La Política Alegre

MADRIGAL TENÍA QUE SER
Conste, así dicen sus ex compañeros: A Jorge Mario Madrigal lo corrieron de la UABC por “burro”. Ahora estudia en la Univer “pero ni se para por la escuela, está apalabrado con los maestros”. Sin embargo sigue “operando” en la UABC. Ahora que la sociedad de alumnos de la Escuela de Derecho se renovará, “el bueno” para presidir a los estudiantes es César Cázares Júnior (hijo del ex dirigente de la Canaco), así lo piensa y lucha por imponerlo Jorge Mario. Se quiere ganar a la muchachada cimarrona con boletos para conciertos, se los lleva gratis a los partidos de los Xolos, les organiza carnes asadas y buenas barriladas e, incluso, hace unos días se llevó a la Ciudad de México a diez compañeros con todo pagado; según revelaron fuentes estudiantiles. Si de algo sirve el dato, el chamaco Jorge Mario es hijo del ex dirigente del PRI Mario Madrigal; quien a través de esta cadena de incondicionales trabaja de cara al 2013, cuando Jorge Hank se lance a la candidatura del PRI para el gobierno estatal y necesite de la vigorosa ola roja cimarrona.

DE ALCALDE A PROFE
Joaquín Sandoval Millán, ex alcalde de Tecate y antecesor de Donaldo Peñalosa resultó ser el típico profesor barco, y si de tamaño se tratara, ahora sí que sería un enorme crucero. Sus alumnos en el Cetis 25 le corean aquella canción con la que en campaña se dio a conocer, “sa…sa…sandoval… sandoval”. A él le causa gracia. El priísta imparte clases de administración de empresas, pero a la hora de enseñarles las “tecnologías” para hacer más productiva una empresa, explica cómo lograrlo pero ¡con el fax!. Cuando no está impartiendo sus conocimientos de antaño, dicen los estudiantes, se le cierran los ojos en clase, o de plano, hasta se tira una roncada. Los morros de la prepa saben que ya se le va el avión pero se sienten “orgullosos” que su profesor sea un ex presidente municipal.

CHULADA DE PANISTAS
“Que sí…, que no..,” los panistas son buenos para darse hasta por debajo de la lengua entre ellos, pero a la hora de dar la cara hacia afuera, se amarran “uno” y juran que todo está bien entre ellos. La peleadera ahora es por la dirigencia municipal del PAN en Tijuana.
Para todos es sabido que “el candidato oficial” es Enrique Méndez, al que se le descubrieron, presuntamente, diez firmas falsas de correligionarios que lo apoyaban en su ambición. Lo querían quemar con leña verde por “la transa”, lo mínimo que deseaban es que le cancelarán la candidatura. No procedió, y todos se quedaron calladitos: “No sé por qué se generó este asunto”, dice inocentemente Méndez. ¿Mano negra?, se le pregunta, y responde: “!No!... ¡no creo!”, piensa que es gente de fuera del partido “que quiere dividirnos”. Más de este teatro del absurdo panista: El miércoles, en la reunión semanal de la APT fueron invitados los cuatro candidatos a dirigir el PAN tijuanense. Parecía que Enrique Méndez no iba llegar, pero lo hizo una hora más tarde que el resto de los suspirantes (León, Valenzuela y Villaseñor). El “Kiki” se disculpó, resulta que en su partido a él no le avisaron del compromiso. ¡Vaya!, lo querían hacer quedar mal. Propios y extraños comentan que Rodrigo Robledo, actual delegado el partido, no lo quiere; pero “Kiki”, muy propio, él niega cualquier tipo de bloqueo en su contra. Es más, remata: “Vamos a salir muy fortalecidos de este proceso interno”. ¿Dónde hemos oído eso antes?

Juan Carlos Domínguez