21.10.10



ANTONIO CANO:
EL TRABAJO DE UN CONGRESO “EMPAÑADO”
El ex diputado no quiso hacer un acto “suntuoso” para su Informe de labores

Antonio Cano se esperó hasta el último día de su gestión como diputado local para hacer recuento de sus actividades y elaborar un informe de labores. Esta vez, a diferencia del año pasado, dice que descartó hacer un evento –esos de pompa y guante que se acostumbran–, donde la asistencia se limita a unos cuantos. ZETA narró cuando en 2009 el legislador por el PANAL celebró su informe en canchas del fraccionamiento Mariano Matamoros, donde a colonos aburridos y funcionarios aduladores, presentó su reporte, amén de degustación de empanadas y sodas. Hoy nada de eso.
El trabajo durante sus tres años como diputado, uno de ellos como presidente del Congreso, lo resumió en un informe impreso que ha repartido a los medios de comunicación, a grupos de vecinos de su distrito –el populoso XIII– e incluso al diputado que presidirá la comisión de Fiscalización –de la que era titular Cano– en la próxima Legislatura: “Es algo inédito. Cuando llegué al Congreso yo no recibí de la comisión saliente un informe de lo que fue la revisión de la cuenta pública”.
Acto seguido el ahora ex legislador procede a platicar sobre lo sobresaliente de su gestión –aunque siempre hablando en tercera persona– amén de la revisión de mil 800 cuentas y 35 iniciativas presentadas, de las cuales se aprobaron 30: El establecimiento del sistema de certificación ISO9000 “que nos permite blindar al órgano fiscalizador de cualquier contaminación político-partidista en sus procesos”. Se evitó que el órgano de fiscalización funcionara como una entidad generadora de empleos para políticos favorecidos electoralmente; “Cuidamos mucho los perfiles de quienes ingresaron”. La modificación en la ley para que el auditor general dure 7 años en el cargo y evitar el “vaivén” que produce el partido predominante en el Congreso. Cano saca a relucir también la adquisición de un edificio propio en Ensenada y el acuerdo para adquirir un terreno en Mexicali: “La infraestructura física es muy importante para el trabajo de los auditores”.
Y llegó al que considera “el tema de temas” en cuanto a la revisión de cuentas: “El hallazgo que tuvimos en el peculado de casi 50 millones de pesos en los Cecytes”, que a la larga resultó la excepción a la regla en que tras una resolución legislativa se llegue a una denuncia penal: “En el caso del Cecyte las pruebas son tan contundentes que tres personas han pisado la penitenciaría”, se emociona Antonio Cano. Aunque se lamenta que el director de la institución inexplicablemente haya logrado un amparo, mientras otros tres involucrados estén prófugos.
En ese aspecto presume que el órgano fiscalizador que encabezaba derivó en 300 servidores públicos que recibieron alguna sanción administrativa, desde amonestaciones o resarcisión de recursos hasta inhabilitaciones de por vida.
Hablando de la aplicación de “mano dura” se le refiere a Cano el caso del diputado Víctor Gónzalez Ortega, en el que todo los diputados se vieron muy tibios: “Vino a empañar el trabajo de una legislatura que venía atendiendo cuestiones tan importantes como, por ejemplo, terminar de procesar todo el marco jurídico para un nuevo sistema de justicia penal, que venía de la Legislatura anterior. Fue un trabajo muy serio”.
Y aprovecha para enumerar más logros de la Legislatura: Leyes para que el gobierno pueda asociarse con empresarios y poder con ello dotar de servicios e infraestructura sin privatizar; reformas a ley de competitividad y fomento económico; medidas para clarificar casos de arbitraje médico; el tema de la transparencia que en Baja California se distinguirá porque a diferencia del IFAI, que nada más ausculta al poder ejecutivo, en nuestra entidad incluirá también al legislativo y judicial. Y vuelve a la lamentación del descrédito provocado por Gónzalez Ortega que “llegó a deteriorar aún más la percepción que se tiene de un legislador”. Y culpa a los mismos diputados que por no ponerse de acuerdo no logran establecer una política de comunicación pública “y que nos lleva a que por más esfuerzo, más trabajo y más marco jurídico, se privilegien, en el aspecto informativo, acciones como las del diputado Gónzalez Ortega”.
El caso es que explica que con el diputado panista Gónzalez Ortega no se llegó a más, como sería el desafuero y posterior expulsión del Congreso, porque la procuraduría de justicia no actuó en consecuencia, los cargos contra el legislador quedaron en mera presunción.
— ¿Y cómo vaticina que se conducirá la próxima Legislatura?
“El reto mayor será transitar por la ruta de la gobernabilidad democrática, que quienes estamos en el servicio público pregonamos mucho y ejercemos poco. Tengo confianza en que se superarán los intereses político-partidistas”. De cara al proceso electoral para el 2012, aboga por un Congreso que tenga acciones responsables y sustentadas.
No obstante, apenas pisaron sus curules, los diputados del PRI ya se ganaron la rechifla por las camionetas que les obsequió el líder de burócratas Joel Ayala. Antonio Cano se muestra cauto en su opinión: “Son asuntos que tendrán que posicionar los propios legisladores, con toda puntualidad. La política es polémica. Yo esperaría hechos concretos, que esto no sea un mal augurio”.
Por último, Antonio Cano, ex priísta y después militante del PANAL que llegó a la curul como comparsa del PAN niega lo que es un secreto a voces; su inclusión en una importante posición dentro del próximo Ayuntamiento. Dice que, para empezar, no toda su vida ha trabajado en la política, así que puede seguir por otros senderos. Acepta una gran amistad con Carlos Bustamante, el próximo alcalde, y la influencia que el empresario ha tenido en su trayectoria tanto política como privada. Pero reitera: “Hasta el momento no está en el horizonte, ni acordado ni platicado, posición alguna en el servicio público. Ni federal, ni estatal, ni municipal”.
Terminada la entrevista, Cano interviene para acotar respecto a su gestión como legislador: “Un detallito: No me voy satisfecho de mi trabajo. No podemos irnos satisfechos de nuestro trabajo hasta que no veamos hasta el último de los bajacalifornianos en mejores condiciones de vida…”

(Juan Carlos Domínguez)

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