estarlo buscando hasta en la Ciudad de México, su nuevo lugar de residencia. No pues sí, cómo se notan las ganas de llevar a buen término las corruptelas denunciadas por el actual Ayuntamiento.

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